Interrogación

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Tu seras la primera. Me dice la señora abriendome la puerta y haciendome una seña con su mano para que entre a la habitacion.

Yo camino lentamente hacia adentro.

Miro a todas partes.

Estaba oscuro, las paredes eran grises, habia una gran mesa de color verde en el centro de la habitacion, junto con una lampara que iluminaba una carpeta cafe. Habia una foto mia en la portada. "Liz Prickman" acompañaba la foto.

Dos asientos; uno a cada lado de la mesa.

--Sientate. Dice alguien a mis espaldas.

Yo me sobresalto y volteo.

Era un hombre robusto; con uniforme de policia, con un intercomunicador pegado en su hombro izquierdo: Tenia los brazos a los lados y me miraba fijamente con sus ojos negros.

--Me has oido? Me dice el.

La puerta se abre.

--Agh, no tienes que ser tan duro. Dice un hombre joven entrando en la puerta.

Era apuesto. No tenia uniforme.

Pelo castaño, ojos color miel verdosos y alto.

--Por favor toma asiento Liz. Me dice el

Yo me siento en la silla de metal desgastada.

El hace lo mismo que yo, se acomoda rápidamente y toma la carpeta café en sus manos.

--Antes de empezar, quiero aclararte que yo no soy un enemigo, solo hago mi trabajo, y si me dices la verdad y solo la verdad podre ayudarte. Me dice el mirándome fijamente con sus ojos claros.

Yo me quedo callada unos segundos y asiento con la cabeza.

--Soy el detective Miller, soy el encargado de este caso, para interrogarte a ti y a todos los demás involucrados. Me dice el abriendo la carpeta para mirar su contenido.

Yo respiro profundo, y me limpio el sudor de las manos una vez mas.

--Aquí dice que estuviste desaparecida casi un mes, Tu y tus amigos. Me dice entrelazando los dedos encima de la mesa.

Yo me humedezco los labios.

--Y bien? Donde estuvieron todo este tiempo? Según tengo entendido llegaron a tu casa caminando como si hubiera sido voluntario desaparecer. Me dice.

--Nos distrajimos en un parque abandonado. Digo en voz alta mientras miro hacia otra parte que no sea su cara.

Era apuesto, pero me intimidaba.

--Se distrajeron?! Por un mes? Dice el con tono irónico.

Yo exhalo.

--Es complicado explicarle, nunca me creería, y aunque lo hiciera nadie le creería a usted entonces cual es el caso de decirle todo. Le digo con tono fuerte con las manos en mis rodillas.

El levanta la cabeza, y se apoya en el espaldar de su silla.

--Necesito la verdad. Comienza a decir

--Y si necesitas un argumento mas para explicarme todo, puedo decirte que los padres de la señorita Carolina Whitman no están nada contentos, ellos insisten en velar a su hija, quieren un cuerpo, SU cuerpo, y si no nos dices nada, esto se va a poner mas feo. Me dice el.

Yo pestañeo varias veces y me quedo pensando.

Por supuesto que no estaban nada contentos, pero yo había estado tan ocupada sintiendo lastima por mi misma que no me había dado cuenta de lo que los había afectado a ellos, ellos merecían velar a su hija.

Yo pongo las manos sobre la mesa.

--Le diré esto; si de verdad quiere saber la verdad solo debe hablar con migo, no necesita preocupar a nadie mas, yo fui la que causo esto, para también seré yo lo que lo solucione. Le digo mirándolo fijamente a los ojos.

El se queda callado.

--Me castigaron, tenia rabia, me escape por la ventana de mi casa y fui a buscar a mis amigos, estaba aburrida. Ninguno de ellos se negó a ir conmigo; Fuimos a un parque abandonado y era de noche, revisamos el lugar y encontramos un camino que llevaba a una inmensa casa blanca que también estaba vacía. Habia un vitral de colores en el piso de aquella casa; tenia una cerradura en la mitad y yo había encontrado una llave el día anterior, la guarde. El vitral se abrió con mi llave, LA llave. Pero Carolina se fue, regreso a casa apenas vio que todo comenzaba a ponerse raro. Digo  haciendo una pausa para tomar un sorbo de agua de un vaso de cartón que tenia al frente mio.

-- Habia una puerta de metal con botones, no se porque no me detuve, simplemente tenia curiosidad, y todos me acompañaron. Pero había un abismo del otro lado de la puerta, y caímos en una cueva, nadie salio herido en ese momento. Habían pantallas; cuatro pantallas y portal.



Soñar no tiene limites ( Parte II )Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu