Capitulo treinta y cuatro

2.7K 228 18
                                    

Me quedé observando la puerta. Tenía la esperanza de que volviera a abrirse, y de nuevo estuviera ahí... arrepintiéndose de lo dicho.

Tenía la boca entreabierta, no podía moverme en ese entonces, hasta que mi padre me habló:

–¿Georgie? –me pregunta, pidiendo mi atención. Quería saber qué sucedía.

Me giré, miré primero el suelo, y después levanté los ojos a él... mis ojos se cristalizaban. No pude contener un suspiro de cansancio, decepción y tristeza. Todo al mismo tiempo. Quizá más.

(...)

Las puertas del ascensor se abrieron. No perdí tiempo y me eché a correr fuera.. tenía mi respiración agitada. Miré a todos lados, busqué por doquier a Tony. Cuando lo vi caminando al auto, dónde lo esperaba Happy, con la puerta trasera abierta, corrí hacia él.

–Tony! –le grité mientras empujaba la puerta principal del edificio. Una brisa de aire frío chocó contra mí, de pronto sentí escalofríos por el cambio tan drástico de temperatura–. Tony! Espera por favor! –le pedí, nuevamente. Pero parecía haberme ignorado, porque su paso no lo detenía. Ni siquiera se había girado para mirarme. Sólo Happy fue quién me miró después de escucharme hablarle a Tony.

–Ya esta hecho. Justo lo que deseabas, querida.. –dice Tony sin dejar de caminar.

Fue en ese momento en el que me rendí y decidí honrarme de valor para conseguir que hablara.

–Detente, Stark! –grité, en una orden. casi soltando un gruñido. Se notaba lo molesta que estaba por el tono que había hecho sonar. Dicho esto. Stark levantó levemente los hombros, y entonces se detuvo. Respiró profundamente. Lo supe por como su espalda se endurecía–. voltea! –alcé nuevamente la voz. Al parecer sabía que realmente no estaba feliz con él, por lo que de inmediato me obedeció. Tenía de nuevo aquellos lentes oscuros puestos. Con tan solo vérselos, bufé mientras ponía los ojos en blanco–. quítate esas cosas de la cara... –volví a ordenarle. Y de nuevo, el volvió a obedecerme.

–¿Qué?

–¿Qué? –repetí, antes de alzar las cejas–. ¿me preguntas que qué? ¿Después de todo lo que pasó haya? –él permaneció callado, tomé ese momento para relajarme. Tomar calma, respirar y de nuevo intentar saber mis dudas–. ¿por qué hiciste eso? –le pregunté, con la voz hecha hilo, mientras mis ojos se cristalizaban más que hace un rato.

–Tú me lo habías pedido.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.



–¿Y por qué no hiciste lo que te pedí después de eso? –suspiré, para mantenerme aún sin comenzar a llorar–. ¡te dije que no lo hicieras! –grité–. ¿por qué no lo hiciste?

Tony miró a ambos lados. En ese momento yo también me di cuenta que estábamos fuera de una entrada y salida muy comercial, donde pasaba tanta gente, que era difícil de distinguir.

–Espera aquí. –le dice Tony a Happy, quién asiente con la cabeza antes de cerrar la puerta.

Cuando Tony volvió conmigo, me tomó de los brazos, y me llevó al callejón que estaba a un lado del edificio. ¿Qué tramaba? Era lo que me ponía a dudar demasiado.

Soltó un suspiro, y cerró por unos segundos los ojos.

–¿Qué piensas ganarte? ¿Una obra dramática acaso?

–Lo que fuera con tal de que no te fueras.. –dije, mientras bajaba poco a poco la mirada–.. ¿por qué... por qué quieres abandonarme?

–No es eso...

–¿Entonces?

–Es complicado... no podrías entender lo que quiero..

–Dímelo, podré comprender...

Exhala, y mira por todos lados, intentado conseguirse una forma de arreglar esto.

–¿Por qué dices eso ahora? Tu me odias...

–Ya no... –susurré–. yo te quiero conmigo.... ¿qué será de mí si algo malo me llegara a pasar? No quiero estar sin alguien que me cuide como tú..

–Conmigo también estarías en peligro..

–Pero sé que harías lo que fuera con tal de mantenerme a salvo, no sólo a mí, sino a ti también...

–Georgie.... –exhaló de nuevo.

–Te necesito! –dije, por fin, dándome por vencida.

Tony quedó perplejo. No podía creer lo que había oído. Así es, yo lo estimaba más de lo que podría ser capaz!

–¿Qué? –frunce el ceño. Mientras de su cara formaba una mueca que no me parecía agradable.

–Ya me oíste... te necesito!

–No! –alzó la voz–. no no no! Estás mal! –me corrigió–. no puedes enamorarte de mí... Creeme! No me necesitas...

–¿Enserio? ¿Me dices eso... ahora que vengo confesándote toda la verdad? –comencé a exhaltarme.

–No, es sólo que eso es algo inapropiado... y no está bien... ¡mírate por Dios! ¡Eres sólo una niña!

Quedé con la boca entreabierta. Mis ojos quedaban fijos en él, una vez que se dio cuenta de que estaba arrepentido por decir eso, me miró preocupado.

–¿Qué? –mi voz estaba hecha un hilo. Y de mis ojos comenzaron a salir lágrimas.

–Georgie... –murmura. Intentó acercarse, pero lo detuve.

–Quítate! –grité–. ¿entonces todo lo planeabas? ¡sabías que esto sucedería! ¿No? ¡De una niña!

–Espera..

Estaba por irme, y Tony volvió a intentar acercarse, pero lo empujé contra la pared mientras no dejaba de gritarle.

–Basta! Ya no!... –no pude contenerlo, y me acerqué a su pecho para llorar encima de éste, quería abrazarlo, y sentirlo conmigo. Pero no, no quería hacer así de fácil esto–. no te acerques! –volví a empujarlo y golpearlo contra la pared–. ahora que lo conseguiste! ¿Satisfecho? Puedes irte! Gracias por cuidarme... –lo miré rápidamente de reojo una última vez más, agaché la mirada, y salí de aquel callejón, y camine de vuelta a casa, a pie. Sin necesidad de que nadie estuviera viendo que no me sucediera nada.

Iron Man mi Guardaespaldas ❨sin editar❩Where stories live. Discover now