—Bueno, creo que será mejor ir a preparar la cena.

—Si, ya estoy muriendo de hambre— le siguió Jimin tomando nuevamente la fotografía que había tomado— Huh.

—¿Qué pasa?

—Que raro... La foto salió mal.

—¿Qué? ¿A qué te refieres? 

El chico más alto de cabello castaño se acercó y ladeó la cabeza sorprendido al ver que efectivamente la foto estaba mal, pues aparecía una macha negra en el centro que la arruinaba por completo.

—Tal vez estaba sucia.

—No lo creo— respondió revisándola.

Pero después de un rato simplemente dejó de darle importancia. Su cabeza no estaba como para pensar demasiado en un error fotográfico, lo único que quería era comer algo y después irse a dormir.


La cena había sido bastante agradable, ambos conversando con tranquilidad y armonía, hasta que la noche llegó. En ese momento se escuchaba el canto de los grillos a la perfección, y la luz de la luna alumbraba hermosamente.

La pareja de había ido a la cama, el primer día en su nueva casa había sido simplemente agotador, estaban tan cansados que creyeron no despertar a la tarde del día siguiente; sin embargo, a las tres de la mañana un fuerte golpe despertó a Jimin exaltado.

El joven de cabellos negros se sentó sobre la cama rápidamente y miró para todos lados, pero no vio nada fuera de lugar, por lo que aún con el corazón latiendo a prisa, se volvió a recostar creyendo que tal vez había sido solo parte de sus sueños... Pero  entonces escuchó de nuevo un sonido a los pocos minutos, un sonido que venía de la planta baja.


—Jin— susurró con el sudor en la frente tratando de despertar a su novio, pero este no se movía, así que tomó una bocanada de aire y se levantó. Con cautela comenzó a caminar despacio hacia la puerta de la habitación, se asomó pero no vio movimiento.

Una vez más miró a su pareja quién estaba perdidamente dormido, así que finalmente se armó de valor y salió lentamente hacia las escaleras.

Fue sigiloso, el ambiente se sentía pesado y no supo cuándo fue que empezó a sudar tanto, todo estaba obscuro y únicamente podía escuchar el sonido de su respiración. Tragó saliva con dificultad al llegar a la sala, donde lo único qu se veía eran unos cuantos muebles aún desacomodados. No había nada al parecer.

De pronto un frío terrible se apoderó de su cuerpo, y segundos después sintió como si alguien le hubiera sujetado el hombro.

En ese momento sus ojos se abrieron con terror y en un rápido movimiento se giró y encendió la luz.

Al instante, SeokJin despertó tras escuchar el estruendoso grito de su novio, por lo que ni siquiera lo pensó, simplemente se levantó y bajó corriendo las escaleras solo para encontrarse con algo escalofriante que lo hizo detenerse abruptamente:

Las fotografías de la pared estaban de cabeza, y no se explicaban cómo era eso posible. Las fotos donde aparecía él estaban rasgadas del rostro, y en las que salían juntos estaban rotas por la mitad, como si estuvieran de alguna manera separándolos. Pero lo más extraño era que el cristal que cubría las fotografías estaba intacto.

—Llamaré a la policía— murmuró SeokJin subiendo por su celular rápidamente.

Al poco rato una patrulla los encontró fuera de la casa tapados con cobijas.

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