Capítulo 9

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- Elizabeth.

- ¿Qué?- dijo en tono de molestia.

- ¿Puedes salir de ahí?

-No.

- No fue para tanto.

Elizabeth se descubrió la cabeza y lo miro fulminante.

- ¿Qué no fue para tanto? ¿Qué otro hombre me vea así no te molesta ni un poco? O es que no te importo, si debí saberlo...- Robert se sentó en la cama y atrapo sus labios para silenciarla.

- Al fin saliste- dijo mientras le daba otro beso.

- ¿Cómo fue que casualmente no oíste el escándalo de tu primo?- contesto alejándose de él.

Robert se inclinó de hombros y se recostó sobre las almohadas perezosamente.

- Siempre ha sido así, tiendo a ignorarlo.

- No me agrada.

- Ni a mí tampoco- concordó Robert.

- ¿Entonces por qué lo recibes en tu casa?- Robert la miro desde la almohada.

- ¿Y cómo lo corro?- negó varias veces y se tapó los ojos con un brazo -Él es el siguiente heredero al marquesado si yo no concibo un hijo.

Elizabeth se quedó callada. De alguna manera esas palabras la hacían recordar que ella, en cualquier momento podía estar engendrando un pequeño niño, un bebe de Robert...

- Elizabeth ¿Me escuchaste?

Por supuesto la joven no habia escuchado nada en lo absoluto, por alguna razón siempre que se perdía en las conversaciones su respuesta automática era "Si" cosa que por supuesto hizo con esta última.

- ¿En serio? ¿Qué te dije?

- Emm... - suspiro - No tengo ni idea de lo que dijiste.

- Bueno como sea- se puso en pie sin tomar en cuenta la vergüenza que eso causaría en su joven esposa.

Elizabeth se habia sonrojado rotundamente, sin pensarlo se habia metido bajo las cobijas para no ver la desnudez de Robert, contrariamente, el hombre se mostraba de lo más divertido con la situación. No podía creer que el pudor existiera en su esposa aun cuando ya hacía días que compartían lecho como marido y mujer.

Sin embargo se mostró piadoso, colocándose la bata para continuar con la tarea de vestirse.

- Elizabeth deberías comenzar a vestirte también- ella estaba decidida a permanecer mucho más tiempo bajo las sabanas, por lo menos hasta que él se marchara - Toma.

Robert le tendía su bata, la cual habia recogido de algún lugar de la habitación.

Una blanca y pequeña mano salió de su escondite tomándola con rapidez, Robert no pudo evitar reír ante el acto tan aniñado, rápidamente despego su vista de ella y le dio la espalda. Continuando con su tarea de arreglarse para salir.

Elizabeth aprovechó la indolencia que le propiciaban para colocarse la bata y apurarse a salir de la habitación. Noto como Robert estaba lavando sus brazos en el lavabo que habia como comodidad extra dentro de la habitación. Llevaba puestos los pantalones y su fuerte espalda quedaba a la vista de Elizabeth. Sin pensarlo demasiado se acercó a él cuándo ya secaba su rostro, se paró frente a él disfrutando la sorpresa que le propino al verla parada ahí frente a él.

La joven sonrío con dulzura y se puso en puntillas para asestarle un corto beso el cual no fue correspondido y ella no se esperaba lo contrario.

- Buenos días- dijo cuándo se alejó para poder verlo a los ojos, en los cuales no se contemplaba otra cosa más que sorpresa, incluso un poco de intriga.

Lo que desata un beso (Saga los Bermont 1)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang