Capitulo 15

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JENN

Se me hizo extraño el tiempo que paso Lana en el baño, cuando estaba dándole un ultimo sorbo a mi whiskey, me puse de pie dispuesta a interrumpir lo que fuera, mientras iba acercándome al baño varias chicas me interrumpieron, en algun momento me olió mal, pero cuando oí su grito desgarrador nada ni nadie me detuvo, la escena era alucinante, la pelirroja estaba a punto de violar a Lana.

- Suéltala ahora mismo o juro por Dios que te mató - Le dije, y la pelirroja alzo las manos en señal de rendirse, tome a Lana entre mis brazos y le susurre "salgamos de aquí", como pude la lleven hacia la salida, y cuando la oscuridad del callejón alegre por el que habíamos pasado horas antes nos golpeó, supe que allí no sé acababa la noche. - Lana mírame - Lana me enfoco y escuché susurros a nuestro alrededor, - Escóndete allá, corre, y llama a emergencias. - Lana me miro confusa y corrió detras de una columna, era mejor para nosotras que una se perdiera en la oscuridad y llamara a la policía a que las dos estuviéramos en problemas, empece a mirar a mi alrededor y la pelirroja de antes salió de la nada, un golpe me impactó en él rostro y dos chicas salieron de la oscuridad, cada una me sostuvo de un brazo, la pelirroja gritaba que encontrarán a la otra. - Ya de fue, la subí en un taxi.

- No mientas perra, es imposible, no ha pasado tanto tiempo. - Su descarga de furia se dio contra mi vientre y mi rostro, sentí como uno de mis ojos se hinchó de inmediato y no me permitió ver más, la sirena de la policia sono a lo lejos, pero ellas no se fueron hasta en último instante, me patearon en las costillas...

Cuando abrí los ojos nuevamente, me hallaba en un hospital, Lana sostenía mi mano y estaba profunda con medio cuerpo en una silla y el otro en la cama, su maquillaje estaba regado por su rostro, había llorado, sentí un terrible dolor en las costillas y mi visión era bastante defectuosa, con un leve movimiento la desperté.

- Jenn... Hola... - Y sus lágrimas calleron solas, su llanto desconsolado me hizo entristecer.

- Lana... me duele más verte llorando bombón.

- Soy un asco de persona, merecía que todo esto me pasara a mi, no a ti Lana... tu eres buena... - Su cabeza volvió a caer en la cama y su llanto me rompió el corazón.

- Shhhh no eres un asco, nadie merecía nada... ni tu ni yo lo merecíamos bombón... -Su llanto no cesaba. - Ya por favor, de verdad me duele verte llorando, ayúdame a sentirme mejor...

- ¿Cómo Jenn? - Sus ojos hinchados de llorar dejaban ver un color amarillo claro, Lana era hermosa de todas las maneras...

- Dos cosas, la primera; dame agua por favor... - Lana sé puso de pie y me sirvió un vaso con agua, lo tuve que tomar con una pajita por que el dolor en las costillas era insoportable.

- ¿Que es la otra cosa? - Me preguntó limpiándose las lágrimas... ¿Que pedirían ustedes?

- Tienes una cara tan bonita Lana... No quiero volver a verte llorar, eres la mujer más hermosa que he visto en toda mi vida... - Lana se soltó en llanto nuevamente... - Shh ¿Bombón que hice ahora?...

- Deja de ser tan amable conmigo, no me lo merezco... - Se tomo el rostro entre las manos.

- Mírame, por favor Lana... Mírame... - Lana negó con la cabeza y salió de la habitación, el medicamento me noqueó y caí en sueño profundo.

LANA

- Me importa una mierda Diego, quiero 2 semanas más, ¡casi matan a Jenn joder!

- Lana querida, tu sabes bien que quiero ese informe para lo antes posible.

- Diego no me hagas empezar a considerar irme, suficiente fue con haber aceptado venir hasta aca, no te voy a admitir que le den de alta a Jenn y tengamos un viaje de tantas horas, estas loco no la voy a exponer a eso.

- Ohhh, mira quien está terriblemente interesada por Jenn.

- ¿Que esperas Diego?, esa hija de puta me iba a violar, aparte yo lo único que hice fue hacerle la vida imposible todo el viaje antes de eso, es mi responsabilidad cuidarla ahora...

- Bien, dos semanas mas, pero quiero mi reporte y a Jenn sana, me preocupa.

- Seguro, adiós tonto. -

Los días habian pasado rápidamente y Jenn lucia mejor, se estaba mejorando, los sucesos de esa noche me daban pesadillas, aunque no me había movido del hospital, en cada pesadilla veía a Jenn morir por mi culpa, me sentía mal, la había maltratado y ... no tenía disculpa.  Regrese a la habitación y Jenn estaba tratando de alcanzar la jarra de agua,

- ¡Eyy Jenn que haces!, ¡no te esfuerces así! - La reñí y le serví el agua molesta.

- ¿Porque te enojas? - Me pregunto mientras le llevaba la pajita a los labios.

- No puedes quedarte quieta Jenn, te estas recuperando joder.

- ¿Hoy saldré de aquí? - Me pregunto haciendo un puchero extremadamente tierno...

- Si, no hagas esa cara por favor... - La mire con una sonrisa...

- ¿Sabes que es bueno de esta situación?

- Nada por supuesto.

- Claro que si.

- Claro que no, no hay nada bueno.

- Tu sonrisa sincera es... lo mejor de todo esto, ya no es tu sonrisa arrogante, esa sonrisa de: Wow soy superior a todos, aunque amo eso de ti, pero me gusta ver quien eres realmente.

- ¿Como puedes decir que amas eso de mí? Es mi peor defecto. - Jenn me tomó la mano y me dio un beso delicado.

- Tus defectos te hacen quien eres. - Me beso nuevamente esta vez por la palma de la mano, - Ademas, me gustan las chicas malas...

- Jenn...

- Shhh, no digas nada, espera que esté completamente sana para volver a atacar... - Su sonrisa era preciosa, Jenn tenía una sonrisa preciosa, con sus dientes blancos a pesar de ser tan fumadora.

Al salir del hospital tome un taxi con una Jenn que caminaba un poco lento, realmente la paliza que le dieron no tenia nombre, habian cogido a las chicas pero por una fianza las habian vuelto a soltar, no quería encontrarme a nadie asi en mi vida otra vez.

- Vas a quedarte en mi habitación - Le dije.

- Ni loca Lana, mi cama es mas grande, ademas ya pagué, no perderé el dinero.

- Jenn por favor, se consecuente. Madura. - Jenn me ignoro, en cuanto llegamos al hotel pidió la llave de su habitación - Te juro que no quiero pelear, pero no me busques, no estoy de humor Jenn.

- Si quieres estar conmigo, quédate, hay espacio suficiente. - Encendió un cigarrillo a penas entro en la habitación.

- ¿De verdad tienes que fumar?, odio que lo hagas. - Me acosté en la gran cama, Jenn me sonrió, maldita sea, que hermosa es...

- Me encanta cuando te enojas, te ves...

- Jenn. - La interrumpí. - No me digas eso. - Me levanté.

- Ohh vamos déjame soñar un poco, te ves divina en esa cama.

- ¡JENN!, definitivamente no me quedare contigo, apaga ese cigarrillo o me voy.

- Es mi habitación. - Me puse de pie y salí hecha una fiera, no es capaz de hacer ni eso para que me quede con ella, probablemente es porque no le importa.

Maldita periodista - Historia Corta - LesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora