Capítulo 10- Impulsos

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Estuve toda la noche sentada en un tronco junto a Campanilla, pensando en lo que me había dicho, la verdad es que no quería enamorarme, pero eso no se puede elegir. El poco rato que estuve en la hoguera se me hizo eterno, todo era como siempre, los Niños Perdidos bailaban, Pan tocaba la flauta y yo no hacía nada... Me levanté, dejando a Campanilla disfrutando de aquella noche y me dirigí hacia la casa del árbol, necesitaba estar sola y pensar. Cuando llegué me senté en la cama y me quedé mirando por la ventana, la noche estaba preciosa, las estrellas bañaban el cielo, pero por alguna extraña razón la isla me seguía dando un poco de miedo de noche. Me quité los zapatos y me introduje en la cama, pero no me dormía. Seguía pensando en aquella palabra... "Amor"... era imposible, yo no podía enamorarme de alguien como él, lo veía inconcebible. Justo en aquel momento mis párpados comenzaron a cerrarse hasta hacer que me quedase dormida.

Tuve un sueño un tanto extraño, veía a Pan en la casa del árbol, observándome mientras dormía, sentado en la silla. Extendía su brazo para tocar mi rostro, pero justo en ese momento me desperté. Al levantar mi cuerpo de la cama, noté mi respiración agitada y me dolía la cabeza. Elevé mi mano para poder tocar mi cara, estaba caliente, y la habitación olía diferente... olía a él, a Peter Pan.

Volví a tumbarme sobre la cama y me arropé para poder conciliar el sueño, y en menos de cinco minutos, ya estaba dormida.

-Despierta, venga dormilona -decía Campanilla mientras me zarandeaba para despertarme.

Abrí los ojos y vi como el hada me miraba atentamente.

-¿Duermes mucho, no crees?- me preguntó mientras yo me incorporaba.

-Solo lo necesario- dije con una sonrisa cansada.

Me obligó a levantarme de la cama y a ponerme los zapatos, me ayudo a peinarme un poco el pelo y acto seguido salimos de la casa del árbol. Estuvimos caminando un buen rato, todo estaba en silencio, hasta que yo decidí romperlo.

-Por cierto... ¿dónde has dormido?

-En el campamento, al lado de la hoguera- me contestó.

-¿¡Cómo!?- dije sorprendida.

Me miró sonriendo.

-No pasa nada, he dormido bien...

-Tranquila, no volverás a dormir en el suelo, ¿qué te parece si reúno a todos los Niños Perdidos para que me ayuden a construirte tu propia casa del árbol?

-¿De verdad harías eso?- me preguntó ilusionada-¿Pan no se enfadará?

-No te preocupes, no creo que se enfade... y si lo hace ya hablaré yo con él- dije sonriente.

Cuando llegamos al campamento los Niños Perdidos estaban dispersados, haciendo cosas o hablando, tal y como lo hacían la tarde anterior.

-¡¡Chicos, por favor escuchadme!!- grité, intentando llamar la atención de todos ellos. Cuando logré mi propósito les dije- Necesito vuestra ayuda. Quiero que reunáis toda la madera que podáis y que halléis un árbol grande para poder construirle un hogar a Campanilla, ¿me ayudaréis?- les pregunté con una sonrisa inocente.

Pensé que se negarían, pero se encogieron de hombros y comenzaron a realizar las tareas que les había encomendado.  Me empezaron a gruñir las tripas, y al parecer Campanilla también lo notó, porque antes de que yo pudiese desear algún alimento, ella ya tenía una manzana en su mano, ofreciéndomela. Le dediqué una gran sonrisa y acepté la fruta, que me comí en menos de tres minutos. Acto seguido las dos nos pusimos a ayudar a los Niños Perdidos en la búsqueda del material para la construcción de su futuro hogar.

The Lost Girl (Fan Fiction de Robbie Kay)Where stories live. Discover now