Tan inocentes, tan llenos de amor que no se arriesgan a declarar. ¿Qué tanto puede soportar el corazón reprimir los sentimientos que lleva dentro?
Los personajes de esta historia no me pertenecen.
Todos los derechos a sus respectivos autores, así c...
La risa de Phichit resono por todo el lugar, agitando las manos, abrazando a su pareja, gritándole a todo el mundo que nosotros recién nos encontrábamos de nuevo luego de muchos años, saltando de un lado a otro mientras Seung lo miraba.
Entonces, aún con lágrimas en los ojos , sonreí de la forma más sincera que pude.
La sonrisa no tenía intención de desaparecer, Leo se encontraba justo frente de mi sosteniendo aun mi rostro, esa era una razón suficiente para sonreír por siempre.
Él sonreía marcando ligeramente sus pómulos, mostrando aquellas filas de dientes blancos; sus ojos portaban un tenue brillo y, como lo recordaba, lograban atraparme dejándome ver su alma.
Leo esta en la misma mesa que yo.
¿Porqué? No lo sé ¿Cómo? No tengo ni idea
Pero él está aquí, frente de mi y eso es lo único que me importa
Entonces...
¡Zas!
El sonido sordo de un golpe se escucho, tras dejar de sentir las manos de Leo en mi rostro, me di cuenta Phichit estaba justo detrás de Leo, Seung se acercó lo más rápido que pudo hasta nosotros mientras Leo sostenía ahora con sus manos su cabeza
—Te lo mereces! Y más fuerte, da gracias que retuve mi fuerza
Phichit le brindó un golpe seco a la cabeza de Leo
Me levanté de mi asiento paniqueado,en un segundo me sitúe junto a Leo tratando de apartar sus manos para revisar su cabeza ya que el se quejaba quedamente
-Phichit! ¿Porqué lo hiciste?
-¿¡Qué!? ¿Aún me lo preguntas?
El más moreno se mostró indignado mientras busco refugio entre los brazos de Seung, quien solo contemplaba la escena sin rastro alguno de emoción.
Mal mire a mi amigo reprobando su acción. Aunque en realidad me esperaba esa reacción. Luego de unos segundos comencé a reír.
Leo se veía tan frágil ahora así que lo abrace desde su espalda, lo rodee con los brazos tratando de ocultarlo, mi nariz se hundió en sus cabellos castaños, Phichit lanzó un suspiro con desgana, ignore aquello apretando con más fuerza el cuerpo de la persona que tanto había esperado
—Guang, estoy bien, sólo no esperaba que el golpe llegará ahora
Mi garganta produjo un murmuró de aprobación, no sabía que decir. No lo estaba abrazando por ello, sólo tenía miedo de que Leo fuera a desvanecerse. Así que quería tenerlo entre mis brazos
—Oye, de verdad estoy bien, ¿Porqué tiemblas?
No me percaté cuando fue que comencé a temblar, ahora que él lo mencionaba me hice consciente de que mi estómago se retorcia, mi corazón latía con mucha fuerza, los ojos me ardian y que mi garganta se cerraba cada vez más, apreté más los brazos a su alrededor e hundi más mi nariz en sus cabello.
—Todo está bien ahora, me quedaré a tu lado -Leo dio pequeños golpecitos en mi brazo, de esos que mi mamá me daba en mis espaldas cuando calmaba mi llanto tras haberme caido- gracias por haberme esperado Ji.
Entonces, tras aguantarme un rato, las lágrimas volvieron a fluir.
Diez años tuvieron que pasar para poder volver a sentir el aroma de su perfume.
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