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Estaba desayunado tranquilamente mientras veía el noticiario de la mañana, hablaban de varios asaltos, de la política entre muchas cosas más. Cuando recordé que no había leído la carta de Alonso esta vez, camine hacia la puerta y ahí estaba el pequeño sobre, regrese al comedor y la abrí.

Querido "nadie":

Hola—conteste riéndome.

Hoy fue un nuevo día, un día mucho mejor. Al llegar a la escuela, me entere de que habían expulsado a Daniel y sus secuaces pendejos. Por lo menos me había librado de algo.

Eso es algo muy bueno en realidad, creo que es bueno ver que se te esta haciendo justicia Alonso.- comente sonriendo.

En la tarde fui a mi primer día de trabajo. Llege y el local ya estaba abierto, en la barra se encontraba Bryan atendiendo a unos clientes. Poco despues me enseñó los precios de la ropa y todo sobre cómo manejar la tienda.

Me dejo encargado el mostrador mientras el iba a acomodar nueva mercancía de ropa que nos había llegado. Estuve como 10 minutos sin que hubiera gente, cuando de pronto el sonido de la puerta me saco de mi aburrimiento. De donde estaba pude ver que de la puerta entraba un chico, no muy alto a decir verdad, cabello negro, traía una sudadera gris, pantalones de mezclilla, unos tenis blancos y venía tomando un Arizona.

Extraño- mencione rascandome la cabeza ya que yo iba así ayer en la tarde.

Estuvo viendo un gran tiempo la ropa hasta que vi que escogió una playera negra completamente y un chaleco con el logo de nirvana en la parte de atrás. Se acercó al mostrador y por alguna razón los nervios se apoderaban de mi. Al acercarse más a mi, pude notar unas grandes y largas pestañas adornando sus ojos color miel, un lunar en la parte de arriba de los labios, unas cejas muy pobladas y unos labios muy finos.

Dios mio, es mi gemelo- mencione riéndome.

El me sonrió y me pregunto que cuanto costaban las prendas. Le respondí y me entrego su tarjeta de crédito para pagar y después de varios minutos salio del local, pero antes de irse me dedico una cálida sonrisa.

Es como de esos amores platónicos que jamás volverás a ver.

Woah, ¿soy yo ese amor platónico? ¿O ahí uno igual a mi en esta ciudad?

Con cariño Alonso Villalpando.

🔹Letters -JV-🔹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora