Mis pupilas negras parpadean para observar bien y sin creerlo.

Palidezco completamente y pierdo el habla al ver a Loki con tres nocturnos viendo un bulto en el suelo, un lobo muy malherido. Estaba tiritando, tenía marcas de garras y mordidas en sus brazos y espalda sangraba mucho en su cuerpo descubierto. Los que estaban parados lo miraban con una mezcla enojo y de diversión.

Loki gira su rostro hacia mi dirección moviendo sus ojos grises y sin expresión llegando a mis pupilas negras. Logro esconderme de su vista de manera rápida y aguanto la respiración evitando hacer ruido y con el corazón en la garganta.

— ¿Quién está ahí? — habla de una manera trémula y extremadamente calmada que hace a mi corazón, del miedo, moverse por mi pecho.

El muy desgraciado tenía un oído extremadamente sensible.

— Sal si no quieres que te vayamos a buscar— agrega y veo como sus labios se convierten en una sutil mueca de malsano gusto al decir eso.

¡Mierda, no me quedaba otra!, eran muchos, si salía corriendo de seguro sería peor. Con cuidado, me muevo con cautela y aparezco ante él con las presas de caza sobre mis hombros.

Los ojos de Loki son los primeros en verme. El nocturno mueve su cuello de manera pensativa antes de hablar.

— Vaya, vaya— comenta divertido Loki — ¡A ti te conozco!, me habías nombrado como ladrón. ¿Cuál era tu nombre?

— Mi nombre es Velkan— musito de manera cortante y ronca.

— Sí Velkan, como olvidarlo— comenta burlonamente— ¿Cómo estás? — agrega con una sonrisa que no me gusta para nada— Veo que has estado cazando.

No respondo porque no tengo idea que decir, solo trato de mantener la mirada a esos ojos glaciales, pero es algo difícil. Él parece saberlo, porque su boca hace un gesto, una clase de risa que más bien parece una mueca grosera y sicópata. Siento las miradas de los otros lobos sobre mí, generándome un vuelco en el estómago. No estaba cómodo y obviamente ellos lo saben.

Creo que se da cuenta que me abruma como está el lobo herido y decide hablar.

— Oh, de seguro te estás preguntando porque ese de ahí esta tan golpeado.

Trato de no hablar, no quiero. Él toma mi trago de saliva como afirmación.

— No tienes porque asustarte tanto— rio suavemente acercándose a mi — Ese de ahí— señala con su dedo— Es uno de nuestros omegas.

Veo como el pequeño lobo tirita un poco y hace un chillido lastimero al nombrarlo.

— Cállate— ordena fríamente Loki con una entonación tan trémula que me llega a asustar a mí.

Uno de los otros lobos se acerca al malherido omega y hunde su mano sobre su cabeza para hundirlo en la tierra.

— ¡Te dijeron que te calles! — dijo de la misma forma fría el nocturno.

— Lo siento, debió hacer mucho ruido mientras le dábamos su correctivo— se disculpó Loki de una manera no muy creíble— Verás, este es un omega malo, muy malo.

Esas palabras las agregó, haciendo un gesto negativo en la cabeza.

— A hecho mal sus labores y ha tratado de seducir a una mujer de uno de los lobos.

— Yo no... — la voz del omega sonó temblorosa al tratar de hablar, mientras continuaba tirado en el suelo sin mostrar su rostro, algo imposible de ver, por lo hinchado y golpeado que estaba.

Fue callado por una patada de otro lobo en sus costillas, haciéndolo gritar de dolor.

— Dije calladito— Loki mantenía su voz calmada y serpenteante, pero se notaba fastidiado cuando clavo sus ojos en el herido.

El Cortejo de VelkanWhere stories live. Discover now