"Take me home"

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¿Sabes ese momento en lo que la noche anterior te la has pasado bebiendo y al despertar tu cabeza retumba contra tu propio cuerpo impidiéndote levantar? Mi estado mental es incomprensible en este momento, a veces las piernas me tiemblan, no me puedo levantar, la cabeza me da vueltas y por ello mis ojos se nublan. 

Todo cuanto conociste se pierde en un solo momento, ese instante en el que tus ojos observan su alrededor mandando una señal al cerebro, una señal que teme. Un estado critico de inseguridad. Apreciando unas paredes blancas sin rasguño alguno, extremadamente perfectas, el suelo frío chocando contra la piel despertando tus células, y un simple cristal cuyo cometido es crear la diferencia, su color negro opaco, en el no ves mas haya. Un reflejo de ti mismo calzando nada, tapando tu cuerpo con una simple toalla blanca abierta por los lados; un pequeño color cae de tus labios y de tu cabeza crea una alarma en tu cerebro, dos rayas rojas que se abren paso por tu piel hasta caer contra el suelo manchando tus pies. 

No sabes lo que es despertar encerrado en un lugar que no conoces, solo, totalmente despistado, sangrando, con la única guía de tus pasos en 10 metros cuadrados. En un silencio que casi lleva a la tortura. 

-Veo que has despertado. -Ese sonido crea tu cordura pero a la vez tu inestabilidad, esa voz... Es ella. -No quería hacer las cosas así, quería simplemente una respuesta, muy sencilla Beca, tan sencilla que si hubieses contestado todo esto abría parado. -Te preguntas a ti mismo como llegaste aquí, como pudiste llegar a este estado. Hace unos días eras una persona normal, divirtiéndose, pasando de largo con los demás y dependiente en un chasquido, te ves aquí, en ese momento inconsciente por una guerra que jamás pensaste que llegaría, aquí esta. -Quería hacerte las cosas fáciles, pero no me dejas otra opción eres un peligro para esta sociedad... ¿Has visto lo que le has echo a ese pobre chico?. -Mi propia imagen golpeando sin parar a es chaval, rompiéndole la nariz, el labio inferior e incluso el pómulo izquierdo hundiéndose en mis manos, no paraba, el suplica y yo... solo sigo. -Vale si, era un enemigo, trabajaba para mi, pero.., ¿Crees que este comportamiento es humano? Tenia 17 años... -¿Como pude hacer algo así? -Me gustaría pensar que la culpable de tu educación eres tu, pero... se lo dejare a tus padres. -Me he derrumbado, literal, mi pelo tapa mi cara es el momento de aprovechar, poder desahogar mis lagrimas contra el cristal, empapar mis nudillos de rabia y alimentar mi propia auto lesión mental y física. 

Cuando alguien realmente quiere hacer daño, la culpabilidad es algo vano, nunca sale, solo... Simplemente se estanca y se borra, como un archivo lleno de virus. Pero cuando no quieres hacer daño y te ves a ti mismo, asesinando a un ser humano con tus propias manos... Te preguntas muchas cosas. ¿Realmente me estaba defendiendo? Sinceramente no lo creo, no creo que esa sea una respuesta. 

En la guerra miras al enemigo y disparas. ¿Sabes ese momento en el que ves el alma de alguien y de querer destruirlo todo tu odio se detiene? Piensas si realmente es el enemigo, si haces lo correcto, matar por dinero, quitar una vida por un sueldo, piénsalo. Si miras esos ojos y no ves nada.., estas tan vacío como yo en ese momento de inestabilidad mental. 

"No quiero que te levantes mañana y te sientas culpable. Se como eres, te conozco demasiado y puedo decirte a los ojos que si pegaste a ese chico fue por algo Beca, no harías daño a nadie, me defendiste, a tu hermana, sangre de tu sangre". 

Es cierto... No fue Zach quien pego a ese capullo, fui, yo.., 

-Siempre tuviste problemas con la ira, controlarte era algo que tus padres no supieron hacer. ¿Que paso exactamente con Hanna, Rebeca? 

Un error. 

-¡HANNA! -Gritaba en un día soleado pero a la vez tan oscuro, tan silencioso... Tenía tanto miedo... Corría por los pasillos llamando la atención de los estudiantes, les empujaba y chocaba contra ellos, en un impacto recuerdo caer contra el suelo, lo extraño es que no sentí dolor. Me levante sintiendo como mis músculos se tensaban, se esforzaban por darme ese impulso que tanto necesitaba. Recuerdo correr a ninguna parte, sin rumbo, tan perdida que lloraba por angustia. Chillaba en silencio nadie escuchaba mis gritos de ayuda, nadie prestaba atención, estaba sola con el cuerpo de mi hermana entre mis manos. 

Su peso lo acogían mis brazos empapados por su pelo completamente mojado dejando marcas rojas por el suelo. Me miraban sorprendidos asustados, pero poco a poco solo se convertían en sombras. Caminaba como si tuviese constantes piedras provocando mi torpeza. No se como explicar la rotura interna. Te sientes vacío, se han llevado una parte de ti, esa parte por la que vivías, por la que luchabas, por la que cada día decías.., merece la pena. Mi mente estaba completamente vacía y mi alma se fue con ella. Quería volver a casa con ella, solo quería que volviera a casa, solo... Me derrumbe, al final mis rodillas chocaron contra la madera sacando todo lo que quedaba dentro de mi, llévame de nuevo a casa. 

-Papa... mama... -Llore tanto que incluso las lágrimas secas que ya tenia pegadas en los pómulos, volvieron a empaparse. La actuación de mis padres no ayudo, cayeron de tal manera que al coger el cuerpo de Hanna sus suplicas se convirtieron en exigencias, en gritos agonizantes que cualquiera escucharía con los pelos de punta. 

Se suicido, y la encontré. 

-Intento averiguar por que mi hija se suicidaría. -Ellos no ayudaban, trababan la situación dando débiles y estúpidas excusas. -No lo entiende. -MI madre se derrumbaba cada vez que decía Hanna. -¿Es tan difícil de entender? -Nadie se hizo cargo. 


Entiendo por que lo hizo, pero tengo tantos capítulos borrados de mi cabeza que hay cosas que se escapan de mi entendimiento. Soy de esas personas que han sufrido, que han llegado aun pésimo control de sus sentimientos, por desgracia de los peores.

-Tu mataste a Hanna, Beca. -Ahora entiendo por que duele el corazón, el estomago se contrae, el corazón palpita con lentitud, y tus pulmones intenta coger mas oxigeno, de ahí que se sienta como si te apuñalaran. -Si, fuiste tu, te pidió ayuda y no estuviste para ella. 

-Basta... basta... ¡BASTA! -Quiero salir de aquí.

-Deja a mi hija por favor. 

-Es cierto es vuestro problema... No la educasteis bien. -Solo quiero salir... -Deberíais haberla enseñado a obedecer. -Y a ti a callarte. -¿Que haré con vuestras hijas? Primero ella y luego esta. 

Ahora recuerdo. 



"APOLO 182" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora