Capítulo 40 - 'Charlas'

Începe de la început
                                    

Acostado miro en dirección hacia la silla en la cual mi Padre toma asiento, él pasa su mano por su rostro y luego respira un poco agotado, el nerviosismo se instala en mi cuerpo y comienzo a creer que mi Padre finalmente dirá lo que ocurre.

— ¿Voy a morir? —pregunto de una vez por todas.

— ¿Qué? ¡No! —responde él de inmediato.

— ¿Entonces? ¿Por qué todos se comportan de forma tan rara desde que desperté ayer?

—No sucede nada importante, lo que ocurrió fue una crisis por culpa del medicamento pero podemos vivir con eso, sucede que...Jersey... ¿Puedo hacerte un par de preguntas? —Yo asiento sin gestionar palabra alguna —Sospecho y es sumamente obvio lo que ocurre aquí pero, ¿Qué hay entre tú e Ian Nightmare?

—Estás diciendo que es obvio ¿No? —Susurro —Él está conmigo, no es solo mi amigo, es... es con quien estoy ahora.

—Bien —dice él de forma pensativa —No quiero que creas que tomé esta decisión por lo que ocurre con él, pero decidí lo que voy a decir únicamente pensando en tú salud.

— ¿De qué estás hablando? —pregunto mientras finalmente tomo asiento en mi cama y miro directo a los ojos a mi Padre.

—Nos vamos —dice él de una vez por todas —Se lo dije a Franco, él trató de negarse pero de todos modos me lo llevaré a él también.

—Papá juro que no entiendo nada de lo que dices.

—Nos iremos de este lugar Jersey, he trabajado lo suficiente como para comprar una casa en la ciudad donde está la empresa que me contrata. Siempre supimos que esto sería temporal Jersey...

— ¿Temporal? —Pregunto indignado —Nos dejaste abandonas aquí, se qué no había muchas opciones pero pudiste hacer algo más. Y ahora que he formado una mejor vida, tengo amigos y una persona que me ama ¿Quieres llevarme? Pues yo no me voy.

—Lo siento Jersey pero eres menor de edad y soy tu responsable e irás a donde yo te lleve.

—Yo no soy tu hijo —exclamo —Me duele mucho decir esto porque me siento un mal agradecido con todo, pero si es necesario decirlo para quedarme aquí, ¡Pues lo digo! Tú no eres mi Padre.

—Sé bien que no soy tu Padre, pero te eduqué y tengo todos los derechos sobre ti.

—No puedes hacerme esto.

—Lo lamento mucho —Finaliza él cuando se pone de pie y camina hacia la puerta —Pero cuando te dejen salir del hospital ordenaremos tus cosas con las de Franco y nos iremos de aquí —Presiono mis labios con furia cuando él dice aquello, me dejo caer en la cama y escucho como la puerta se abre y cierra.

Me quedo a solas nuevamente por un rato hasta que alguien vuelve a entrar al cuarto, no reacciono ya que de seguro es Ian quien ha vuelto a entrar, pero quien toma asiento a mi lado de la cama es Franco, él mantiene la mirada agachada mientras me sonríe con muy poca gana.

—Traté de impedirlo —Dice —Pero él está ciego, nos llevará de todos modos queriendo o no.

—De todos modos tú querías irte en el momento que llegamos aquí, ¿Qué es diferente ahora? —Pregunto con un susurro

—Tú—responde de inmediato—Me ayudaste a ser mejor persona y creo que todo este lugar es muy importante para ti.

—Pero tú no tienes que irte Franco, ya eres mayor de edad y...

—Iré donde tu vayas —dice él, yo me levanto y nos quedamos mirando muy cerca —Los doctores dijeron que no hay cura para tu enfermedad, solo hay medicinas que pueden mantenerte en un buen estado. No quiero dejarte solo con lo despreocupado que es Papá.

—Franco...

—Desde ahora, en las buenas y en las malas estoy contigo —Presiono mis labios con mucha energía y me acerco hacia mi hermano, lo abrazo y él me presiona con mucha fuerza, nos quedamos así por un rato hasta que luego él se aleja y sonríe —Ian sabe todo esto —agrega él, yo de todos modos sabía aquello, se le notaba al respirar a Ian que ocultaba algo —No te enfades con él, no podíamos decírtelo, pensábamos que Papá cambiaría de opinión.

—Supongo que no hay vuelta atrás —Franco solo asiente y se queda en silencio, luego se pone de pie y con otra sonrisa falsa que intenta darme ánimos sale del cuarto, de inmediato Ian entra pero se queda de pie en la puerta, como esperando a que yo lo regañe y me enfade con él — ¿Qué estás haciendo? —Pregunto.

— Creí... que tú...

—Acompáñame, quiero estar contigo todo el tiempo que pueda hasta que mi Padre me lleve —Ian asiente y se vuelve a recostar conmigo, cierra sus ojos y me abraza. Yo solo pienso detenidamente que los momentos con él ahora son cada vez menos.

Me tendré que separar de Ian aún cuando no quiero hacerlo.

Sobre La MotocicletaUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum