RADIACTIVA II (BORRADOR)

CAPITULO 13

ADIOS HOPE

El sol salió una vez más, como cada día, pero hoy es diferente.

—Bien, todo está listo, ya es hora de irnos —dijo Terry

Según lo planeado él, Ana y yo iremos en busca de los tóxicos, mientras que el resto del pueblo se ira lo más lejos posible. Hemos reunido algunas cosas para nuestro viaje, comida, agua, algo de ropa y por su puesto las máscaras para protegernos del gas.

Todo lo demás se lo llevaran los pueblerinos, incluyendo la poca gasolina que queda y los vehículos, nosotros iremos a pie, lo primero que haremos será volver a la escena del crimen para tratar de encontrar el rastro de los tóxicos.

Rebeca no deja de insistir en que no es la mejor opción, pero sin embargo alguien tiene que tratar de detener la tragedia que ahora viene sobre nosotros.

—Tengan mucho cuidado, nosotros los estaremos esperando—dijo Diego mientras se despide de nosotros.

—No se preocupen, les prometemos que vamos a volver—le dije.

No pude evitar soltar algunas lágrimas, y no fui la única.

—Mucho cuidado Mila, ahora no poder estar para salvarte—dijo Dara

—Jaja, lo tendré —nos dimos un abrazo y después se alejó.

Todos los pueblerinos se despidieron y se subieron al autobús, también es hora de que ellos se vayan, ya solo falta Rebeca, la cual no deja de llorar y abrazar a Terry, pero después lo suelta para irse corriendo al autobús e irse, los tres nos quedamos mirando como él autobús de alejaba mientras a través de las ventanas las manos de los pueblerinos nos dicen adiós hasta que los perdimos de vista.

—¿Por qué les prometieron que íbamos a volver? ¿Están tan seguros de eso? — dijo Ana

—¿Y tú estás segura de que no lo haremos?—le dije.

—Solo les damos una esperanza—dijo Terry

—¿Eso es mentir? ¿O para ti que es una esperanza?— contesto Ana

—Para mí, una esperanza es aquello que tu deseas aun sabiendo que tal vez no sea posible, es una chispa que puede causar un incendio— contesto él.

Ana no dijo nada y empezamos a caminar hacia la zona tóxica.

El sol casi llega a su punto máximo, el calor es abrumador, pero ya nos estamos acercando, ya tenemos las máscaras puestas para evitar respirar el gas, debemos ser más precavidos ya que no contamos con tanque de oxígeno.

******

Una vez ahí empezamos a buscar algún rastro de ellos.

—Lo último que recuerdo es que se fueron por ahí —les dije mientras apuntaba con mi brazo aquella dirección.

Seguimos ese camino, solo hay árboles y ramas secas, supongo que esto solía ser un bosque o algún parque pero hoy está muerto.

—Si seguimos así nos perderemos entre estos árboles muertos, debe haber algo que nos de una señal de por donde se fueron— dijo Ana

—Revisemos bien a nuestro alrededor —dijo Terry

Buscábamos huellas, pero no hay ni una sola, no hay nada.

—Parece como cuando sopla el viento, solo pasa, no lo puedes ver ni seguir, no deja rastro— dijo Ana

—No deja rastro, pero, si una señal de que estuvo ahí, y creo que ya la vi— dijo Terry acercándose a unas ramas.