Trilogia de Razas

Descendientes Encontrados. Capitulo 18

Capítulo 18

Una verdad más

Aquellas palabras caen tal fuera una roca, es en ese momento que cada palabra de Gancardie cobraban sentido y que aquella pregunta se respondía sin esfuerzo, de inmediato se escucharon solloz de parte de la muchacha que se halla en el piso destrozada por aquellas palabras para luego dar paso a un ruido estruendoso causado por el impacto de la espada que llevaba Mateo contra el piso, que al escuchar aquello produjo que girara en dirección a mi esposo, quien se encontrabas con lágrimas en sus ojos para luego volver a girar y ver la reacción de Sam quien por cierto se estaba riendo, es que no me entra en la cabeza como es que tanta maldad puede concentrarse en una sola criatura, no lo termino de comprender, en mi poco tiempo de vida he entendido que la maldad es infinita, mas sin embargo, los hermanos Salvatore me han enseñado algo, y es que la maldad es ciega y no distingue ni raza y sexo y por ende puede llegar a ser lo más aberrante de este planeta, un ejemplo perfecto es lo que estoy observando, este monstruo no le importa el sufrimiento de esta chica que por mucho tiempo ha sido su pareja, ni siquiera se inmuta por las lágrimas que está derramando...

Katherine: Amor... dime que... es mentira, dime que todo lo que dijiste no es verdad - dice con lágrimas, sin querer entender que fue engaña al igual que su padre - por favor - aquellas suplicabas me partían el alma

Samanuel: No, no es mentira, hay ya deja de llorar o es que acaso no te gusto lo que hemos vivido juntos, a mí no pero se veía que a ti si - se comenzó a reír pero ella por otro lado lloraba aún más fuerte

Mateo: MONSTRUO! -grita mi esposo lleno de furia tomándome de esta manera por sorpresa y antes de que pudiera hacer algo él ya había tomado su espada para así ir rumbo así Samanuel para acabarlo, sin esperar de igual manera les sigo los pasos para así ayudarlo y evitar que aquel sujeto le jugara sucio no obstante antes de llegar él se detiene justo donde se encontraba aquella chica sin consuelo, se podía apreciar que el a pesar de que quería arrancarle la cabeza a Samanuel también quería consolar a lo que es su hija, sin tiempo que perder Mat se agacha y toma en sus brazos a la chica estrujando de esta manera en un abrazo, ante aquello me detuve unos centímetros delante de ellos pero sin bajar la guardia atenta de cualquier ataque improvisto...

Alejandra: Eres un desalmado Samanuel, y os juro que acabare contigo tal y como hice con tu hermanito, no harás más daño - digo mientras saco mi daga, quiero acabar con esto, quiero desaparecer el causante de tanto dolor

Samanuel: No me asusta niñata, además como lo harás con tu angelito muerto - y apenas aquello salió de su boca saco una daga lista para acabar a Mat

Alejandra: MATEO!!... grito no obstante antes de que el hiciera algo, a una velocidad impactante me muevo hasta donde Mat se hallaba con su hija para así posicionarme delante actuando de esta manera como un escudo humano sin embargo Samanuel no se detiene y me atraviesa el torso con aquella daga dando paso a un dolor indescriptible que comienza desde mi pecho para así extenderse alrededor de mi cuerpo, mas sin embargo aquel dolor incrementa cuando extrae aquel artefacto de mi pecho, ante aquello mis ojos se desvían así lo de Mateo quien está en estado de shok y sin pensarlo deja a un lado a la chica y me toma en sus brazos para que así no me estrellera contra el piso

Samanuel: RETIRADA! - escucho decir para luego ver como aquellas criaturas empiezan a desparecer y poco antes de que todo se apagara vi como aquel psicópata tomaba a Katherine en el descuido de Mat y desaparecía entre la oscuridad, otra preocupación más....

"Punto de vista de Mateo"

Mateo: ALEJANDRA!....ALEJANDRA!! - no, no esto no me está pasando de nuevo - ALGUIEN POR FAVOR, AYUDEME - grito desesperado y de inmediato Bianca aparece detrás, sin tardanza se la entrego para que la ayuden no obstante no me quedo, apenas la tenía en brazo alce vuelo y me fui detrás de Samanuel, no voy a permitir que se vuelva a llevar a una de mis hijas