La Princesa y El Nerd

Capítulo 38 "Cumpleaños de Amélie"

El equipo dos conformado por mis padres, André, Lauren, Phillip y Rosa se había destacado con la decoración, la comida, música y más.

Todo estaba perfecto para una gran fiesta.

— ¿Ya podemos felicitarte? — preguntó Rosa.

— Adelante.

Todos comenzaron a abrazarme y felicitarme.

El único que no me felicitó fue Lucas.

Me acerqué a él.

— ¿No piensas decirme nada?

— Por ahora no, tiene que ser más especial.

Sonreí.

Y en ese instante sonó el timbre de la casa.

Eran las 9:30pm por lo que la gente ya debería estar por llegar.

Abrieron la puerta de entrada y un montón de adolescentes, compañeros de clases, personas que conocía de otros lugares y otras completamente desconocidas comenzaron a entrar.

Cada cinco minutos entraban alrededor de veinte personas más.

— ¿Y van a estar aquí? — André les preguntó a los adultos por encima de la música — ¿No se irán?

— ¿Y perdernos el cumpleaños de Mélie? ¿Estás loco? — habló Phillip — Nos quedamos.

— No estamos tan viejos para fiestas — dijo mi padre tomando a mi madre de la cintura.

— Claaaaaro — dijo Adam — Sólo deben tener unos sesenta años.

— ¡¿Qué?! — exclamó mi madre.

— ¡A bailar! — exclamé interrumpiendo la discusión que estaba a punto de crearse.

Todos comenzamos a bailar al ritmo de la música.

Era increíble.

La fiesta iba mucho mejor de lo que me imaginaba.

Ver a mi padre hacer unos raros y ochenteros pasos con mi madre era muy gracioso.

— ¿Qué se supone que hacen?

— ¿No lo sabes? — dijo mi padre moviendo sus brazos de arriba a abajo, de un lado al otro — Esto era lo máximo en baile en nuestra época.

Reí.

Por otro lado estaba Rosa en la cocina con Mary repartiendo bocadillos a todos y Phillip vigilaba que Rosa no tomara ni un trago de alcohol.

Luego estaban André y su novia, mi profesora de historia, bailando muy juntos.

Después se encontraban Adam y Adele que, ¿dónde estaban? Hace una hora que no los veía por ningún lado.

Me encogí de hombros y caminé a la barra.

— ¿Vas a pedir algo cariño? — preguntó el barténder.

— No, gracias.

— ¿Estás segura?

— Si, no quiero beber — dije asintiendo con la cabeza.

— ¿Estás en una fiesta y no vas a beber? — dijo un muy apuesto chico con un acento americano. Estaba sentado junto a mí, seguro llevaba ya un rato ahí — No es por entrometerme pero beber es lo más divertido de las fiestas.

— Pues es mi cumpleaños y no quiero pasarla borracha, así que paso.

— Oh, ¿tú eres la cumpleañera? — preguntó sorprendido — Creo que te diste cuenta que me colé en tu fiesta.