Habían pasado un par de semanas, y la relación entre Harry y Louis cada vez era mejor. Aunque a veces Louis tendía a no querer hablar y encerrarse en sí mismo, cosa que no era sana para él, pero Harry siempre lograba hacer que saliera por lo menos un rayito de sol entre tanta oscuridad.
Harry quería hacer formal aquello que tenía con Louis, sabía que sus padres estarían de acuerdo, pero necesitaba hablar con Johannah antes de dar cualquier paso.
Él ojiverde golpeó despacio con sus nudillos sobre la fina madera, mientras esperaba ser atendido. Pronto Johannah abrió la puerta y sonrió en dirección a Harry.
—Hola Jay... Yo sólo quería, uh. Quería hablar sobre Louis. —Harry tropezó con sus propias palabras estaba nervioso e impaciente.
—Está bien, Harry. Pasa. —La mujer se hizo a un lado, dejando entrar al muchacho a su casa. Cerró la puerta y luego caminó junto a él hasta el sofá.
—Nunca he sido de aquellas personas que lo piensas mil veces antes de hacer las cosas, y le da mil vueltas al asunto. Así que aquí va; Me gusta Louis, la verdad pensé que lo sabía la primera vez que me acerqué a usted con el afán de acercarme más a su hijo, pero si no lo pilló entonces yo se lo quiero decir. Realmente me gusta, lo quiero. Y créame que esto no es nada fácil para mi, nunca lo había hecho antes, y espero que no me aleje de tu hijo, mis intenciones sólo son de cuidarlo, quererlo, y velar cada día por su bienestar, —él rizado dio una bocanada antes de continuar—. Louis me platicó con sus ojos vidriosos sobre lo que usted hablo con él hace unas semanas, y con un nudo en la garganta me aseguró que usted, su madre, lo odia por el hecho de querer a un chico, y no ha una chica. Desde que la conocí me ha parecido encantadora, y maravillosa, una madre ejemplar, que da cualquier cosa por la felicidad de sus hijos, por eso no podía creer las palabras de Louis, ¿odiarlo por algo tan simple como su orientación sexual? No puedo creerlo de usted.
Johannah negó con una ligera sonrisa en sus labios. —Sabía que Louis iba a malinterpretar mi reacción, pobre de mi pequeño, —la mujer volvió a negar mientras cepillaba con la yema de sus dedos la bolsa bajo sus ojos—. No he dedicado cada instante de mi vida a mi hijo, sólo para dejar de amarlo con cada latido de mi corazón por algo tan estúpido como eso. Me halaga que pienses eso de mi, Harry. Pero yo no lo siento así, lo siento más como un deber, algo que tengo que hacer por él ser que más quiero en la vida, y si en algún momento llegas a ser padre, entonces entenderás. Por otro lado, por supuesto que acepto que estés con Louis, y si mi hijo decidió conformar su vida con un hombre y no con una mujer, entonces me alegro de que sea contigo. Si es aquel momento actué con frialdad y desprecio hacía Louis, entonces ahora lo estoy sintiendo, y quizás fue por enterarme de algo de fuerte como eso, pero luego de cuestionarlo con afán me di cuenta de que no importa con quién esté mi hijo, ni que esté haciendo, de igual forma lo amaré.
Louis estaba al pie de la escalera, mientras las lagrimas acariciaban sus mejillas. Escuchando atentamente como los seres que más quería en la vida, hablaban con orgullo y cariño sobre él, y lo que era. Lo querían, lo querían por lo que era. Porque en verdad sienten algo en su pecho cuando están con él, por eso aceptaban todos sus defectos, porque lo que sienten es real. Mordió su labio evitando sollozar y captar la atención de su madre, y por lo visto futuro novio.
—Los amo tanto, —susurró Louis para sí mismo, siento las mariposas aletear en su estomago.
