JENN
En cuanto entré a la oficina del presidente, sentí pavor, todo era absolutamente lujoso y organizado con el señor Martínez como todos lo llaman, no era más que un poco mayor que yo, extremadamente guapo y absurdamente rico.
- Sientate Jenn, tengo muchas ganas de hablar contigo. - Que bonita sonrisa.
- Señor Martinez es un placer para mí conocerlo.
- Ohhh por favor no me llames señor Martínez, con un simple Diego está bien. - Que dientes tan perfectos.
- No podría pasar por tal atrevimiento señor.
- Te preguntarás qué estás haciendo aquí - Me dijo mientras sus ojos me veían fijamente, si había algo que había aprendido en mi vida, era que a la gente se le miraba a los ojos.
- Realmente si. - Le sonreí timidamente - todos me han dicho que aca solo suben los periodistas importantes.
- Bueno si bien es cierto, Lana es la unica que viene aquí libremente, pero eso es porque somos amigos, ¿Como se la lleva con Lana? - Sentí profundamente ganas de vomitar y me quedé pasmada.
- Ella es muy... agradable. - Bah.
- ¿Lo es eh?... - Creo que esa pregunta fue en... ¿sarcasmo? - bueno señorita, quería felicitarla, porque su trabajo en esta revista, ha sido extremadamente exitoso y me siento muy satisfecho con él, - poso sus manos en su mentón - usted parece como si tuviera 10 años de experiencia, Y las personas que me ayudan siempre merecen una recompensa, por eso quería escuchar sus ideas, quería saber si necesita más personas, ya sabe, que la puedan ayudar, y... quería darle una oficina, para que se encargue de hacer su trabajo de una mejor manera, piénselo y me avisa, piense que mas necesita y aquí está su llave. - El señor Martínez me largo una llave con un número, el 614, esa era mi oficina, no lo podía creer, me acababan de dar mi propia oficina.
- Muchas gracias señor... - Aunque quería saltar trate de ser lo mas modesta posible.
- Diego por favor, piensa en tus propuestas y la otra semana vienes aquí, puedes subir en cualquier momento, por ahora acomódate y enserio muchas gracias.
- Si señor... gracias a usted, es un gusto trabajar para usted.
Me despedí y baje casi corriendo a mi piso, le conté a Raquel a Felipe y a Arturo quienes me felicitaron y me dieron abrazos, la oficina era espaciosa, pues a mi me parecía gigante y estaba rodeada de vidrios, para mi tortura la oficina de Lana era la 613, aunque ella siempre mantenia sus persianas cerradas para que no se viera nada, sentí satisfacción por restregarle que ahora tenia de compañera a una lesbiana, el señor Martinez puso una placa en mi puerta con mi nombre; JENN BETANCOURT y abajo se leía STAFF sin duda me sentía plena en la empresa, la semana paso increíblemente rápido y el viernes salí por mis amigos a la hora del almuerzo, la sonrisa la tenía desde el Lunes que me habían dado mi propio lugar, no lograba borrarla de mi rostro y Lana había tenido que salir de la ciudad por un reportaje así que no podía ser mas perfecto.
- Queridos, muero de hambre, ¿nos vamos?
- Oye Jenn, este fin de semana nos vamos para la cabaña en las montañas del señor Martinez, ¿vas a venir verdad? - Me preguntó Raquel.
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Maldita periodista - Historia Corta - Lesbian
Short StoryHistoria corta de Lana y Jenn. Lana homofobica. La vi desde mi primer día de trabajo, sus ojos miel, sus cejas gruesas, sus pómulos pronunciados y sus labios carnosos captaron inmediatamente mi atención, lo único que no supe ese día, es que ella me...