The End of All Things

165 25 16
                                    


''¿Cómo sabes cuando la vida te da una señal de que ya es hora de terminar con todo? ¿Cómo sabes cuando ya es hora de terminar con todo? Siempre he sido mejor que tu escribiendo, así que probablemente será la mejor carta que leerás en toda tu vida; y la más honesta.''

Brendon acababa de abrir esta carta del sobre manila que sus abogados le habían dado. La habían encontrado en la casa del no tan reciente muerto, pero solo unos meses después los policias habían optado por entregarsela a la únicas personas con las que Brendon hablaba hasta ese momento.

Y aunque todos decían que el era egocéntrico, jamás olvidaría como Ryan era al momento de escribir. En serio el pensaba que era el mejor.

''Llevo ebrio no se cuanto tiempo, pero si lo suficiente como para que millones de recuerdos y memorias invadan mi cabeza. Lo suficiente para recordar como me encargué de romperle el corazón a la única persona que puedo decir he amado con cada célula de mi cuerpo. Lo suficiente para recordar como la única persona que he amado con cada célula de mi cuerpo me rompió el corazón, y así. Una tortura que al parecer no acaba. No quiero que esto sea tomado como ''La carta de suicidio de Ryan Ross'' Espero y no sea tomado de esa forma, y honestamente espero y tu no lo tomes de esa manera. Simplemente necesitas una explicación de porque decidí abandonarte nuevamente.

Pero primero quiero decirte que jamás dejé de amarte, no me volví a enamorar, y difinitivamente jamás te olvidé. Y es que eres jodidamente inolvidable. Dime, ¿Cómo iba a olvidar tu sonrisa inmensa que podía alumbrar un país entero? No culpo a la ''Más hermosa criatura'' que alguna vez haz visto como en algún momento la llamaste por robarte de mi lado. ¿Quien no quisiera robar a la única perfección existente del planeta? Las cosas bien cuidadas no son robadas; yo no te cuidé, y me arrepentí de eso cada segundo de mi vida después de aquella noche en la que dejé a mi razón de ser en Cape Town.

Pero te mentiría si te dijera que no espero que sientas lo que yo sentí todos estos años cuando estuviste con aquella chica que detesto tanto pronunciar su nombre. El hecho que hayas preferido a ella sobre mí, me rompió como no tienes idea. Tal vez piensas que me merecía tal dolor por abandonarte. Pero creo la única verdad absoluta en toda esta trágica historia de amor llena de verdades relativas que hemos construído en todos estos años; es que te amé tanto que te dejé ser feliz con alguien más. Incluso si eso implicaba que me abandones. Pero no podía estar ahí; a tu lado fingiendo que todo estaba bien cuando no lo estaba. No iba a poder soportar tal dolor.

Por ese te dejé aquella primera vez. Tal vez después de todo Spencer y tu tenían razón, y no era lo mejor para todos; era lo mejor para mí.

Pero, ¿Cómo me pueden acusar solo a mí de egoísta? Cuando preferiste aquella cazafortunas en vez de a mí. Cuando solo pensaste en el que dirán y no en lo que en realidad sentías. Porque seamos honestos Brendon Boyd; nunca la amaste, o al menos, nunca la amaste de la misma manera en la que me amaste.

Y probablemente ahora estés llorando mientras sostienes esta carta porque te conozco tan bien que se que lo haces. Te conozco más de lo que tu mismo podrías conocerte. Porque estoy seguro que no sabías que cuando mientes sueles tocar tu nariz muy seguido. Que cuando estás triste, ríes mucho para evitar que se den cuenta de toda la melancolía, amargura y pena que te llena en ese momento. Y apostaría, que siempre piensas en mí; antes de dormir, antes de escribir, después de levantarte. Después de todo, piensas en el único ser que verdaderamente haz amado, piensas en mi; George Ryan Ross III.

Y aún no llego al porque decidí hacer lo que provocó que estés leyendo esta carta que está saliendo junto con sentimientos que he tenido guardado en el fondo de mi corazón todos estos años. Tal vez estaba tan perdido en tus ojos que no me di cuenta que nunca tendríamos una oportunidad para tener un final feliz. Mi error fue que no supe que el amarte era luchar por ti todos los días. Luché por ti, tal vez no lo suficiente, pero lo hice, y te consta. Pero yo también quería que lucharas por mí. Esa noche en Cape Town esperaba un ''Por favor, no te vayas. Quédate, lo solucionaremos'' Pero lo único que conseguí fueron tus lágrimas. No un quédate, no querías que me quedara, era más fácil para ti que me fuera.

Y cuando me fuí, pensé que todo estaría bien, que me volvería a enamorar y te superaría. Que iba a ser hermoso, mágico, todo lo que había estado buscando. Pero incluso si volvía a amar, jamás sería de la forma en la que te amé.

Porque lo más hermoso, mágico, y todo lo que había estado buscando eras tu, nadie más que tu. Pero preferiste a alguien más, y me dejaste. Con el corazón roto y un anillo.

Porque no, el anillo jamás fue para Keltie, el anillo era para ti. Todo era para ti: Mi vida, mis suspiros, mis pensamientos, mis letras. Absolutamente todo era para nadie más que tú. Pero la preferiste a ella.

Pero no te puedo culpar tampoco a ti, porque aunque me duela admitirlo, es hermosa y estoy seguro ella si te supo hacer feliz. Ella si fue lo suficiente para ti.

Pero lo escribiré de nuevo. No estoy aqui para hablar de lo perfecta que ella puede ser ante tus ojos. Ni de como me dolió el no ir un ''quédate'' de tu parte. O el hecho de que nunca me buscaste. Si supieras cuanto tiempo te esperé. Esperé una llamada, un te extraño, un ''te necesito, por favor vuelve'' Pero solo conseguí canciones que revelaban cada situación de nuestro amorío. Referencias a nuestros mejores momentos y que siempre vivirán en mi recuerdo y memoria, que llevaré a mi tumba y que compartiré en otra vida con los nietos que espero tener contigo; pero en otra vida.

Porque la verdad es que todo el mundo dice que lo superarás, que acabarás con el sufrimiento, que todo pasará. Pero ellos que saben, que saben de todas las conversaciones profundas y de todas las noches que nos juramos amor eterno. Que saben de verdadero amor. No todos aprender a amar verdsderamente. Pero yo a ti si te amé y lo puedo decir con toda la seguridad del mundo. Ellos que saben de todas las caricias y las veces que compartimos sueños, o todas las lágrimas, o todos los sentimientos que hemos compartido. Ellos no saben todo lo que hemos pasado, esas escapadas a media noche, esas noches donde el amor era lo que inundaba la habitación pero no de la manera que ellos piensan. Nosotros eramos el amor escribiendo canciones que estaban llenas de nuestros sentimientos, consolandonos mutuamente, amandonos cada día. Abránzandonos tan fuerte que podíamos sentir como todas las partes rotas de nuestros cuerpos se unían; nosotros fuimos amor y Brendon, tu sabes que no encontrarás mejor la definicón de amor que no sea conmigo.

Pero al menos tenías a alguien con quien podías aparentar que era amor. Yo no tuve a nadie.

O talvez nunca quise tener a nadie. Tal vez fuíste mi capricho, mi único capricho. Y ese capricho se convirtió en cáncer, y me enfermó. Me enfermó y mi único remedio era aferrarme al alcohol, y aferrarme tanto hasta caer en una muerte lenta. Pero me cansé de esperar también por la muerte. Y esta si la buscaría y me buscaría.

Y no quiero que te culpes por que yo haya decidido tomar esta decisión. Porque no lo es, tal vez debí pelear por ti, tal vez no debí dejarte, o tal vez no debí enamorarme.

Pero ya sabes lo que dicen:

Unos mueren por alcohol.

Otros por cigarrillos.

Algunos por droga.

La mayoría por amor.

Pero yo morí por ti.

Porque lo mío por ti no fue amor, fue mucho más que eso.

Siempre tuyo, Siempre mio.

De tu luna única y solitaria.

Ryan Ross.

Brendon regresó la carta al sobre manila con una tormenta en sus ojos, y su cara llena de sus lágrimas, soltando fuertes sollozos y pequeños gritos ahogados por la cosa más dolorosa que ha leído en su vida, y Ryan tenía razón; La más honesta.

El dolor en su corazón era demasiado grande; era la puñalada más profunda que le podían dar a una persona. Puso el sobre en su pecho y lo abrazo con una mano mientras con el otro brazo tapaba sus ojos. Se dio la vuelta y puso su cara sobre su almohada mientras gritaba y se desahogaba. Gritaba tan fuerte, pero no le importaba quien lo oyera. Lo único que le importaba era desahogarse de todo el dolor que lo invadía.

Pero no funcionaba. El dolor no se iría.

Counting Stars ||Ryden||Where stories live. Discover now