Capítulo 14

64 10 1
                                    


Todo aquí es demasiado caro. Hemos estado más de dos horas recorriendo toda Nevada y haciendo paradas cada hotel que vemos, pero es demasiado lujo y no tenemos para pagar esa cantidad. 

— Ya está, hasta aquí. Dormiremos en el auto — sentencio Damian 

— ¿qué? ¿y si nos roban? — me altere 

— Te recuerdo que fuiste tú quien nos llevo a el magnifico hotel fantasma.

Cuanto lo odio.

Me cruce de brazos e infle mis mejillas; si, parezco una pequeña malcriada pero no me interesa, no quiero dormir en el auto. 

— ¿Que tal si volvemos a California? —propuse

— No, ya es tarde... 

Suspiro cansado y soltó un bostezo, de verdad esta cansado, al igual que yo, pero no me convence del todo dormir en el auto.

  — Damian... 

  — Se que no fue tú culpa, trataste de conseguir un buen lugar, pero fue una trampa, ¿cómo lo ibas a saber? Ahora por favor, cierra tu boca.

...

  No pude dormir en toda la noche. Se me hizo imposible, tenía miedo y mucho. 

Pero he de admitir que estuve admirando y contando cada una de las pecas que tiene Damian en la nariz... No pude evitarlo, su cabello despeinado era castaños con esos reflejos rubios y su tez blanca y esos sus labios... no eran carnosos, pero iban con el, le daban la proporción perfecta a su rostro. Pero lo que más me gustaba eran las pecas de su nariz.

— Iré a comprar algo de comer para irnos ya — dijo con voz pastosa 

— ¿quieres qué te acompañe? — pregunte

— No, quédate a vigilar el auto.

— ¿y si vienen a robar? Porque... es decir, me podrían hacer algo, ¿qué haría yo en mi defensa? 

Salió del auto y se inclino un poco hacía adentro para hablarme

— Pascal, se que tienes lo necesario para defenderte ¿acaso olvidas el tenedor?  

Sonrió y sin más para decir cerro la puerta y se alejo

— Pero ahora no tengo un tenedor, mucho menos aceite — susurre

Okey, okey okey, ha pasado más de una hora y Damian no vuelve, no pudo haber ido tan lejos, hay muchas tiendas por acá, y lo peor es que ya me hurgue comer. ¿Qué estará haciendo? 

Tranquila Pascal, el volverá con comida.

Comienzo a desesperarme, quiero salir del auto...

No, quédate a vigilar el auto.  

Sus palabras se repiten en mi cabeza en señal de advertencia, no puedo salir, él dijo que no... ¿pero quién es él parta decirme qué no? 

Me dispongo a salir, abro la puerta y salgo del auto, me cuesta un poco mantener el equilibrio, hace horas que no me pongo de pie, cierro la puerta dando un portazo, ¿cómo sabre donde está? Veo a mi alrededor y reconozco ese caminar, es él.

Desastroso InviernoWhere stories live. Discover now