22 ✦ BRUISES

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19/06/2016

Josh despertó sabiendo que Tyler no estaba a su lado. Él se había vuelto a su casa luego de pasar la tarde con el cumpleañero y su familia, con la excusa de que no quería estar "de más" ni ser una molestia; las insistencias de parte de Laura y de Josh no fueron suficientes.

El chico de cabello violeta, perdiendo el color poco a poco debido a los numerosos lavados, se desperezó y fue al comedor de la casa de su tía, encontrándose así con todos ya sentados a la mesa.

Al verle, sonrisas vagas aparecieron en los rostros ajenos y Josh correspondió alegre, dejando ver su brillante dentadura. Se saludaron con un "buen día" y luego, una de las mujeres habló.

"Josh, hay algo que debemos decirte", dijo su madre. El chico tomó un vaso de agua para espabilarse y luego se dedicó a escuchar. "Hoy iremos a casa a buscar nuestras cosas. Ropa, principalmente".

Josh, confundido, frunció el ceño y quiso despejar sus dudas, pero su madre continuó hablando.

"Hace tiempo vi un departamento. Es barato, dentro de todo, y será un buen lugar para los cinco. Además, no quiero darle problemas a Molly con George".

"Genial", repuso el chico. Tampoco deseaba que el "tío" George se enfadara con su tía, así que era mejor darles su espacio, sobretodo porque a George no le agradaba mucho compartir la casa con niños. "¿Por dónde queda?", prosiguió.

Su madre suspiró y, luego de mirarse las manos durante un instante, formuló con tono aflijido su respuesta esperando una buena reacción de parte del mayor de sus dos hijos varones:

"Es lejos, en otro pueblo. Si tenemos suerte y no hay mucho tránsito en la carretera, llegaremos más o menos en cuatro horas. Saldríamos mañana por la tarde".

Automáticamente, el rostro de Josh empalideció y sintió unas terribles ganas de vomitar, a pesar de no haber ingerido ningún alimento aún, con excepción del agua.

"No puedo ir", dijo, convencido, con un hilo de voz.

"Estaremos lejos de Bill, Josh. Podremos empezar de cero y volver a ser felices como lo fuimos éstos días sin él, sin golpes, sin gritos, sin llorar... Puedes llevar tu batería".

A pesar de aquellas propuestas que tentaban al chico de los ojos achinados, éste no se creía capaz de acceder. Dependía emocionalmente de Tyler y abandonar la ciudad no le haría ningún bien, de ello estaba seguro.

"No, mamá, n-no quiero ir. No puedo".

"¿Ay, por qué eres así? ¡No nos niegues esta oportunidad, Joshua! ¡Puede ser la única que tengamos!".

Mamá!", vociferó, levantándose de la mesa de un salto y logrando que la silla, en la cual se encontraba sentado, saliera disparada hacia atrás y después rebotara contra el suelo. "¡Quiero quedarme aquí!
¿¡A-Al fin tengo un amigo, entiendes!?".

El corazón de su madre dio un vuelco al ver a su hijo lloriquear, estirando sus cabellos, sonrojado ante la tristeza y furia que le provocaba aquella noticia. El rostro de la rubia se contrajo en una mueca de lástima y percibió como propio el dolor que sentía su hijo en esos momentos.

"No puedo dejarte sólo...", continuó excusándose la mujer, completamente decidida a irse con todos sus hijos, sin excepciones. Y no lo hacía por mala, sino porque no había opción: Era irse o correr el riesgo de encontrarse con Bill en el pueblo y que el abuso volviera a repetirse.

Pero, pero-...!".

"Josh, nos vamos. Puedes volver a ver a Tyler de vez en cuando o él podría ir a visitarte. Tampoco es como si nos estuviéramos yendo del país", sentenció luego de que Josh hiciera un berrinche.

Ashley, la mayor de las hermanas de Josh, miró a su hermano y propuso: "Pueden hacer video llamadas. Te daré mi computadora, si quieres".

Josh la miró con el entrecejo fruncido y negó con la cabeza, negándose a creer que su hermana no se opusiera como él ante la idea de dejar el pueblo. Reparó en que estaba sólo: era el único que quería quedarse. Sin embargo, intentó una vez más:

"¿¡Mamá!?", musitó mientras sus voz se quebraba como si estuviera afónico y su garganta se secaba por completo.

"No, Josh. Lo siento muchísimo, de verdad, pero es por tu bien, por el de todos". Se acercó a su hijo con los brazos abiertos, buscando abrazarle para reconfortarlo y liberarlo un poco de la tristeza con la que cargaba, pero Josh se apartó bruscamente.

"Sólo los abrazos de Tyler me hacen sentir bien, mamá", dijo, helando a todos y logrando que los cinco pares de ojos se abrieran a más no poder, impactados ante aquella frase.

Sin más, Josh corrió a la habitación donde se hospedaba y se lanzó a la cama, abrazando fuertemente la almohada, con intenciones de llorar hasta el momento de su partida.

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