CAPITULO 27

737 86 3
                                    

Tortura 

Mentir es mi única salida de esta situación.

—Hecho, te diré a donde se fueron si me das el registro, pero primero quiero verlo, para confirmar que es cierto

Carlos chasqueo sus dedos y uno de sus ayudantes se fue del lugar, después de unos minutos volvió con una especie de libro de pasta gruesa de color azul oscuro, y en la portada con letras grandes y negras como si lo hubieras hecho con un rotulador decía La Villa.

—Ahí lo tienes—Dijo Carlos mientras el otro individuo me mostraba la portada del registro.

—Pero quiero ver su contenido

El otro tipo abrió el libro y le dio una hojeada rápida, pude percibir que en cada hoja por ambas partes estaba escrito algo en forma de lista, ya que el libro es algo grueso solo tenía las primeras hojas llenas de nombres, el resto estaba vacío.

—¿Con eso es suficiente?—pregunta Carlos

—Si

—Bien, tú ya comprobaste que yo no miento, pero ¿Cómo sabré yo si tu no me mentiras a mí?—Dijo Carlos mientras se acerca de a poco hacia mí.

—No tengo idea, tendrás que confiar en mí

—Me temo que sí, ahora habla

Suspire profundo, me pare derecha, ya puedo volver a pararme por mi misma así que me aleje un poco de la pared.

—Cuando llegamos los de La Villa estaban por irse de aquí y...

—Espera un momento— me interrumpió— ¿dijiste llegamos?

Mierda.

—N-no, dije que llegue aquí y...

Me tomo del cuello con su mano derecha, me estrello contra el muro, apenas puedo tocar el piso de puntitas, se me dificulta respirar, con mis manos trato de hacer que me suelte pero parece un intento en vano.

—Sabía que no debía confiar en ti, dijiste que estabas sola y que todos habían muerto, pero ahora sé que no es así — para este punto mi vista comienza a nublarse, me quedo sin oxígeno, voy a morir— la pregunta es, ¿Quién o quiénes son los que te acompañan?

Me soltó, comencé a toser y a tratar de recuperar el aliento.

—Ustedes dos vayan a buscar, quiero que traigan a sus cómplices aquí—Les ordenó a sus secuaces.

Estos se fueron, Carlos se acercó a mí con el registro en las manos.

—Olvídate del trato que teníamos—de pronto el libro pareció explotar y cientos de pedacitos de papel comenzaron a caer al piso.

—¡No!— tome algunos pedazos pero ahora es inútil.

Otro rayo fue lanzado directo a mí, me hizo sentir como si mi cuerpo se tensó demasiado, y perdí la conciencia.

********

Al despertar me encuentro sola, no hay nadie a la vista, me levanto lentamente, tanto para evitar hacer ruido y también porque me cuesta hacerlo.

Mientras hago el esfuerzo de levantarme mi cuerpo se siente pesado y adormecido, me siento un poco mareada, logro ponerme de pie y comenzar a avanzar hacia la salida.

Ya puedo ver la luz de afuera, y es una luz débil, parece que ya está por atardecer, antes de llegar a la salida siento como soy levantada y jalada hacia atrás hasta caer de nuevo al piso.

—No puedo dejarte sola ni diez minutos por que ya estas escapando— es la voz de Carlos.

—Creí que ya me habían dejado en paz—dije mientras me levanto del piso, de nuevo.

—Por supuesto que no, solo estábamos entrevistando a tu amigo en el otro lado, él tampoco quiere hablar

¡Derek!

— ¿Dónde está?— trato de ver más allá pero no lo visualizo

—Atrás, pero no lo veras hasta que terminemos con él, y después vendremos a seguir contigo, aun no terminamos

—Ya déjenlo—trate de avanzar para ir a buscarlo por mi cuenta, pero Carlos de nuevo me lanzo para evitar que volviera a irme

—Sabes de hecho se me acaba de ocurrir algo para hacer que confiesen—dijo muy convencido— ven conmigo

Me tomo de la pierna izquierda y comenzó a arrastrarme hasta donde me imagino esta Derek y los otros tipos. Y así fue, metros más adelante están ellos.

—Te traje a tu amiguita—le dijo a Derek, este está en el piso cubierto de su sangre morada, apenas me ve trata de alcanzarme, pero los malditos lo patean en la cara y lo regresan al piso.

—¡Derek! Ya déjenlo es paz—les digo molesta

—¿Ven eso?—pregunta Carlos a sus secuaces, y estos asienten— ¿Piensan lo mismo que yo?

—Si— dicen al unísono

—Entonces comencemos— cuando dijo eso los dos sujetos levantaron a Derek con telequinesis y lo pusieron contra un muro, este trata de soltarse pero no puede.

—¿Qué le van a hacer?—me pongo de pie

—A él nada

De pronto sentí como si me hubieran atado de pies y manos, no puedo moverme.

—Bien Derek te daré otra oportunidad de hablar, ¿Dónde está La Villa?—pregunto mirando a Derek en el muro

—No lo sé, ninguno de los dos lo sabemos— dijo apenas, perece que le falta el aliento, debe estar muy mal

—Mal contestado— dijo Carlos y volvió su vista hacia mí

En ese momento sentí en la piel de mi brazo izquierdo como si se estuviera separando, cada vez más fuerte provocando que grite de dolor.

—¡Déjala!—grito Derek

Pero el dolor no se detiene, al contario se hace más grande, solo puedo observar como comienza a abrirse una llaga en mi piel y comienza a brotar y sangre, no puedo evitar soltar lágrimas, hasta que se detienen dejándome una herida abierta como de diez centímetros de largo.

—Amenos que quieras que le quite toda la piel habla de una buena vez—le dijo a Derek

—Ya te dije que no se nada pero si insistes en preguntar entonces pregúntale a ella y tortúrame a mí

—Que caballero, pero no, ¿hablaras ahora?

—Maldito

—Mal contestado

Ahora volví a sentir lo mismo pero en mi brazo derecho, de nuevo una gran llaga.

—¡Déjala maldito!—Derek intentaba soltarse, pero los otros sujetos no lo permiten

—¿Ya quieres confesar?—vuelve a preguntarle a Derek

Este se queda callado, supongo que no sabe que decir para evitar que me siga dañando.

—Mal contestado, ahora probemos algo diferente Mila

Mi brazo izquierdo es levanto y extendido contra mi voluntad, por el sigue goteando sangre y alimentando los dos charcos que ya hay en el piso, los dedos de mis manos se separan un poco y mi dedo índice comienza a ser empujado hacia atrás, provocando un dolor horrible

—¡Ahhhh!—mi dedo se dobla como si nada, la piel comienza a desgarrarse hasta que un crujido suena, se ha roto, el dolor empeora, quisiera retorcerme y presionar la herida, pero no puedo moverme, solo puedo llorar y ver la sangre gotear al piso.

—¿Cuántos dedos más debo romperle para que confieses?

—¡¡Ya basta!!—Derek esta desesperado

No sé cuánto poder soportar.

&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&

Gracias por leer


RADIACTIVA II (BORRADOR)Where stories live. Discover now