LA CASA NUEVA•||• Parte 2

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SeokJin se quedó desconcertado, ¿a qué se refería con que le estaban acariciando el cabello? Realmente no lograba entender qué era lo que le pasaba a Jimin. Había estado actuando muy raro, pero él no lograba percibir nada fuera de lo normal dentro de la casa.

Tomó al peli negro entre sus brazos y sintió como temblaba, por lo que se preocupó mucho.

—Tranquilo... No pasa nada, yo estoy a tu lado ¿Bien? No dejaré que nada suceda.

Jimin asintió intranquilo y juntos caminaron hacia la habitación, pero no había nadie dentro. SeokJin entró solo y revisó la ventana, aunque estaba totalmente cerrada. Buscó debajo de la cama, dentro del armario, en cualquier lugar donde un intruso pudiera haberse escondió, pero no encontró nada ni a nadie.

—Tal vez fue solo algo provocado por tu mente, quizá un sueño que te pareció real.

—N-No Jin, no estoy loco y estoy seguro de lo que sentí— respondió Jimin algo molesto—¡Algo está pasando aquí!

El castaño prefirió no decir nada al respecto, no quería alterarlo más de lo que ya estaba.

—Bueno, ¿Qué te parece si tratas de dormir y yo me quedo despierto?

Pero el peli negro simplemente lo miró mal. Estaba seguro de que él no le creía en lo absoluto.

—No es necesario.

Sin mirarlo, se asomó a la habitación y luego de decidirse finalmente entró y se acostó dándole la espalda. SeokJin suspiró pesadamente y de acomodó a su lado.

Esa noche, Jimin en realidad no tenía ganas de dormir, y por ello no pudo pegar los ojos el resto de la noche.

Cuando el sol salió, el peli negro se preparó para irse a la sesión que tenía programada. Quizá sería una buena oportunidad para despejarse de todo, quizá incluso le ayudaría a distraerse.

—Ya me voy, no puedo llegar tarde a esta sesión... Dejé el desayuno en la mesa.

—De acuerdo, que te vaya bien. Yo también casi me voy.

Se despidieron con un beso corto y luego cada quien tomó su rumbo.

Cuando Jimin llegó al lugar de la cita, esperó sentado a que lo recibieran, y una vez hecho eso comenzó con la sesión.

Los novios posaron para él siguiendo sus instrucciones y tal como lo pensó, su cabeza estaba tan concentrada en ellos que se olvidó de la casa por un momento.

Mientras tanto, SeokJin seguía preguntándose qué pasaba. Su novio actuaba muy raro y eso le angustiaba mucho. Decía ver cosas, escuchar voces, sentir el toque de alguien siempre a sus espaldas, incluso decía sentirse observado, pero entonces porqué él no sentía nada de eso.

Todo el camino estuvo pensándolo, y al llegar a casa en la tarde, se dio cuenta de que el peli negro aún no volvía.

Con calma se desató la corbata y caminó hasta la cocina. Moría de hambre, así que abrió la bolsa de pan para prepararse un sándwich. Y mientras lo hacía escuchó el seguro de la puerta abrirse.

—¿Jimin?— habló sin obtener respuesta durante varios minutos, por lo que se asomó de la cocina sin encontrar a nadie, aunque él claramente escuchó como ponían las llaves sobre la mesita de la entrada y luego se oyeron pasos acercarse.

Quizá había subido, así que no le dio importancia, a veces Jimin no contestaba a sus llamados.

Y con eso en mente, siguió en lo que estaba, hasta que unos minutos después pudo ver por el rabillo del ojo la silueta de su novio que había pasado detrás de él en dirección al fregadero.

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