-¿Recuerdas el señor de ayer?-dijo apareciendo por fin en el salón.-El del caballo-me explicó.

-Sí, si lo recuerdo-asentí.

-Bueno, él es quien cuida de la cabaña y de cuanta cosa esta aquí dentro y en sus alrededores, por lo tanto él se hará cargo de alimentar y cuidar a Danbi-concluyó.

-Ah, qué bien-dije con algo de tristeza por no llevarla con migo.

-No te preocupes-notando el pesar en mi rostro-le gustan mucho los animales. Además que el departamento es muy pequeño para ella que está acostumbrada a un ambiente más amplio y con aire puro. La ciudad no es para ella-explicó para finalizar.

-Está bien-afirmé más tranquila.

Di media vuelta para ir por mi maleta al segundo piso cuando Bon me interrumpió con una pregunta que me sacó un poco de mí, a pesar de lo inofensiva que era

-¿Recuerdas algo de lo de ayer?

De inmediato la sangre se me subió al rostro y enrojecí de inmediato. Suspiré y di vuelta en dirección a Bon. Lo miré a los ojos un poco avergonzada y solo asentí.

-Ah-respondió dando la vuelta para volver a la cocina.

Tomé un poco de aire y valentía y dije

-¿Qué somos?

No podía creer lo que estaba haciendo, pero sabía que si no lo hacía la duda me mataría.

-No lo sé-dándome la espalda.

-Perdón, no sé por qué lo pregunté en todo caso-dije muy avergonzada.

Rápidamente retomé mi camino escaleras arriba. Cuando nuevamente interrumpe mi camino

-No sé qué somos pero esto que siento aquí dentro-indicando su pecho-es algo muy extraño y nunca lo había sentido-mirándome hacia arriba.

-¿Qué sientes?-dije algo incómoda.

-Es algo inexplicable que comenzó hace unos días, tan solo hace falta que te acerques un poco y mi corazón se vuelve loco-dijo algo desesperado.

-Creo que estás confundiendo las cosas, eso se llama taquicardia y puede ser por estrés que se yo, solo ha pasado una semana, no te puedo causar todo eso yo. No, es imposible-dije en total negativa.

-No lo quiero llamar amor pero creo que es eso.

Sus palabras me estremecieron por completo. Sentí como mi corazón saltó de alegría al oír a Bon Hwa pronunciar la palabra amor en mi dirección. El personaje con que toda mi vida soñé está justo en frente de mí declarándome su amor. Realmente es algo increíble, por más que mi cabeza trataba de procesarlo, no podía, la imagen se me congeló  y sus palabras se repetían una y otra vez en mi mente.

-¿Qué dices?-totalmente ida.

-Que enamoré de ti-dijo acercándose hasta mi posición lentamente por la escalera.

-Es imposible-dije sin aliento.

-¿Por qué tienes que negarlo, si sé que también me amas?-tomándome sutilmente por los hombros.

-No, mis sentimientos son totalmente imparciales, yo te quería desde antes que tu siquiera supieras que existía mi nombre. La verdad estoy confundida-dije ante la mirada de pánico de Bon-Jamás creí decir esto en una situación como esta, pero, creo que lo tengo que pensar-saliendo de entre sus manos y yendo al fin hacia el cuarto.

-Aquí estaré para cuando aclares tu corazón-oí que dijo mientras yo le daba la espalda.

Terminé de acomodar bien mi ropa en la maleta y los zapatos en el bolso. Esperé un momento recostada encima de la cama para tratar de calmarme mirando el techo sin ningún pensamiento en la cabeza. De pronto la voz de Bon me interrumpe para informarme que baje inmediatamente al auto. Tomé mis cosas y al salir del cuarto me di cuenta de que me esperaba en la escalera.

-Dame tus cosas, yo las llevo-amablemente.

-Gracias-dije sin alcanzar a decir otra cosa ya que me arrebató rápidamente todo lo que llevaba.

Una vez fuera de la cabaña, di un último vistazo y me introduje en el auto, el cual se puso en movimiento de inmediato.

El camino de vuelta fue bastante tranquilo y ningún ruido rompía el silencio del auto, más que el motor en movimiento.

-Es bastante temprano-dijo Bon en un intento por romper el silencio.

-Ahá, solo van a ser las diez de la mañana-tratando de continuar la conversación.

-Y el clima esta templado-mirando un poco el cielo.

-Así es-asentí.

Dio un suspiro y todo quedó en completo silencio nuevamente, bueno así hubiera sido si mi conciencia no me hubiese comenzado a hablar de pronto.

“-Eres tan boba.

-¿Por qué?-dije mentalmente.

-Veamos; se te acaba de declarar el amor de tu vida y tú dices ¨lo debo pensar¨, eso es ser boba.

-¿Tú crees?

-Claro. Araceli, estás enferma, aprovecha esta oportunidad que la vida te está dando. Total, para cuando tengamos que despedirnos de esta vida estaremos muy lejos y quizá ni se entere.”

Esto último que me había planteado “yo misma” me hizo abrir los ojos de pronto y mirar hacia el camino con algo de desesperación. Tenía razón, me queda poco tiempo en el mundo y este pequeño percance retrasa todo y el tumor seguirá avanzando. Para cuando regrese a casa ya estará en la fase final y entonces moriré y quizá esta historia solo quede en el más profundo de los olvidos. Mis ojos comenzaron a llorar solos, mientras miraba el camino.

-¿Araceli?, ¿Qué pasa?-preocupado deteniendo el auto a un costado de la carretera.

-Te amo-susurré.

-¿Qué?-sin oír bien por lo bajo de mi tono de voz.

-Te amo-mirándolo a los ojos con una sonrisa que no cabía en mi rostro.

Entonces me abrazó, mientras oí que mi yo interior gritaba “¡Así se hace!”. No lo dejé besarme, no quiero que al final cuando ya no esté me recuerde porque lo dejaba besarme a cada rato.

Magia de un amor fugazWhere stories live. Discover now