Capítulo Diecinueve: Una pequeña broma

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Patricio estaba sobre mí a punto de besarme, y la verdad yo no quería detenerlo, cuando yo era quien lo tentaba no me afectaba en nada, simplemente sentía lo nervioso que lo ponía, pero esta vez fue el quien intento tentarme y me comporte tal y como él lo hacía, me puso nerviosa, paró mi respiración e hizo que mi corazón se acelerara a mil por hora, jamás me había pasado esto...cerré mis ojos, cosa que nunca había hecho para besar y espere que sus hermosos labios rojos se unieran a los míos, no podía ni quería evitarlo, quería sus labios besando los míos de una vez por todas.

Guardaespaldas: Señor, Paro... Dios! - se volteó, nos levantamos inmediatamente.

Patricio: ¿Qué pasa, Pancho?

Guardaespaldas: Ya es medianoche, mi hora de salida.

Patricio: Esta bien, puedes irte.

El guardaespaldas se fue, Patricio sacudió su cabello, parecía que esa era su forma de peinarse, yo salí del trance del olor de su respiración y volví a tierra.

Sheyla: Casi te descubren ligando en el trabajo.

Patricio: ¿Ligando? No estábamos haciendo eso.

Sheyla: Mira nada más que pálido te pusiste cuando entro el guardaespaldas, hoy le dice a tu madre, oh oh Gordito estás en problemas.

Patricio: ¿Cómo me dijiste?

Sheyla: Gordito ¿Qué tiene?

Patricio: ¿Por qué me dices así?

Sheyla: Es tu apodo sexual.

Patricio: Tienes 17 años y piensas más en sexo que un viejo morboso.

Sheyla: Prefiero hacerme llamar de mente llamativa.

Patricio: Para lo malo.

Sheyla: Cállate y tráeme el látigo, esta noche te voy a dar.

Patricio sonrió y se lanzó sobre mi dejando caer su peso encima de mi cuerpo pero de espaldas, me estaba aplastando.

Sheyla: ¡Qué pesado eres! ¡Quítate!

Patricio: ¿No que te gusta el pseudomasoquismo?

Sheyla: Y yo soy la pervertida, mira qué me quieres dar eh.

Patricio: Lo único que quiero darte son nalgadas para que dejes de portarte mal.

Aventé a Patricio fuera de mi encima, él se paró al lado de la cama, yo me incline frente a él.

Sheyla: Ahí las tienes - le puse mi trasero - Nalguéame.

Patricio: Eres una degenerada.

Sheyla: ¿Degenerada yo? Tú dices que me quieres nalguear, yo te ofrezco mi trasero para que le des todas las nalgadas que quieras y tú te niegas, no te entiendo.

Patricio: Sabes que no te nalguearé.

Sheyla: Eso ya no es culpa mía - me acosté - ahora duérmete o te violo - me recosté de lado y cerré mis ojos.

Sentí como Patricio puso la sábana sobre mí y se acostó a la par mía. Quedé dormida, cuando me desperté y vi en el reloj de mesa que eran las cuatro de la mañana, miré a mi lado y Patricio estaba durmiendo como un bebé, dulce e inocente, perfecto para una broma. Me levanté lo más silenciosa que pude y salí del apartamento, bajé al bar y compré varias botellas de licor, las vacié en el lavabo y puse las botellas vacías alrededor del suelo. Le quité la sábana a Patricio, tomé los cuchillos y le rompí la ropa por completo. ¡¡Dios, le dije que no más de 25 pero creo que estos son como 30!! Dije en mis adentros, dejé a Patricio completamente desnudo, tuve mucho cuidado para no despertarlo, me quité toda la ropa y me acosté a la par de él, nos acobijé y le dí la espalda, reí silenciosamente y cerré mis ojos....me quedé dormida.

CHICA MALA - Adaptada ROJASRODIWhere stories live. Discover now