Fórmula cuadrática para mi problema

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-Cálmate-dije sin pensar-. Cuando te calmes hablaremos de lo sucedido, ¿de acuerdo?-dije esperando calmar la situación un poco. Me quedé mirando fijamente sus ojos, tan azules e intensos. Se quedo mirándome y suspiró.

-Bien. Pero tu vienes conmigo arriba a hablar sobre esto. Allan quédate con Avaricia, vamos a ver cual versión es mas lógica.

Allan solo asintió. Por otro lado, Jake me tomó del brazo con hostilidad y me llevó arriba. Una vez en la habitación me soltó de su agarre.

-¿Por qué se pelearon?-demandó.

Me quede inmóvil. No sabia cómo comenzar. Si desde mi sueño o desde que confirme que andaba matando gente y me atacó.

-Vas a decirme o piensas quedarte ahí mirando hacia la nada.

-No se cómo comenzar-balbucee.

-¿Qué?

-No se por donde empezar-dije mas fuerte.

-Simple. Por el inicio-dijo sarcástico.

-No es tan sencillo.

-Entonces hazlo sencillo. Si quieres que te ayude debes decirme todo.

-No puedo. Dijiste que no podía confiar en ti y no puedo contarte todo. Lo siento.

-Espera, ¿de qué me estas hablando? Puedes contarme todo.

-Tu mismo dijiste que no confiara en ti.

-Olvida lo que te dije. Cuéntame y ya. Necesito que me digas lo que tengo que saber para poder ayudarte.

-¿Puedo confiar en ti?

-¿Acaso te dejé a tu suerte en el bosque?

-Sí-dije sería.

-Por favor, tu fuiste la que se salió de la cueva. Yo no tuve nada que ver con lo demás ocurrido.

Sonreí ante su ridículo argumento.

-Muy bien ya te ríes. Es un buen avance. Pensé que ibas a llorar o enojarte. Puedes confiar en mí.

-Bien.

Le conté todo lo que pasó. Desde el sueño hasta que me atacó. Jake solo se quedó quieto. No dijo nada ni hizo nada. 

-Jake. ¿Esta todo bien?-pregunte ante su silencio.

-Sí, solo estaba pensando en como arreglar esto.

-Jake, ¿estas bien?

-Sí.

-Me refiero a tu herida.

-Ya pronto sana. Se que se ve grave pero estoy bien.

-Pero lleva sanando mucho tiempo.

-No te preocupes. No me voy a morir por esto. 

-Jake se supone que sanara por completo hace quince minutos. No es como si no me hubiera dado cuenta de que tienes problemas con la regeneración de tu cuerpo.

-No hablemos mas del tema-dijo mientras se levantaba del sofá. Lo agarre del brazo y trate de obligarlo a sentarse.

-Siéntate. No necesito que hables del tema, solo deja que te revise.

Volvió a sentarse de mala gana, pero lo hizo. Como si le molestara que supiera que no puede regenerarse de la misma forma que los demás. Me puse de rodillas en el sofá para poder ver bien su herida. 

-No tienes porqué revisarla. Estoy bien.

-Shh. Deja de moverte.

Miré detenidamente la herida y estaba fatal. Si hubiera sido un anthrópino, hubiera muerto al primer golpe. Pero no estaba tan mal como hace rato. Lo toque y se quejó.

-Perdón.

-Esta bien. No te preocupes. 

Tome su cabeza y lamí la herida. Por supuesto que fue lo mas raro del mundo porque él no se esperaba que hiciera eso. Rápido se soltó de mi agarre y se levantó.

-¿Por qué hiciste eso?

Para cuando se volvió a tocar la cabeza, la herida ya no estaba. 

-¿Cómo hiciste eso?

-No lo sé. Solo lo hago desde que tengo memoria. Eso es todo. 

-Pero nunca te has preguntado cómo es que puedes curar a los demás, ¿verdad?

-Sí, varias veces. Pero luego dejo de darle vueltas al asunto. En fin, ahora que sabes mas de mí y de lo que pasó qué harás cuando Allan pregunte mi versión. 

-Tranquila. Algo se me ocurrirá para no tener que contarle la leyenda de tu ataque y el mito de tu sueño. 


Los Siete Pecados Capitalesحيث تعيش القصص. اكتشف الآن