12. Inspiración

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Magnus POV

– Su último álbum vendió cuatro millones de copias por todo el mundo. – dijo Ragnor orgulloso y Magnus deseó con todas sus fuerzas que Ragnor no estuviera ahí. La mirada de shock de Alec mientras repetía "millones" le asustó. – Y ese ni siquiera fue su mejor álbum. ¡Lo que me recuerda! – Ragnor le volteó a ver y procedió a lanzarle un montón de insultos poco creativos

– ¡Lo siento! –dijo rápidamente, sin realmente sentirlo. Debería estar arrepentido de su comportamiento con su amigo, pero no podía preocuparse por ello mientras la cara de Alec lucía de esa manera. Había algo en su expresión que le decía que debía ser cauteloso.

– ¡Las ventas deberían subir!, – se quejó Ragnor, – Y tu huyendo al segundo que termina el tour ¡no ayuda! –

– ¿Tour? – preguntó Alec, aun con incredulidad. No podía descifrar su mirada, pero algo le decía que Alec estaba a punto de huir, lo cual lo tenía ansioso.

– Necesitaba un descanso, Ragnor, por favor, vete. – dijo Magnus a su amigo, sabiendo que era un mal momento. – Necesito un momento con Alec. –

– Oh ¿ese es el que me abrió la puerta? – preguntó Ragnor, viendo a Magnus.

– ¡Si! – dijo, casi gritando. – ¡Vete! – Magnus rara vez gritaba, y eso, pareció suficiente para que al menos Ragnor se volteara y se callara. – Alexander, – dijo, suavemente. Se había enrollado la sabana en su cintura y se paró, acercándose lentamente a Alec, asustado de que se alejara. Por un momento, vio como los ojos de Alec vagaban por su pecho, pero luego su mirada volvió a su rostro. – Esto era lo que estaba a punto de decirte. – Alec no dijo nada y Magnus sintió que se ahogaba en su ansiedad. – Debí habértelo dicho antes, – dijo, tratando de no alejarlo. – Pero me preocupaba que fueras a reaccionar mal. –

– ¿Qué exactamente... – Alec balbuceó, – Quiero decir, ¿quién...–

Antes de que Magnus pudiera contestar Ragnor le interrumpió. – ¡Oh, santo cielo!, ¡No tenemos tiempo para esto, Magnus! ¡Hay toda una línea de fotógrafos esperándote desde tu pasillo hasta la recepción! –

– ¿Qué? – preguntó, siendo distraído por eso. ¿Porqué Ragnor no había comenzado por ahí? – ¿Cómo me encontraron? –

– Nadie se ha dado el crédito por ello, si es a lo que te refieres, – dijo Ragnor enojado. – ¡Aunque incluso ofrecí una recompensa y todo! –

Magnus estaba aliviado de escuchar que ni Karla o Robert le habían traicionado, pero eso también significaba que no había sido tan cauteloso como creyó. Volvió su atención a Alec, determinado a contestar sus preguntas, pero solo volvió justo a tiempo para ver a Alec desaparecer.

– ¡Alec! – le llamó, pero Alec no regresó ni le volteó a ver.

Magnus estaba bastante seguro de que Ragnor le estaba hablando, pero no podía escucharle. Se quedó congelado a lado de la cama, usando nada más que una sabana, mientras veía la puerta por la que Alec había desaparecido, dejando una expresión herida y sorprendida de su rostro en su mente. ¿Cuál era exactamente la razón por la que Alec había huido? ¿No le gustaban las sorpresas? ¿Esta sorpresa fue demasiado para él? ¿Alec hubiera huido aun si Magnus le hubiera dicho la verdad antes? Si fuera detrás de él a explicarle ¿le escucharía? ¿O no había forma de que Alec aceptara esto? La idea de no volver a ver a Alec de nuevo le hiso querer colapsar sobre la cama y llorar hasta que ya no pudiera más, pero él seguía ahí parado, como si fuera incapaz de moverse.

– ¿Me estás escuchando? – la voz de Ragnor lo sacó de sus pensamientos.

– ¿Huh? – dijo aun ausente, sin apartar la vista de la puerta. Ragnor le puso su teléfono en la cara. Magnus se las arregló para leer un desagradable titular antes de que Ragnor le sacudiera por los hombros. Esperó que Alec no tuviera al alcance una computadora.

Elusive Love (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora