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Cuando despierto, me encuentro en una habitación blanca con un sillón aun costado, la lámpara del techo hace que cierre los ojos un par de veces. Cuando tengo mi vista bien, me fijo que es un habitación de doctor, estoy sola, tengo suero intravenoso puesto necesito respuestas y no hay ningún doctor o enfermera que me las pueda dar, tomo el suero y lo pongo en alto con la mano izquierda, salgo de la habitación y vago por los pasillos, no me he fijado en que habitación estoy, me encuentro con  una enfermera.

—¡Qué bueno que ya ha despertado!, pero no puede estar levantada aun, sigue débil.

—Pero ¿Cómo he llegado aquí? — le contare todo, si volvemos a la habitación.

Su voz es tan dulce y amable, que no me he negado, me acuesto otra vez y la enfermera coloca el suero en su lugar otra vez.

—Te ha traído una mujer que te encontró desmayada en la orilla de la carretera, nadie ha venido por ti, pero estas en todas las noticias.

—Una mujer, ha dejado su nombre o algo.

—No, pero ha venido un par de veces para ver como seguías.

Después de un momento me acuerdo que tenía mi teléfono en la mano.

—Disculpe, yo tenía mi teléfono cuando me he desmallado, pero esta descargado.

—Sí, lo han traído, lo pusimos a cargar para avisar a sus familiares pero tiene contraseña.

—Me lo podría traer por favor.

—En un momento se lo traigo.

Me duele horriblemente la cabeza, tengo mucha hambre, la enfermera no tarda en regresar y en darme mi teléfono. Marco el número de mi hermano y no contesta, marco el número de la casa y tampoco, marco el de Henri y suena ocupado y con mucha esperanza marco el de Alexander.

—Artemisa ¿Dónde estás? ¿Estás bien? — su voz preocupada me dice que si me quiere de verdad y hasta más que eso.

—Escúchame por favor pondré el GPS de mi teléfono, solo sé que estoy en un hospital, le he marcado a mi hermano y no me contesta, necesito que vayas a mi casa y le preguntes todo a los trabajadores todo lo que sepan de Antonio y después vienes por mí.

—Pero ¿Qué es lo que quieres saber del?

—Lo quiero saber todo, ese maldito me secuestro y quiere matar a mi familia.

—¿Qué has dicho?

—Ahora no te puedo explicar por favor, te espero aquí.

—Está bien, está bien, haré lo que me pides, pero tranquila no te alteres.

Cuando cuelgo reviso las redes sociales y todo los portales de chisme, es verdad lo que ha dicho la enfermera, me están buscando, leo la nota y no mencionan al maldito infeliz que me ha secuestrado ponen todo de a que me dedico, de cómo tuve éxito etcétera hasta la fecha. Leo la misma nota en otro sitio de internet y leo lo que ha pasado con mis padres. Las lágrimas corren por mis mejillas como su fueran una cascada.
¡Los ha matado! ¡Ese maldito los ha matado! Leo todo con lujo de detalles, mis manos están temblorosas, la maquina hace un ruido constante y la misma enfermera viene corriendo  a mi lado.
Revisa la máquina, siento que se me sale el corazón tengo que irme, tengo que estar con mi hermano.

—¡Tengo que irme! Mi hermano, mi hermano me necesita ¡Necesito levantar una denuncia ya! ¡Él no se puede ir, tiene que estar en la cárcel!

—Tranquila señorita, ya vendrá la policía pero no ira a ninguna parte — escucho como la enfermera habla con alguien por teléfono, pero pronto dejo de escuchar.


Tus padres morirían arrollados por un tráiler y tú te quedaras aquí, tú serás la última para divertirme antes de terminar contigo. La casucha es vieja y sucia hay ratas e insectos por doquier, la cabeza me duele, mi labio roto lo siento inflamado. Moriré y los animales se alimentaran de mí, nadie vendrá por mí, se olvidaran de mí, solo quedara mi trabajo para que por lo menos me recuerden. Mis padres me esperan sé que lo hacen.

—Cariño, despierta, despierta, es solo un mal sueño, yo estoy contigo.

Esa voz hace que me levante y veo su precioso rostro, sus dos espejos azules me miran, se ve preocupado y yo vuelvo a llorar.

—Cariño, por favor no llores, sé que es difícil todo esto, pero tienes que ser fuerte, tu hermano, papi, constelación y yo te necesitamos, ellos te aman, yo te amo.

Lo miro con mis ojos llorosos ¡Me ha dicho que me ama! ¡Por fin lo ha dicho! En otra situación eso sería maravilloso pero ahora solo es lindo, esperaba una demostración de amor súper linda, pero no.

—El amatado mis padres ¡Me ha dejado huérfana! Él ha matado su padre, los ha matado e hizo que pareciera un accidente de carretera.

Él se sube a la cama y se acuesta a mi lado consolándome mientras yo lloro, sé que tiene muchas preguntas pero también sabe que este no es el momento. Duermo de nuevo, pero esta vez no tengo pesadillas, duermo tranquila, su fuerte brazo me rodea dándome calor.

Para cuando despierto son las dos de la tarde y pronto llegan dos agentes de policía.

—Buenas tardes, somos Oscar y Juan, una enfermera nos avisó que quiere levantar una denuncia — dice el policía que se ve bastante joven mostrando su placa.

—Así es soy Artemisa Días Gonzales y quiero levantar una denuncia por secuestro, asesinato e intento de asesinato y por golpes y quiero todo el peso de la ley — digo sentándome en la cama.

—¿Quién es la persona a quien quiere denunciar?

—Ese hombre se llama Antonio Ruiz.

Para cuando cuento todos los hechos, los oficiales se van y a mí me dan de alta en la noche, Alexander me lleva a mi casa y me encuentro con el velorio de mis padres, todo el presente me mira y empiezan los murmullos.

Alexander me lleva hasta mi habitación tomo un pantalón y una blusa negra y ropa interior del mismo color. Me baño inmediatamente, mi cabello esta rizado  y se seca rápido por lo corto que esta. Me visto rápido, me he lavado los dientes y me he puesto mucho desodorante y poco perfume, tomo unos lentes oscuros y me los pongo y unos aretes pequeños.

Bajo a la sala donde están todos los murmuradores cuando llego todos se callan. Busco a mi hermano con la mirada y lo encuentro parado aun constado de los cuerpos yacientes de nuestros padres.  El me abraza en cuanto me tiene cerca y yo quiero llorar, pero me aguanto por completo. Cuando suelto me separo de mi hermano alguien toca mi brazo, es Henri y su característico sombrero negro, me da el pésame seguido de los amigos de Jorge, hasta Ernesto está aquí. Desde la primera vez que los vi no he vuelto a salir con ellos.
Sé que muchos de los aquí presente están aquí solo por criticar y llevar chismes de lo que está pasando. Amigos de nuestros padres nos dan el pésame a Jorge y a mí.

Permanezco toda la noche despierta hasta la hora del entierro, cuando regresamos a casa, solo están los trabajadores y algunos amigos y chismosos del pueblo.
La semana pasa rápidamente y ya casi no tengo moretones, ya han arrestado a ese hombre que dice ser mi hermano, no me quedare con la duda, así que he mandado hacer una prueba de ADN con mi sangre y ha salido positivo ¡Ese maldito es mi hermano!
El testamento de mi padre se lee y ha dejado una cuenta bancaria para sus tres hijos con treinta mil pesos cada una, es lo único que ha dejado. Henri y Alexander me han apoyado en todo momento, a veces por las noches todavía tengo pesadillas.
Antonio ha matado a mis padres por noventa mil pesos, la vida de mis padres no tiene precio le hubiera dejado el racho también con tal de tenerlos aquí.  Pero ya no están.

Pobre su hermano y ella se han quedado huérfanos por el rencor y odio de su hermanastro, he de confesar que yo tengo una media hermana, mi padre la tuvo antes de casarse y se lo dijo a mi madre después de la ceremonia, yo no se que haría si mi hermanastra hiciera eso, creo que en parte me la imagine a ella en esa situación.
Bueno esperó que les haya gustado de ser así los invito a pucharle a la 🌟.
Gracias
Cecilia Ovando.😘

SUEÑOS FUGACES #GSB2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora