Capítulo 8

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—Dime qué sucedió —exigió su madre, aprovechando que solamente las dos se dirigían a ese baile.

—Es horrible, mamá —expresó con la voz en un hilo y Noelle temió lo peor—. Windsor quiere obligarme a casarme con él.

Un largo silencio se pronunció en el carruaje, solo era el sonido de las ruedas del carruaje sobre los húmedos adoquines. Sabía lo que Noelle estaba pensando, cualquiera de los dos era una excelente alternativa para futuro esposo, pero aun así, Lisa no quería que Windsor tomara el control de su vida.

—Respetaré tus decisiones, cariño, por lo que te recomiendo que hables con el conde. Windsor es un hombre terco y caprichoso, no renunciará hasta conseguir lo que desea.

¡Eso lo sabía! No necesitaba que la asustase más. Ella fue amiga de Jaden, conocía su terquedad y todo lo que era capaz de hacer con tal de conseguir lo que quería.

—Le escribí, pero él no vino, le dije que era urgente.

—¿Cuándo le escribiste?

—El mismo día del teatro.

—Ross dijo que Windsor se retiró a los segundos que nosotros nos fuimos.

—Eso no interesa, mamá, Hamilton no vino.

—Hija, Windsor interceptó esa carta, lord Hamilton acudiría a tu llamado, él no te ignoraría.

Un atisbo de esperanza se instaló en su pecho. Era posible, Windsor sería capaz de eso y más para salirse con la suya.

—¿Qué haré? Tengo miedo, él... creo que no hablaba en vano, mamá.

—Eso está claro, Windsor jamás haría algo así, él te hará su esposa si no pensamos en algo. Creo que tu padre apoya al duque después de todo, por lo que sugiero que te acuestes con Hamilton.

Jadeó espantada. Si bien Lisa lo había pensado, jamás habría esperado que su madre le dijera eso con tanta espontaneidad.

—No pongas esa cara, es lo mejor, así nadie podrá romper su compromiso y Windsor no te querrá una vez mancillada.

—Pero como...

—Háblalo con él. Queden en un lugar y una hora, luego buscaremos una licencia especial y estarán casados para este fin de semana.

—Pero... no sé cómo hacerlo, ¿y si no soy buena? No estoy lista para...

—Tienes veinticuatro años, ya no eres una niña, debes pensar en tu futuro.

Tragó con fuerza. Si bien su cuerpo ahora era delgado, su vientre tenía rastros del sobrepeso que tuvo años atrás, a él podría desagradarle esa parte de su cuerpo.

¿Qué pasaba si una vez que los viera se echara para atrás?

Tenía miedo. Era en esos momentos de presión cuando sus mayores temores salían a flote.

—¿Dónde sería un buen lugar? —preguntó con un hilo de voz, ya no había marcha atrás.

—Podrían reunirse en la casa que está en las afueras de la ciudad. Ahora no hay nadie allí y yo me encargaría que estuviera lista para mañana.

—¿Mañana?

¡Era muy pronto!

—Mientras más antes mejor.

La garganta se le secó. Era eso o perder su oportunidad.

—Hablaré con él.

Llegaron al salón de baile y Lisa recorrió el lugar con la mirada, al no verlo por ninguna parte caminó por la estancia, ansiosa y asustada. La frustración era cada vez mayor al darse cuenta que Hamilton no estaba en la fiesta, quizá no deseaba verla porque el escándalo estaba nuevamente en su vida, era normal que cualquier hombre huyera ante tal amenaza.

Aliados del Amor 01 *Libertinos Enamorados*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora