El no poder crear una excusa

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Porque eso fue lo que sucedió cuando Leo se marchó, él  siempre se encontraba sin que su alma estuviera presente. La esencia de vida del pequeño Ji se marchó el día que Leo se marchó sin una sola palabra de adiós a la cual aferrarse.

Soltó un enorme suspiro de alivio al percatarse que Leo no se encontraba en casa, se tiró en la cama mirando el techo, ese mismo techo que miro por varias horas cada día que permanecía encerrado en la habitación. Sonrió lastimosamente al percatarse que reconocía cada línea dibujada en el techo, el resultado de cientos de horas de observación.

Abrazó una almohada y con las sábanas se cubrió hasta formar un enorme ovillo.
Las telas conservaban el olor del perfume de Leo, lo que le reafirmaba que él  realmente había vuelto, que Leo  dormía en la misma cama que él  noche tras noche.

Sin darse cuenta, embriagado con el aroma fresco a lavanda, se quedó dormido en espera que su bello príncipe regresará y así despertarlo.

Sin darse cuenta, embriagado con el aroma fresco a lavanda, se quedó dormido en espera que su bello príncipe regresará y así despertarlo

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Leo camino minutos tras minuto las calles de la ciudad con un maletín en mano y decenas de solicitudes de empleo.
En realidad contaba con la experiencia y capacitación suficiente para trabajar en cualquier compañía  que se le presentara.
Pero aún con la confianza al máximo no se arriesgó a sólo entregar una  solicitud.

Era tarde, apenas probó bocado alguno entre transporte y transporte que abordaba para trasladarse de un lado a otro, ahora moría de hambre y de ganas de recibir un enorme abrazo de su adorado Ji.

De solo pensarlo se emocionaba porque no existía nada en el mundo que se comparara con la felicidad y tranquilidad que le brindaban los cálidos brazos de su novio.

Llamó varias veces mientras entraba sin obtener respuesta alguna.

-Seguramente se ha quedado dormido -se dijo a sí mismo al percatarse que eran ya pasadas las 11 de la noche, realmente se le hizo tarde aún cuando creía que sería la cosa más fácil.

Se dirigió a la habitación encontrándose con un bulto de mantas enmedio de la cama.
Leo se recargo en el marco de la puerta observando el sutil movimiento de aquel ovillo, resultado del respirar de alguien allí ocultó.

¿Cuándo fue que creció tanto? Sé preguntaba al mismo tiempo que aflojaba la corbata.

Leo se lamentaba el haber perdido la oportunidad de ver crecer a Ji. No haber estado allí cuando se graduó, cuando su voz sufrió ligeros cambios, cuando dio el estirón, desvelos y fiestas, cumpleaños y aniversarios. Tantos momentos que hubiera deseado pasar a su lado.

Pero eso ya no tenía importancia. Ahora estaban juntos, de una u otra forma consiguió regresar a su lado, eso era lo que más deseaba, permanecer allí junto a él, estar en los momentos más simples y también en los mas importantes.

Camino hasta la cama, a puntapies se quitó los zapatos, busco la orilla de las sábanas y se metió en ellas. Abrazó a GuangHong fuertemente cuando esté se removió en la cama susurrando suavemente que siguiera durmiendo.

-Volviste?

-No, aún sigo en la calle buscando trabajo tontito

-Tonto -GuangHong giro sin abrir los ojos, buscando espacio en el pecho de Leo para acomodarse -Te extrañe

-Yo también Ji, yo también te extrañe

Leo beso la nuca de Ji, en el espacio en donde su cabello formaba dos pequeños remolinos, con sus manos subia y bajaba la espalda del otro tratando de tranquilizarlo para que volviera a dormir.

Ji  se aferró a él. Hundiendo el rostro en su camisa, aspirando aquel fresco olor a lavanda, quizás era más olor a suavizante que de perfume pero en Leo era el aroma más maravilloso que pudiera existir.

Y así era perfecto, por ahora no tenía que preocuparse por que tan rápido o lento marchaban las cosas.

Por ahora estaba feliz con que entre los brazos de Leo pueda dormir.

Ahora el tiempo sobraba para lo que fuera a suceder.

Solo un pequeño detalle inquietaba  a Leo, que cuando Ji se levantara de seguro le iba a gritar por dejar los zapatos en medio de la habitación.

Solo un pequeño detalle inquietaba  a Leo, que cuando Ji se levantara de seguro le iba a gritar por dejar los zapatos en medio de la habitación

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Hola!

Les dejo aquí un bello capítulo escrito con amor, espero les guste ❤❤❤

Estos días he recibido muchas notificaciones de personitas que han comenzado a leer "Excusas", no saben lo feliz que me hacen, gracias por sus comentarios y estrellitas me dan ánimos para seguir con esta bella historia.

Ya saben, quejas, sugerencias, sustos, cursilería e incluso pedidos de cloro son bien recibidos~ x,D

Nos leemos en el próximo capítulo ❤

Excusas (LeoJi // LeoGuang)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora