43 ✦ BRUISES

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19/07/2016

"Mamá sabe que estamos saliendo", soltó Josh de repente, automáticamente sintiendo su pecho liberarse de un gran peso interno.

"¿Qué? ¿Cuándo le has dicho?", preguntó el menor, quitándose las sábanas del rostro y mirando al mayor con incredulidad y cierto asombro.

"Hace una semana, cuando te fuiste. Ella entró en mi cuarto y preguntó si habíamos peleado pero... No recuerdo muy bien. Lo bueno es que no le molestó en absoluto".

Una enorme sonrisa se esbozó en los labios de Josh, a lo que Tyler no pudo resistirse y, luego de corresponder la sonrisa, se montó sobre el cuerpo del mayor para luego comenzar a besarle.

"Lo siento, Ty, pero debo ir al colegio, ¿recuerdas?".

El moreno le miró y, simulando estar enojado, volvió a sentarse en la cama, ahora con los brazos cruzados.

"Podrías faltar. Yo no fui ni ayer ni hoy", dijo. Josh tomó su cintura y le volteó, para poder ambos mirarse a los ojos.

"Tengo un examen final".

Tyler observó las manchas verdosas, medio amarronadas, que aún yacían sobre uno de los ojos de su novio. Le acarició la frente y, entrecerrando los ojos, se rindió.

"Bueno, pero te acompañaré, ¿sí?". Josh asintió en seguida y, sin perder más tiempo, se levantaron de la cama.

Pasada media hora, las puertas del instituto se abrieron y los alumnos que esperaban afuera por fin pudieron ingresar.

"Pasaré a buscarte cuando salgas", informó Tyler, acercándose a Josh, dispuesto a besarle para despedirse, pero el mayor se opuso replicando: "A-Aquí no. Hasta luego, Ty".

El menor, sin embargo, entendió. No quería creer que allí habían matones homofóbicos, pero en la mayoría de los colegios los había, por lo que no podría a Josh en riesgo sólo por un beso.

Bajó las escaleras y caminó por la vereda con las manos en sus bolsillos, un poco encorvado debido al frío. No iba prestando mucha atención al camino pero, cuando levantó la mirada, divisó lo que nunca pensó que vería en otro lugar que no fuera Columbus.

Una cabellera casi calva, tez pálida y ojos inexpresivos le miraron de reojo, logrando que las piernas de Tyler se congelaran un instante en su lugar, pero el hombre continuó caminando con una tranquilidad absoluta.

El joven, aún con la mente en blanco, volteó y le miró la espalda al mayor, incrédulo ante aquella presencia.

"Oh, no", soltó con pesadez, pero sobre todo con tristeza. Tyler no se permitió pensar más y echó a correr instintivamente con dirección a la casa de Josh.

¿De verdad aquella familia volvería a padecer todo ese infierno? Deseó con todas sus fuerzas que no.

Casi diez minutos después de haber comenzado a correr, llegó al departamento. Tocó el timbre incontables veces hasta que la rubia abrió la puerta con una expresión de preocupación en el rostro, aunque no se comparaba con la de Tyler.

"¿Tyl-...?", logró decir la mujer, pero el chico la interrumpió con un fuerte jadeo.

"¡He visto a Bill!".

Acto seguido, su delgado cuerpo se derrumbó por el cansancio al no sentir sus piernas de tanto correr, y Laura, en un estado de shock, se quedó inmóvil, todavía sosteniendo la puerta abierta.

"¡Laura!", gritó Tyler. La mujer lo miró con lágrimas ya asomándose por sus ojos y el moreno prosiguió: "Diles a todos que nos esperen en el colegio, que no salgan. Los iremos a buscar con el auto".

La rubia asintió y cerró la puerta. Ayudó al novio de su hijo a levantarse, le tendió un vaso con agua y, estando los dos sentados a la mesa, llamó a su trabajo para avisar que esa tarde no podría ir.

BRUISES ✓ joshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora