Extrañas sensaciones

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3 de marzo, año 415 d.r

5:37 a.m

Ethan me despertó lanzándome agua fría. Cada día se vuelve más molesto, menos considerado (como si en algún momento lo hubiese sido), más orgulloso y frío.

Aún tiene problemas para moverse libremente, no quiere admitirlo, pero el veneno del draga que lo atacó la otra noche sigue circulando por su sistema. No veo claras muestras de mejoría, pese a que él asegura que es sólo cuestión de tiempo.

Por momentos lo detesto y me dan ganas de dejarlo, sin embargo, me veo incapaz de hacerlo; no sé si deba atribuirlo a falta de coraje, compasión, o simplemente quiero demostrarle que en cierta forma me necesita; pero cada vez que intento dar un paso por el sendero alejándome de él los pies no me responden, siento que debo acompañarlo. Es extraño, ni siquiera me sentí así al dejar a mi familia y a Emmet. En solo un par de días me siento más a unida a Ethan que a cualquier otra persona... si es que Ethan puede ser calificado como persona.

En cuanto al Stelaro, aún no tomo una decisión. Me sorprendió que Ethan demostrara tanto interés en un libro. A mi parecer, y según lo poco que me habló sobre él, no es el tipo de sujetos interesados en la lectura, o en culturizarse. La guerra, las batallas y la emoción de encontrase en peligro son sus únicos intereses. Incluso usa su gran poder mágico exclusivamente en la batalla, para defenderse y curar heridas superficiales. Me tiene confundida ¿Cómo sabe tanto sobre este libro? Empiezo a sospechar que no sólo sabe sobre el Stelaro, también sobre el barco hundido cerca de mi pueblo natal y la cultura que escribió esos libros increíbles... tal vez él pertenece a esa cultura.

Biero ya queda a medio día de caminata. Según me explicó, un barco sale cada siete días hacia Dédalo, nuestra siguiente parada. Si tenemos suerte llegaremos a tiempo para abordarlo, aunque yo preferiría tomarme unos días en Biero para descansar por fin en una cama, darme un baño con agua tibia y comer decentemente. Desde que me enteré que Ethan caza dragas y me estuvo alimentando con eso, le tengo repulsión a la carne; desde ayer que me alimento de pequeños frutos que encontramos en el camino.

Ethan está "cazando" su desayuno en este momento y se supone que yo debería estar pensando qué hacer: tomar un barco de regreso a Fiso, seguir hasta Ithia sola, o darle a Ethan el Stelaro como pago por acompañarme el resto del viaje.

No puedo regresar a Fiso, mi misión en Ithia es importante, y tampoco deseo viajar sola, menos sin él.

— ¿Qué tanto escribes? —Ethan le arrebató la bitácora sin darle tiempo a que terminase de escribir.

— ¡Mi bitácora de viaje! documento todo lo que sucede para no olvidarlo. —Se levantó molesta, intentando inútilmente quitársela de las manos.

— ¿Es una bitácora o un diario? —preguntó con un deje de burla, lanzándole el pequeño libro de vuelta.

—Una bitácora de viaje, es imprescindible si luego quiero documentar lo acontecido. Un diario es algo personal e íntimo, donde las niñas bobas escriben sobre sus sentimientos. —Se cruzó de brazos con pretensión, mientras Ethan sacaba de su morral a un pequeño conejo blanco de ojos rojos.

El tesoro de Charleen (Foris #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora