Capítulo V - El detective y el libro

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Habían pasado ya las primeras 24 horas, luego del deceso de la joven identificada como “Rachel Barkley Sanchez”, cuyo cuerpo ahora descansaba en uno de los fríos cubículos de una morgue

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Habían pasado ya las primeras 24 horas, luego del deceso de la joven identificada como “Rachel Barkley Sanchez”, cuyo cuerpo ahora descansaba en uno de los fríos cubículos de una morgue. El detective Overs había estado desde entonces intentando ubicar a su familia, valiéndose de la información que ella misma había dejado en su diario, puesto que, al momento de su muerte, no llevaba en su persona ningún tipo de documento, tan solo contaba con aquel libro de pasta roja.

Un suspiro largo y pesado se le escapó por enésima vez al detective, preso de la creciente frustración, mientras revisaba nuevamente las bases de datos de personas desaparecidas, encontrando que ninguna descripción coincidía con la pequeña pelirrosa ¿Cómo era posible que nadie se hubiese molestado en reportarla? ¿Acaso no notaban su ausencia en su hogar?

Comenzó a masajear sus cienes, en un intento de alejar la migraña cotidiana que amenazaba con atacarle; sus gruesas y pobladas cejas azabaches se arqueaban en un gesto de molestia, mientras se le escapaba otro pesado suspiro. Si bien estaba acostumbrado a presenciar de todo un poco en su trabajo y un caso como este no debería representar problema alguno, aún no obtenía datos verificables sobre la identidad de Rachel, tan solo el nombre que ella misma había dejado escrito en aquel diario.

Overs había pasado las últimas 24 horas intentando ubicar a los familiares de Rachel y sólo tenía coincidencias vagas, que se volvían humo al paso de las horas; ningún Barkley contactado hasta ahora la conocía o había siquiera escuchado de ella.

¿Cómo era posible que nadie se preguntara por el destino de Rachel?

Visiblemente cansado se levantó de su silla y estiró sus brazos, buscando deshacerse de la tensión muscular, llevaba demasiado tiempo en la oficina sin encontrar ningún indicio claro, más allá de aquella información que el diario le ofrecía. Dejó por un momento su mirada puesta en la ventana, notando que hace poco el Sol había desaparecido en el horizonte, dejando a su paso un camino de fuego con sabor a melancolía.

“A esta hora ella se encontraba mirando este mismo cielo antes de saltar…”

La muerte era una constante en su día a día, puesto que era un detective forense; la deshumanización en el área resultaba, muchas veces, crucial para no verse afectado por cada caso, ni abrumarse con los detalles, pero algo en este caso seguía zumbando lentamente en su interior, como una mosca incansable en búsqueda de putrefacción.

Observó por un momento su reflejo en la ventana, fijándose momentáneamente en las líneas de expresión en su piel clara golpeada por el sol y el tiempo, centrándose en aquellas presentes alrededor de sus ojos que remarcaban su semblante serio y luego detalló las líneas grises en su azulado iris, recordando aliviado que su hija no había heredado unos ojos tan sensibles al sol.

Deisy… ¿Qué estará haciendo a esta hora?”

Le resultaba imposible no pensar en su hija desde el momento mismo en que tomó este caso, imaginar siquiera que ella estuviese en el mismo lugar que Rachel, esperando a ser identificada en una morgue, eso era algo que retumbaba en su interior. Sacudió su cabeza, intentando deshacerse de esas ideas y luego regresó a su puesto de trabajo, no sin antes recargase de café y proseguir con la revisión de las bases de datos del departamento de policía, perdiéndose en ello por las siguientes horas, de nuevo.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2022 ⏰

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Rachel [Actualizada lentamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora