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La incómoda tensión que flotaba en el ambiente era jodida, y los dos lo sabían mientras veían las grabaciones. Ahí estaba claro ante sus ojos. Justin y Zayn gruñeron al unísono cuando vieron a la mujer entrando a su camerino, abriendo sus bolsos de gimnasio y sacando el par de teléfonos. Los dos no se sorprendieron cuando vieron a una rubia en especial que sonreía mientras tenía el móvil de Justin en las manos mientras el de Zayn era descartado por un momento. Zayn volteó a mirar a Justin y éste último le dirigió una mirada de enfado. Zayn alzó una de sus cejas y esperó, no oponiéndose cuando vio como Justin salía con rapidez por la puerta de la cabina de seguridad. El moreno agradeció al tranquilo guardia y salió detrás de Justin, teniendo una idea a dónde el rubio se dirigía.
Zayn mejor que nadie sabía lo impulsivo que Justin podía ser, pero él no era nadie para detenerlo en ese momento que estaba sintiendo el mismo tipo de enojo. Era jodido lo sabía. Su novio iba a explotar, pero, ¿Quien era él para detenerlo? Nadie. El moreno sabía de antemano que cuando Justin explotaba era mejor simplemente dejarlo ser.
Al doblar en la esquina vio la escena y suspiró de cansancio. La chica estaba acariciando el pecho con lentitud de Justin mientras lo miraba con excitación. Zayn tuvo que aguantar la mueca de enojo que empezaba a trincar su rostro. Pero no detuvo el gruñido de advertencia cuando se acercó a Justin y a la mujer, quien a último momento también le dirigió una mirada de pasión al moreno.
-Zayn, aquí estás, le decía a Justin que estoy preparada para la próxima escena -Susurró con lentitud tratando de seducirlos, lo único que logró fue que Justin la tomará con más fuerza de lo normal por el brazo y la hiciera caminar con rapidez mientras se quejaba-. Justin, cariño, espera, sabes que no me gusta el sado, tomémoslo con calma, muñeco.
Justin no se detuvo y las palabras y chillidos de la rubia solo provocaron que la mandíbula de Justin se marcara hasta el dolor, pero muy poco le importó. Zayn siguió a Justin en silencio pero concentrándose de jodidamente no explotar. Rebasó a Justin y trotó hasta la maciza puerta enfrente. Zayn tocó dos veces y al escuchar la característica voz de su jefe, tomó el pomo, lo abrió y entró con un cabreado Justin a sus espaldas que retenía con mucha facilidad a la mujer rubia que gritaba disparates.
Un Elliot un poco ocupado los esperaba. Zayn y Justin esperaron hasta que él terminara la llamada que estaba atendiendo. Justin miró un momento a Zayn al ver como el moreno miraba constantemente la hora en su reloj y cierta preocupación le entró al pensar en Zoe. Cuando estuvo a punto de calmar a Zayn, Elliot cortó la llamada y con una mueca miró a la mujer que estaba sacudiéndose en los brazos de Justin.
-¿Puedo saber a qué se debe todo esto, Kim? -La mirada enojada de Elliot provocó que la recién nombrada parara de moverse en los brazos de Justin como una loca.
