Ventajas

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--Carajo! Dice Natalia mientras se acerca a mi corriendo, al mismo tiempo que suelta a Stella de las manos y la deja tambalearse.

Es curioso como todo pasa tan rapido, hace quince minutos estaba sana y salva comiendo pizza, y ahora estaba en medio de la calle, con la cara llena de sangre.

Yo me vuelvo a tocar la mejilla; solo para verificar que todo es real, que no es un sueño o algo parecido.

Me vuelvo a mirar las yemas de mis dedos.

Sip. Era muy real.

Miro a Stella, se veia confundida, casi arrepentida. Me mira una ultima vez y se va.

--Ven Liz, tenemos que llevarte a un hospital, se ve muy mal. Me dice Natalia tomandome del brazo

"Mas problemas" Pienso en mi cabeza. Justo lo que necesito en este momento.

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--Agh. Resoplo una vez que la gaza mojada de alcohol toca mi herida.

--Tranquila, se ve peor de lo que es. Me dice la enfermera parada al frente mio.

Era joven, tenia ojos verdes grandes e intensos, y un conjunto blanco que le quedaba a la perfeccion.

--Ahora, esperemos que no se te infecte, esas botella de vidrio suelen traer problemas cuando son cortes profundos, talvez tengamos que cogerte puntos. Dice dejando a un lado el pedazo de gaza untado de sangre.

--Liz! Dice mama desde el otro lado de la habitacion.

Se ve preocupada. Demasiado, si me preguntan.

--Que demonios paso? Dice papa acercándose también.

--Estoy bien, no es nada. Les digo mientras miro a Natalia esperando del otro lado de la puerta.

--Quien te hizo esto? Me dice mama.

Yo la miro.

--Quien fue? O acaso has estado manejando ebria? O en una fiesta? O en una pelea? Me dice ella con voz fuerte.

Yo frunzo el ceño y hago una mueca.

--Que? Claro que no Mama.

No quería decirle.

No quería decirle la verdad; Que la mama de mi mejor amiga muerta se había querido vengar enterrándome vidrio en la cara.

Porque una parte de mi sentía que tenia el derecho de hacerlo, Porque me sentía culpable. Porque era el dolor de una madre. Porque el que yo tenga sangre en mi rostro no se compara con Carolina estando muerta.

--Fue Stella. Oigo decir a Natalia con voz firme.

Soñar no tiene limites ( Parte II )Where stories live. Discover now