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N U E V E

Después de un alocado fin de semana, llegó sin hacerse esperar, el lunes

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Después de un alocado fin de semana, llegó sin hacerse esperar, el lunes.

Como siempre, yo era la primera en llegar, a penas al sentarme sacaba algunos cuadernos para estudiar.

La segunda en llegar, sorprendemente fue Astrid, y digo que es sorprendente porque ella siempre llega tarde.

Narra Astrid Pawds.

Nunca llegaba temprano a clases, mucho menos los lunes, pero este era un día especial. Todo comenzó el viernes pasado.

Como todos los días, después de clases, voy a mi casillero a dejar o buscar algunos apuntes, cuando abrí mi casillero, me encontré con un papel arrugado pero doblado en 4 partes.

Lo abrí y lo estiré un poco para entender lo que decía, y al leerlo pude reconocer rápidamente el texto:

"Y él era un infinito de sonrisas diferentes e inimaginables, yo aunque quisiera, no sé ni como sonreír".

Era una frase que había escrito de la nada, recuerdo perfectamente por qué y a quién lo escribí.

Era por él, aquél chico de sonrisa perfecta, mechas rubias y realmente sexy.

Un chico al cuál puedes imaginártelo sonriendo de mil y un formas distintas.

Abajo de mi frase, había un papel de un color lila pegado al papel arrugado, y en él había un pequeño mensaje.

"Yo también creo que tienes un infinito de sonrisas, e incluso más, ¿Sabías que hay infinitos más grandes que otros infinitos?".

Clásico de John Green, frase sacada de "Bajo la Misma Estrella", un libro que fue furor entre muchas adolescentes hace un par de años. De ahí la frase célebre.

Y pude observar un pequeño código: 403800

Lo descubrí de inmediato. Casillero 403 a las 8 en punto.

Estaba segura que era él.

Entonces esperé ansiosamente este día, quién pensaría que yo vendría temprano un lunes, probablemente sea un día raro y único.

Al llegar al salón, me encontré con Rachel, según Jessica ella siempre llegaba temprano, pero no creí que tan temprano.

Ella también me miró extrañada, nunca me ha visto llegar temprano, lo cuál debe ser nuevo para ella. La saludé, dejé mi bolso en mi sitio, y rápidamemte salí de la sala.

En dirección al lugar de encuentro, saqué mi celular y mis audífonos, puse a reproducir la lista de música, y lo primero que sonó fue Creep de Radiohead, caminé a paso acelerado.

El Club de las Chicas de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora