XI: Caminamos entre el fuego

164 20 0
                                    


Conduje hasta el puerto. Relaje mi cuerpo en el respaldo del asiento, el olor del mar me hizo recordar, recordar, vivir de nuevo. 

"-Siempre que nades recuerda que debes hacerlo con seguridad." Hasta ahora les había puesto como unos padres que no me querían, unos simples personajes de mi vida que pronto se irían, hasta ahora... 

No paro de pensar en ese momento. Ese disparo tan lento clavándose en su estomago salpicando la alfombra, su expresión diciéndome lentamente que me quería. "Te quiero." Se gravó en mi mente. El primer te quiero que me dijo en toda su vida justo en ese momento. Tan lento y a la vez tan rápido. 

Sin saber como me vi corriendo escaleras arriba con la sujeción de Denia, escuchando tras nosotras mas disparos, mas golpes... 

Solo quería gritar, llorar, romper cosas... "¿Por que tiene que ser tan difícil? ¿Por que es así todo? ¿Por que no puedo ser feliz?"

Mis ojos comenzaron a descargar todo lo que llevaba guardado, tanto dolor quebrandome de tal manera... Siempre pensé que el día que murieran no me importaría. Me importa. 

No solo fue un te quiero, la expresión de sus ojos pidiendo perdón por todo, por su trato, por jamas habérmelo dicho, por haber sido de esa manera tan cruel conmigo. 

Por mas que intento recomponerme es imposible, mis manos tiemblan, no puedo siquiera controlarlas... No puedo.

"¿Como saldré de esto? ¿Que haré?"

Mi cabeza me machacaba con cada cosa que pensaba, nada positivo. 

-Becs. -"Como viviré así? Dios. ¡FUE MI CULPA! -Grito y lloro aporreando el volante con toda a fuerza que tengo, o que quiero descargar. -Becs abre la puerta. -"No puedo mas... no puedo..."

Es cierto no pudo. 

-Becs... -"Quiero morir." -Cojo una navaja que llevaba en el asiento trasero y la pongo en mi muñeca. Ese instante antes de comenzar mi vida pasa. "Mis padres me quisieron ahora puedo verlo." Justo cuando siento el frío metal sobre mi piel un susto me hace quitarla rápido. Los cristales de la ventanilla saltan y el brazo de alguien me saca por completo del coche. -¡NI SE TE OCURRA! -Me grita lanzando la navaja lo mas lejos posible. 

-Denia... -No puedo decir nada mas, comienzo a llorar posando mis manos en mi cara, tumbada por completo en la fría acera. 

-Si no hubiese venido. Lo hubieras hecho. -Saber lo que iba a hacer me hacia llorar aún mas. No podía hablar, tenía un descontrol emocional bastante grave. -Dios Becs... ¿Por que? -La escuchaba sin prestarla atención. 


Comenzó a llover. Ahí pude relajarme ya que sabía perfectamente que borraría mis heridas, estiré los brazos y deje que la lluvia limpiara todas mis heridas, internas, externas... Todas. 

"No quiero empezar de nuevo, no quiero seguir con esto, simplemente quiero sentirme libre, volver atrás y saber que nada de esto a pasado."

-Vamos. -Me levanto seco mis lágrimas con el agua de la lluvia y me subió en el coche. -Se acabó te contaré todo. -La miro con los ojos abiertos, agacho la cabeza y asiento. mete las llaves y comienza a conducir. -Tus padres sabían los nuestro. -Me sorprendo. -Si lo sabían, ellos y mi padre el profesor Karesho. -Intento hablar pero se adelanta. -Si es mi padre, tus padres y el son amigos desde hace muchos años. Mis apellidos fueron cambiados para que no supieran quien era. La verdad es que mi padre no se fue de vacaciones o por necesidad, le amenazaron. -"¿Que?" -Veras... tus padres y los míos estaban en el mismo equipo, la idea es que yo te protegiera hasta que fueras un poco mas mayor y pudieras enfrentarte a todo esto. 

-"¿A que" -Consigo decir. 

-Sencillo, tu mente, tu imaginación, no son de por aquí, eres consciente de cada pensamiento o imagen que pasa por tu cabeza, eso significa que piensas y vives por ti misma. -Me mira. -Escucha si tus padres fueron crueles contigo, de verdad que lo sienten créeme, no querían eso para ti pero debían disimular para que no se dieran cuenta nuestros gobernadores. 

-Tarde. 

-Cierto, pero ahora ya sabes a lo que nos enfrentamos. Ellos querían que tu y yo estuviésemos juntas, sabían tus gustos y...

-Espera... ¿todo esto ha sido por obligación?. -Nos señale. 

-No, por supuesto que no, no te puedo obligar a que sientas lo que sientes por mi, pero quiero que tengas claro que tu no mataste a tus padres, ninguna lo hizo ya iban a ir a por ellos, y el equipo de apoyo que estaba preparado por desgracia fue atrapado en las costas de Maria, no pudieron protegerles. -Agacha la cabeza con lastima. -Lo siento Beca. -Acaricio sus manos en señal de apoyo. -El plan salió mal, sabíamos que no serias capaz de aguantar tus pensamientos y por ello lo preparamos todo por anticipado, pero... no salio, perdóname Becs, he fallado. 

-He... Tranquila. -la beso. -¿Por que yo? 

-Queremos que cambies el mundo, tu eres tu, eres quien puede con todo esto gracias a tu imaginación, tu madurez, y tu fuerza de voluntad, cambiaras todo, por que a diferencia por ejemplo de mi. -Se señala. -Eres fuerte. 

Llegamos a mi casa y por alguna razón que aún no entiendo no me costo bajarme, me sentí en paz al chocar mis pies contra el suelo, como si me quitaran un gran peso de encima. Entre en casa despacio. 

Dejando que el viento y la lluvia limpiara mi pelo y mi ropa, dejando que ese peso se escapara del todo de mi. "Conseguido."

Subí al cuarto de baño cerrando tras de mi. 

Me quite la ropa y encendí el grifo. 

El agua caía por mi cuerpo, me estaba relajando, pensaba tantas cosas. "¿Quien soy yo para cambiar el mundo? ¿Por que elegirme a mi? ¿que e hecho yo de bueno? Si no paro de cagarla, si solo cometo errores, es lo único que hago." Entonces tras mucho pensar mi subconsciente cambio de golpe. "Tu eres fuerte, tu eres lo mejor que le ha podido pasar al mundo, por que tu, puedes con todo y todos, puedes cambiar lo que te de la gana por que res fuerte. Si tus padres creían en ti so te da mas fuerzas, lo sabes, puedes." Pego un puñetazo a la pared. "¡PUEDES!" Sonrío. 

-¿Becs? -Dos golpes en la puerta me sacan de mi mente. 

-Dime. 

-¿Puedo pasar? -"Ham... Mierda bloqueo mental". -¿Puedo? -"Mierda, vamos responde".

-Si, claro pasa, no vas a ver nada que no hayas visto ya. 

-Esta bien... -Asomo la cabeza encontrándome con su preciosa sonrisa y sus pómulos rojizos como un tomate. -Que... quería... -Aclara su voz después de tartamudear varias veces. -Quería decir que esta la comida hecha. -Asiento cerrando el grifo. Salgo de la ducha con su presencia aun allí, me pongo la toalla y la ato en mi pecho. Denia solo observa con los ojos totalmente abiertos y la boca entreabierta. 

-¿Vamos? -Niega. Ladeo la cabeza en señal de no comprender la situación, cuando sin previo aviso sus labios se juntan con los míos sus manos se posan en mi cara. A todo esto yo mientras sujetando la toalla. Sonríe en mitad del beso abriendo los ojos para toparse con los míos. 

-Te quiero Becs. -Mi corazón y mi estomago se ponen de acuerdo para comenzar una carrera de caballos intentando saber quien ganara. Besa mi frente con el temblor de sus manos recorriendo su cuerpo. 

-Yo... yo-tam-bien. -Tartamudeo y con vergüenza beso sus labios agarrando su cuerpo contra el mio. 

-¿Ves? -Nos señala. -Esto... tu y yo. No estaba preparado.  -Asiento. "La creo se que jamás me haría daño lo veo en sus ojos". -Toma esto es para ti. -Me tiende un sobre en el pone "papa y mama, te queremos". 


"APOLO 182" Where stories live. Discover now