Capítulo Nueve: ¡¡Qué es esto!!

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Sheyla: Eso... - me volteé quedando frente a sus labios  - ...debes investigarlo tú mismo.


Me volteé y comencé a mezclar los ingredientes. Terminé de cocinar todo, Pato y yo nos sentamos en el desayunador y comenzamos a comer.


Patricio: Enserio creía que esto me iba a matar a los tres segundos pero han pasado como veinte y sigo vivo – dijo con la boca llena de comida.

Sheyla: Es mi desayuno favorito, pero le falta un ingrediente - me levanté.

Patricio: ¿A dónde vas?

Sheyla: Hagamos algo. Si no regreso dejo que me des a latigazos en la cama y si regreso te los doy yo.

Patricio: Ya se me hacía raro que no hayas dicho algo así hasta ahora.

Sheyla: Me activo con la comida. Soy alrevez de la gente normal, está gruñona cuando no come y tranquila cuando lo hace, yo soy lo contrario.

Patricio: Debo mantenerte a dieta seguido.

Sheyla: Ya regreso, prepara tu trasero para el dolor.

Patricio se levantó y me siguió. Abrí el refrigerador y saqué el sirope de chocolate.

Patricio: No le echarás eso.

Sheyla: Sabe mejor.

Patricio: ¿Tratas de purgarme o algo por el estilo?

Sheyla: ¿Y quién dijo que era para el omelet?

Patricio: ¿Y para qué es?

Sheyla: Para comérnoslo sobre nuestros cuerpos - Abrí el sirope y dejé que el líquido cayera en mi boca haciendo movimientos provocadores con mi lengua.

Patricio: Ese internado tiene mucho trabajo por hacer.

Sheyla: No te ilusiones, si es para el omelet - Me fui de regreso a la mesa y los llené con el chocolate, seguí comiendo.


Pato se devolvió conmigo y comió el omelet.


Patricio: Tenemos que irnos ya.

Sheyla: Espera...es que debo decirte algo.

Patricio: ¿Qué?

Tomé el sirope y me levanté, me acerqué a su oído.

Sheyla: ¿Recuerdas ayer? En la limusina, ambos sin camisa ¿Recuerdas mis pechos? - mordí mis labios, Patricio no emitía ni una palabra - ¿No te los imaginas totalmente cubiertos por esto? - Presioné el recipiente y dejé caer el líquido sobre la mesa, cerré sus ojos con mis dedos, unté mi dedo con chocolate y lo rocé por sus labios, él sacó su lengua y lamió mi dedo, yo seguía respirando cansada en su oído - ¿No te gustaría hacerlo realidad? - Deslicé mis dedos por su cuello y metí la mano en su camiseta, masajeé su pezón izquierdo y saqué la mano suavemente. Mientras con esa mano hacía eso con la otra sacaba mi camisa, y luego hice lo mismo con la mano contraria para sacarme la otra mano de la camisa - Pato...deslicé mi lengua por el lóbulo de su oreja, noté como se erizaba la piel de su brazo. Tomé mi camisa y rodeé sus ojos con ella, rápidamente la anudé de atrás y salí corriendo como pude.

Patricio: ¡Maldición! - Pato trataba de quitarse la camisa de la cara mientras yo corría.

Sheyla: ¿Estaría rico no? - di una carcajada hasta que choqué con alguien; mi padre.

Víctor: ¡Sheyla!

Sheyla: Pa....pi - hice cara de inocencia.

Víctor: ¡Qué afán el tuyo de andar sin camisa!

Patricio: Le da mil usos, todos menos traerla puesta - se acercó.

Víctor: Eres un desastre Shey.

Sheyla: Por favor, sabía que no iba a escapar con eso...sólo quería divertirme ¿Por qué no estás en el trabajo?

Víctor: Eres un desastre pero debo despedirte - me abrazó.

Miré a Patricio mientras abrazaba a mi padre y me chupé los dedos uno por uno y le guiñé un ojo, él sólo negó con la cabeza.

Víctor: Ve a bañarte, alístate y sales a Londres.

Sheyla: Creo que no hay de otra - me encogí de hombros.

Patricio: No le creo.

Víctor: No ni yo - ambos rieron. Se me contagió su risa - No mas travesuras - me miró a los ojos, yo alcé ambas cejas - Inténtalo ¿Si?

Sheyla: Voy a bañarme. Pato espero que sepas restregar bien en los rincones - dije caminando hacia la habitación, El me siguió.

Patricio: ¿No te da pena decir esas cosas frente a tu padre? Eso es ser sinvergüenza.

Sheyla: Se llama honestidad. No soy falsa ni hipócrita, digo lo que pienso y a veces sin pensarlo. Esta soy yo, quien le guste bien y al que no pues al cuerno.

Patricio: De eso ya me di cuenta - entramos a la habitación.

Sheyla: Me traes mis sales de baño y mi jabón especial de la india.

Patricio: Aquí tienes una toalla y un jabón líquido que encontré en un baño - me los dió.

Sheyla: ¿Qué haré con esto? ¿Lavar el inodoro?

Patricio: No está mal la idea, relájate.

Sheyla: Sabes Pato, sé lo que causo en ti - me acerqué lentamente.

Patricio: ¿Lo dices por lo que hiciste en la cocina?

Sheyla: ¿Aun te acuerdas de eso? ¿No que los caballeros no tienen memoria?

Patricio: Fue hace tres minutos.

Sheyla: Hay algo bueno en todo esto - subí a la cama.

Patricio: ¿Qué haces?

Sheyla: Como huí... - me quité la pijama, quedé en ropa interior  - ...tú ganaste - desabroché mi brasier.

Patricio: ¡Oye oye! ¡No hagas eso!

Sheyla: Trae el látigo, Parodi - me quité el brasier, tapé mis pechos con un brazo y con el otro tomé el brasier.

Patricio: ¡Porque te estorba tanto la ropa!

Sheyla: Mira, te enseño - tomé el brasier y di azotes al aire como si fuera un látigo - ¡Así! ¡Asi! - dije de forma erótica - ¡¡Ahhh!! ¡Con fuerza! - gemí.

Escuché unos pasos que venía de la puerta, supe que era mi padre, tal vez no evitaría ir a ése internado, pero mi padre ya no confiaría en Patricio. Me lancé a Pato y él cayó sobre mí en la cama.

La puerta se abrió y mi padre entró.

Víctor: ¡¡¡Qué es esto!!!

CHICA MALA - Adaptada ROJASRODIWhere stories live. Discover now