-¿Emma?- me preocupé, pero ella me sonrió- Ambos se lo diremos, ¿okay?

-Doctora Kennedy- habló una enfermera-, sus signos descienden bruscamente.

-Emma, por favor- lágrimas comenzaban a hacer mi vista cada vez más borrosa-, quédate...

-Ya te extraño, amor- susurró por última vez antes de cerrar sus ojos.

-¡Blake!- me alarmé.

-Jack, apártate- ordenó acercando el carro rojo para reanimación.

Con Hanna en mis brazos hice lo que me indicó, ella sacó las paletas para electroshock y les daba instrucciones a la doctora Garcés para que preparara la carga.

-A un lado- dijo y presionó las paletas contra el cuerpo de Emma, haciendo que este saltase, miró la pantalla, aún nada- carga a trescientos- la doctora lo hizo- ¡a un lado!- repitió el procedimiento, pero nada cambió- vuelve a cargar- todo igual.

-Doctora, no responde- dijo una enfermera con tristeza.

-¡Vuelve a cargar!- gritó ignorándola. Pero Emma no reaccionaba.

Por favor, Emma, por favor.

-Debemos dejarla ir- dijo Garcés con precaución.

-¡Yo soy quien da las ordenes aquí, Alicia!- le recordó Blake.

Entonces lo entendí, ella no volvería.

-Dile al doctor Kennedy, está arriba- Alicia, con lágrimas en sus ojos, le dijo a una de las enfermeras en un susurro para que Blake no le escuchara, señalando el ventanal por el cual el doctor junto a otros especialistas veían el procedimiento, incapaces de interceder.

-Emma, vuelve- le pidió Blake-. Carga a tres cincuenta- ordenó-. Apártense- volvió a reanimar.

El doctor Kennedy entró con una mascarilla y se acercó a su esposa al ver que la última reanimación tampoco había tenido éxito. Le quitó las paletas con cuidado.

-Debo seguir, Logan- sollozó ella.

-Blake, apártate y ve con Jack- le dijo-. Carga a tres cincuenta otra vez- le ordenó a Garcés.

-Doctor, ya pasó el tiempo- le recordó la interna.

-Doctora Garcés, no nos detendremos hasta que realmente sienta que hice lo necesario por salvarla. Ahora, cargue- respondió, ella asintió y cargó la máquina.

Blake se acercó a mi lado con los ojos llenos de lágrimas, se quitó sus guantes quirúrgicos y me abrazó a mí y a Hanna, quien ahora lloraba.  Sabía que ella había hecho todo cuanto estuvo en sus manos y que debía estar agotada, jamás la culparía por nada.

Aún podía escuchar cómo Logan le seguía dando instrucciones a la doctora Garcés, sin rendirse. Él miró el monitor, aún nada.

-Lo siento, Jack- me miró atentamente con mucho dolor y luego miró a la doctora Garcés-. Hora de la muerte 10:00 am- dejó de lado las paletas y se acercó a nosotros.

-Lo sé- solté antes de que dijeran algo-, hicieron todo lo que pudieron y jamás lo olvidaré- intente esbozar una sonrisa-... Blake, ¿podrías cargarla?- le entregué a Hanna.

-Claro- sollozó y recibió a mi pequeña.

-Salgan todos de aquí- dijo Logan a los doctores que estaban observando con tristeza-, debemos darle un tiempo a la familia- ellos asintieron y comenzaron a salir.

8 años después.

-¡Tío Logan!- gritó la pequeña de ocho años corriendo a sus brazos.

Te necesito, ¿Y tú?Where stories live. Discover now