VĪĪĪ

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Creo que jamás me he sentido así, como con una competencia en mi estomago, una batalla sobre una decisión. He visto el peligro, solo quiero marcharme... No puedo seguir.

Es la primera vez que tengo tanto miedo.

Siento que esta vez he sobrellevado los limites, he dejado que controlen mis sentimientos y se metan de lleno, ella lo merece todo pero tengo demasiado miedo para seguir, estamos en peligro, mi mente no es capaz de apartarla.

Saliendo de allí me apoyo en el marco de uno de los ventanales.

Los chavales hablan, sonrien. Una estampa tan pacifica... Estan tan tranquilos. Incluso hay un perro que juega con ellos. El cielo sea despejado ahora los rayos del sol queman nuestras pieles. "Dios ojala fuera una mas." Me gustaria tanto por un momento no ser quien soy, por una vez poder respirar con tal tranquilidad como ellos, estando aegura de lo que quiero, como y cuando.

"Estoy perdida."

Entonces cuando menos lo necesito noto un agarre, una atracción. Me giro encontrandome con ella. -¿Estas bien?

Sin decir nada solo me aparto andando hacia mi coche. -Becs... -Intenta agarrar mi brazo. -Becs... ¿Que te pasa?

-Nada. -"Derrepente no se mentir" Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas.

-Hey... ¿Que pasa? -Me abraza.

Sin que se lo espere me desato de su agarre, levantandome y dejandola en el suelo. -Te vieron, se que te vieron. -Trago entre lágrimas. -¡LA PRUEBA NO FUE BIEN! -Se que no tenía por que gritarla pero no aguantaba mas. -¡TE VIERON! ¡ESTOY SEGURA! -Sus ojos ni se inmutan, sonrie abarzandome de nuevo. -¿Estas sorda? -Consigue que me calme.

-No pasa nada, todo tiene un motivo. -Sonrie de nuevo dandome un beso en la mejilla, el mas suave y tierno beso que alguien te puede dar. -Relajate... -Coje mis pomulos entre sus manos provocando que la mire. -Estoy aqui.

-En la prueba aparte de crear mi propio paraiso apareciste tu, creí que logre quitarte lo mas rápido posible, pero no, lo pense. No fue así, te ponian en peligro constante, eran segundos, pero para mi fueron minutos muy largos en los que mi mente luchaba por ti. -Pense un momento apoyando las manos en el volante. -Fue mucho tiempo, te ahogaban y no podía salvarte, luego te torturaban unos hombres con trajes blancos de... "Oh dios mio."

-Trajes de...

La mire con los ojos como platos. -De... Seguridad. "Ahí lo entendí todo, me estaban amenazando."

-¿Aparecia tu familia?

Asenti. -Destrozavan la casa con ellos dentro... -Entonces arranque sin pensar. Fuí a tanta velocidad que las barreras de estacionamiento saltaban tras de mi.

Denia me miraba sin decir nada, me tocaba de vez en cuando las manos o la pierna intentando relajarne. Estaba temblando como un flan. Me mordia las uñas y luchaba por no llorar.

Luchaba tanto conmigo misma...

"Ya no es miedo, es algo aún mayor, peor..."

-Relajate por favor... Estas tenblando. "La mento tanto no estar segura de lo que han visto." -Cariño todo ira bien. "Quisiera creerlo."

Al menos aún esta la casa en pie. Bajamos y aunque ella intenta consolarme no lo consigue, camino en silencio.

Denia se da cuenta, por fin de mi miedo y tal como es ella solo apoya su brazo en mis hombros.

-Vamos. "El tiempo se pone en pausa. El vienro sopla despacio acariciando nuestro pelo, los pasos pasan desapercibidos como si no quisieran ser escucuchados, vistos. Las hojas que caen aparecen despacio por nuestros zapatos, acariciando."

Caminamos con miedo sintiendo el peligro inevitable que nos espera.

