🍁 1.

16.9K 952 111
                                    

Liz POV

― Felicidades Elizabeth está embarazada ― dijo la doctora con una enorme sonrisa en el rostro.

¿Han notado las hojas de los árboles en otoño? Yo sí, lo hago todo el tiempo y es que una de mis estaciones favoritas. Los matices de colores van desde el amarillo, rojo, diferentes tonalidades de café, pero vamos ¿Quién lo notaria? Al final de cuentas aquellas hojas caerán del árbol dando paso a las nuevas.

Mientras la doctora continuaba sonriendo yo me enfoque en la ventana a mi derecha, podía observar un enorme roble alzarse imponente. También podía notar la suave brisa agitar las hojas que aún quedaban aferradas a sus ramas.

Está embarazada. Su voz volvió a retumbar en mi cabeza y me moví incomoda en el asiento ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿llorar? ¿gritar de felicidad? Pues no, no quería hacer eso, la verdad no sabía que decir o hacer.

― ¿Liz te encuentras bien? ― preguntó al notar mi completa indiferencia ante aquella noticia. Yo solo pude asentir tratando de procesar la información. Estaba embarazada. ― le daré un poco de privacidad, estaré afuera si necesita algo no dude en llamarme.

Volví a asentir y la observé salir de la habitación. La clínica en si era hermosa, no era el típico hospital en el que cientos de personas llegaban cada día con alguna dolencia y es que me encontraba en una clínica especializada en fertilidad. Hace ya un año comencé con el proceso de selección de un donante para tener un hijo. Ese era mi más grande sueño, tener una familia al lado de mi esposa y ser felices por siempre.

O bueno eso es lo que me hicieron creer en cada libro y película de amor. Me hacían creer que lo más difícil era encontrar a la persona adecuada, pasar diversas pruebas y finalmente llegar al tan ansiado matrimonio.

Pues no, lamento desilusionarlos, ahí no terminaba el hermoso cuento de hadas, pero narrar lo que seguía no siempre era sencillo ¿Por qué? Sencillo, lo que venía a continuación no era más que la vida en su más cruda realidad.

Hace seis años conocí a la mujer de mi vida, la chica con la que todos soñarían, la que los padres adorarían y la que uno cree que no existe y es que en realidad Alison era perfecta en todos los sentidos y me enamore total y absolutamente de ella.

No digo que las cosas siempre hayan sido perfectas, pero lo hacíamos funcionar, al conocernos ambas acabábamos de ingresar a la universidad por su lado Alison estudiaba música mientras yo psicopedagogía. Éramos polos opuestos en muchos aspectos, pero eso era lo que más llamaba mi atención.

La amaba...de hecho aún la amo, no debería hablar en pasado cuando vamos a tener un hijo.

― Gracias por esto ― dije al salir de la habitación y encontrándome con la mirada preocupada de Grace quien había estado desde el inicio de mi tratamiento atendiéndome.

― ¿Segura que estás bien? ― preguntó tomando mi mano. Yo solo suspire pesadamente y le asegure que sí.

Hace un año estaba tan entusiasmada con comenzar con el tratamiento para quedarme embarazada que mi falta de interés ahora era preocupante, lo entendía, créanme lo hacía.

Tomé mi bolso y comencé a caminar hacia la salida. En el corredor había varias mujeres algunas con sus parejas sonrientes y animados, otras ya con un avanzado y notable embarazo listas para ser atendidas.

Mientras tanto yo aún continuaba sin asimilarlo, estaba embarazada.

Estaba embarazada.

Al llegar al estacionamiento sentí la delicada brisa golpear mi rostro, hacia un poco de frío, pero estaba bien, además dentro de aquella clínica había comenzado a sentir una terrible ansiedad invadirme por lo que salir y tomar un poco de aire fresco me ayudo a tranquilizarme.

Hojas de OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora