—Luffy ha perdido sus llaves, por lo que le di las mías...

—Déjala estar, Smoker—le gruñó Sanji sin apartar la mirada de la pierna de la chica.

El vice-almirante le lanzó una mirada asesina.

—¡Ja! ¡Lo tengo! —exclamó (Nombre) alzando un par de ganzúas entre sus dedos.

La ladrona colocó la falda de su vestido y se incorporó para abrir la puerta de la celda, cuando lo hizo corrió a la siguiente puerta. Sus ojos brillaron cuando se encontraron con los cansados de (M/a), quien esbozó una sonrisa agotada. En esa cámara se encontraban sus tres amigos: Abe, Undhu y (M/a). Los tres estaban sentados en el suelo y con grilletes en sus muñecas, el bocor se encontraba herido, tenía varios hematomas en su cuerpo y varios cortes cubiertos de sangre seca. (M/a) se encontraba apoyado/a sobre el médico, ya que se encontraba débil debido a que las esposas estaban hechas de kairoseki.

(Nombre) abrió la puerta lo más rápido que pudo y se dirigió a su mejor amigo/a, se acuclilló en el suelo delante de él/ella y buscó cualquier cerradura en las esposas, cuando las halló se escuchó un gran estruendo a sus espaldas.

—¡Los guardias ya están aquí! —gritó el espadachín del pelo verde.

—¡Tenemos que salir de aquí ya! —gritó Tashigi, quien cogía de la parte posterior de la chaqueta de Zoro para que este no se metiese en el pasillo equivocado.

Los piratas y marines salieron de las celdas, y se encontraron, Law sacó el mapa buscando una vía de escape junto a Nami quien también miraba el mapa con interés. No podían volver por donde había llegado ya que la planta inferior estaba plagada de soldados y guardias del palacete, y sería complicado enfrentarlos cuando la gran mayoría de los compañeros estaban esposados con kairoseki.

—Podemos cruzar los calabozos para llegar a la sala oeste, desde ahí podremos escapar saltando a un tejado cercano y evitaremos a los guardas—alzó la voz (M/a) apoyado/a en Abe.

El resto del grupo asintió y comenzó a correr por el pasillo, mientras otros presos pedían que les rescatasen. Se encontraron con varios guardas que salieron de algunos cruces, pero los despacharon con suficiente rapidez como para que ninguno más se les echase encima. En uno de los cruces, (Nombre) avistó por el rabillo del ojo algo peculiar, parándose en seco giró su cabeza con interés. En uno de los cruces, había una gigantesca pecera con bogavantes y langostas de gran tamaño. Alzó las cejas y sonrió con anticipación al mismo tiempo que sus ojos brillaban y tomaba con su mano la empuñadura de su espada larga.

Se giró a sus compañeros con el ceño fruncido.

—Os voy a dar ventaja, vosotros continuad—les dijo antes de echar a correr en dirección a la pecera, sin que ninguno de sus compañeros la pudiese detener.

—¿Qué diablos pretende? —preguntó Abe mascando la boquilla de la pipa con amargura.

—Creo que me lo imagino y no es nada bueno...—susurró Undhu sin apartar la mirada de la pecera entre cerrando sus ojos oscuros con un brillo de preocupación, después desvió la mirada hacia sus compañeros—. Pero sigamos, seguro que se encontrará bien. Al fin y al cabo estamos hablando de (Nombre).

Comenzaron a correr de nuevo en poco tiempo alcanzaron a el resto de los "compañeros", escucharon un gran estruendo, después vieron como la luz amarillenta de las farolas de la calle llegaba hasta ellos. Luffy había abierto un boquete en la pared de gran tamaño para que pudiesen pasar. El aire frío de invierno, ya que en aquella isla estaba dominada por la cuarta estación, hizo estremecerlos, sin que nadie pudiese decir nada el capitán del sombrero de paja corrió hacia dentro del pasillo deshaciendo sus pasos. La gran mayoría de las personas que se encontraban el pasillo le miraban con desconcierto, pero la voz del pequeño reno de la tripulación de los mugiwara les hizo sentir una mala sensación.

—Oh, no—murmuró Chopper dando un salto y agarrándose con fuerza a Zoro, quien le agarró palideciendo sin apartar la mirada de su capitán.

Luffy sonrió con diversión y estiró sus brazos hasta llegar a la cornisa del tejado de en frente, se escucharon los gritos de Nami en todo el pasillo pidiendo a su capitán que recapacitase lo que estaba a punto de hacer, pero como siempre Monkey D. Luffy no escuchó y se lanzó al gentío llevándoselo por delante como si se tratase de un tirachinas. Con la mayor suerte del mundo o que Luffy no era tan tonto como parecía, cayeron sobre el tejado de en frente así escapando de los guardias. Nami se levantó hecha una furia, roja como el demonio, y sacudió de la chaqueta del traje a su capitán mientras le gritaba.

Luffy sacó la lengua con cansancio, sin saber de dónde provenía aquella fatiga, era como si se encontrase debajo de las aguas del mar. Pero eso era imposible, pues se encontraba en tierra firme bajo una suave llovizna. En ese momento, la pelirroja frunció el ceño con turbación y alzó la mirada al cielo, levantó su mano y dejó que las gotas de agua cayesen sobre la palma de su mano, después las examinó con su ojo crítico de experta de meteorología.

—¡No puede ser!—exclamó observando de nuevo el cielo.

—¿Qué sucede, navegante-san?—preguntó Robin sentada sobre el tejado con mirada cansada debido a las esposas de piedra de mar.

—No es lluvia... Es...

—Agua de mar, ¿verdad?—preguntó (M/a) sentado/a bajo un falso techo del tejado cubriéndose de la lluvia esbozando una media sonrisa de lado.

Nami asintió y de nuevo miró el cielo, sabía que en el Nuevo Mundo el clima no tenía orden ni concierto, pero jamás pensaría que podría llover agua de mar. Observó a sus nakama sentados en el tejado, pero la mirada de Franky le hizo desviar la suya hacia la mansión de ladrillo. Dejó caer su mandíbula y dio un pequeño grito retrocediendo un par de pasos. Delante de ellos se encontraba un gigantesco torrente de agua con forma de dragón, este se alzaba una decena de metros por encima de las torres del castillo.

—¿Qué es eso?—gritó entusiasmado Luffy al ver al dragón de agua con sus ojos brillantes de emoción.

—Eso... es la Octava Forma Ofensiva: Ryujin—contestó Undhu con voz grave sin apartar la mirada de la figura de agua marina.

El torrente se inclinó hacia atrás como si estuviese a punto de atacar a su presa y de sus costados desplegó unas alas emplumadas de agua, rugió para después precipitarse sobre la mansión de ladrillo. La figura del dragón atravesó la estructura como si estuviese hecha de papel, el castillo se desmoronó y cayó al suelo con un estruendo, el dragón se disipó dejando detrás de sí una gran cantidad de agua en las calles como si se tratasen de canales. La llovizna dejó de caer y tan solo el silencio y la confusión reinaba, hasta que fue roto por un silbido de emoción, todos giraron su cabeza hacia la izquierda.

—Ha sido brutal, ¿verdad?—rio (Nombre) entre dientes mirando a sus compañeros.

(Nombre) se encontraba sentada en la cornisa del tejado completamente empapada como si hubiese saltado por la borda de un navío, tenía su moño medio desecho y con su mano sujetaba su espada larga, sus pies descalzos se encontraban colgados del tejado al aire libre.

—¿Por qué estáis tanmojados?—sonrió (Nombre) alzando una ceja con sorna.    

Runaway [One Piece]Where stories live. Discover now