"Somos tan inocentes. Se ve todo tan pequeño, un momento simple."

Paso la muñequera por el detector abriendo la puerta completo con tanta lentitud. Observo el interior dudosa de mi misma.

"Por favor" Suplico a la nada dejando caer una pequeña lágrima. Se rompe en mil pedazos al caer, pero en ese transcurso de tiempo he contemplado su belleza.

Denia aprieta mi mano marcandome, una marca que no se borra facilmemte puesto que me da la fuerza suficiente para seguir caminando por la casa.

Busco con paciencia la presencia de mi madre. Nada.

-No estan. "Tengo tal nudo en el estomago que no se ni como consigo hablar"

-Tranquila... -Me apoya en el sofa escondiendo mi cara en su cuello.

Esperaba llorar cual histerica pero no es asi, en vez de eso, lloro en silencio, un silencio en el que mi corazón se esta rompiendo, quebrando.

El silencio sigue y Denia lo respeta en ningún momento intenta besarme, solo me abraza, me deja besos en la frente y acaricia mi espalda.

Y aunque es alentador mi corazón esta tan roto... Que una lágrima sale tan dolorosa como si me clavaran un puñal. Un dolor tan atroz que reprimo con todas mis fuerzas intentar hablar.

"Se que en el momemto que hable me rompere."

-Son las 19:30. ¿Voy haciendo la cena? -Solo asiento. -Vale. -Sus labios chocan contra mi piel.

He metido la pata, si hubiese sido la niña perfecta y maravillosa desde un principio esto no habría pasado, todo sería normal. No tendría ningún tipo de problema mi familia. Estarían aquí.

"Joder la he cagado." Otra lágrima cae acabando en el cuello de mi chaqueta.

Entonces sin más comienzo a llorar con tal intensidad que grito por la desesperación, no saber donde estan.

Mi corazón ahora si esta roto, provocando que me derrumbe cada vez mas.

-Hey... Hey... -Sus brazos me protegen. -Ya esta mi vida. -Seca mis lágrimas y besa mis labios apaciguando algo de dolor...

A los diez minutos deja la comida ya hecha y me sube por las escaleras como a una princesa. Incluso en su cuello lloro. Me duele demasiado.

Abre la puerta del baño. Pone el tapon de la bañera y deja caer el agua tocandola primero. Sin decir nada desabrocha mi chaqueta.

Cojo sus manos al instante. -¿Que haces?

-Tranquila... Confia en mi. -Suelto sus manos dejando caer mu chaqueta. La tira al suelo, luego sube mis brazos y me quita la camiseta. Entonces se agacha y coje el boton de mi pantalon mirandome, esperando a que la de permiso. Asiento. Desabrocha y baja la cremayera muy despacio, los desliza por mis piernas hasta llegar a mis pies, apoya mis manos en sus hombros desaciendose de los pantalones. Quita mis calcetines. Quita mi sujetador y mis bragas. Estoy completamente desnuda ante ella, pero en ningún momento a dejado de mirarme a los ojos.

Sujeta mi cuerpo hasta que ve que estoy completamente comoda en la bañera.

Ahí cuando ve que estoy relajada, coje mi esponja, echa jabón y lo extiende por mi espalda y hombros como un masaje. Besa mi mejilla un par de veces.

Derrepente se levanta quitandose la chaqueta, baja de sus tacones de cinco centimetros y desabrocha su falda deslizandola hasta caer. Desabrocha su camisa. Me mira pidiendo de nuevo, permiso, automáticamente asiento observando su cuerpo.

Pone las manos en su espalda desabrochando el sujetador, en ese momento aparto la vista sonrojada y sin esperarlo y sin previo aviso mi espalda esta en su pecho. Sus manos abrazando mi cadera y sus labios calmando mi cuello.

No hacía falta hablar, ninguna lo hicimos.

"APOLO 182" Where stories live. Discover now