∵Final alternativo.

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El pequeño rubio se encontraba acostado en una incómoda cama, conectado a varias máquinas con moretones en su rostro y brazos.
A su novio le dolía verlo así, así de débil.

Camino cerca de el y lo tomo de su mano, fría y algo morada, su bello color de piel poco a poco se estaba perdiendo, el chico pelinegro acaricio suavemente su cabello y depósito un beso en la frente de su novio.

Jos- hablo sin fuerza el pequeño.
Bebe,no, necesitas fuerzas- respondió Jos.
Mi amor, estoy muriendo, lo se, lo siento, solo quería decirte que te amo, y que siempre lo voy a hacer- el empezaba a toser mientras hablaba- aprende a vivir sin mi, se que lo lograrás.
No bebe, no haré eso- Jos estaba en el borde de las lágrimas, como su novio le estaba pidiendo que lo olvidase.
Te amo- dijo Alonso con el último respiro que le quedaba para después la máquina que tenía conectado a Alonso empezará a sonar fuerte mente.
No, Alonso, no, no me hagas esto- pedía Jos en suplica mientras lo sujetaba de los brazos.

Rápidamente los doctores llegaron y empezaron a sacar al joven pelinegro, el ya no debía encontrarse ahí.





Un chico pelinegro se encontraba plenamente dormido en la mesa de su alcoba.

La tristeza lo había inundado de tantos sentimientos que al final solo quedo dormido.

Al lado de el, se encontraba una carta, con un poco de gotas derramadas en ella, el joven había llorado desconsoladamente recordando.




Alon, mi bebé.

De seguro ya te encuentras mas feliz haya arriba, tal vez ya hasta te topaste con Alan, tu gran primer amor.

Y de seguro tambien estas extrañandome así como yo te extraño. Se me ha hecho complicado, ya ha pasado una semana desde tu funeral, tu mamá lloraba, tu papá, tus hermanos, pero sabes, me partió el corazon ver a Braulio abrazando el ataúd en donde te encontrabas mientras pequeñas gotas caían de sus ojos.

Ellos no se merecían tu muerte, ellos no merecían perder a un ser querido.

Yo no merecía haberte perdido.
Te amaba y te amaré por el resto de los días en que la vida me lo permita.

Aun recuerdo tu dulce voz, cuando gritabas con fuerza que me amabas, cuando me hablabas dulcemente por teléfono.

Aun recuerdo tu suave piel, la cual acariciaba cada noche deseando no romperla, ya que eras tan fragil.

Tu piel, parecida a la nieve, tan blanca y densa.

Tus ojos, como el lindo cielo azul, como si un diamante creciera dentro de ellos y los hiciera brillantes cada día.

Tu cuerpo, tan delicado y pequeño. Tus manos blancas y suaves.

Tu cabello rubio con entradas castañas, tus labios, mi amor, tus labios eran mi perdición, tan delgados y tan carnosos en algunas ocasiones, rojos y deseables.

Definitivamente amo cada parte de ti, hasta tus defectos a tus virtudes.

Nada hará que el amor que te tengo muera, tu tienes mi corazón y así siempre va a ser, por el resto de los años.

-Jos.

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