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Jueves, 24 de abril.



—Eres un estúpido, ciegito y ahora mudo—Michael rió un poco y soltó a Louis, haciendo que golpeara su espalda contra los casilleros y cayera al piso.

Harry lo observó desde lejos y tenso la mandíbula, esta vez si iba a intervenir.

—Déjalo tranquilo.—Amenazó Harry acercándose hasta Michael.

El rubio carcajeo—¿Quién eres tú para decirme que hacer?

—Que lo dejes en paz, ¡Maldita sea!—Exclamó molesto esta vez y sólo basto un poco más de cercanía para que Michael se fuera, sin antes mirarlo de mala manera.

—Cobarde—Susurró el rizado para si mismo, y llevó su mirada hasta el pequeño tirado en el piso, le tendió su mano pero no la tomó, así que lo levantó por si mismo.

—¿Por qué no hablas?—Cuestionó y el ojiazul lo miro directo a los ojos, pero sin mostrar ningún tipo de sentimientos. Pasaron unos minutos y Louis no respondió.

—Habla un poco, si no lo haces porque ellos te molestan, yo haré que no te vuelvan a tocar ni un pelo—El rizado habló seriamente. Quería por alguna razón comunicarse con Louis, ya que molestarlo no servía de nada si terminaba molesto él.

Calló unos segundos esperando alguna respuesta por parte del pequeño, pero no recibió ninguna—Juro que haré que nadie vuelva a meterse contigo—Y luego de decir eso se fue. 

Sabía que Louis tenía algo más allá de su daltonismo. Era lo suficientemente inteligente como para saber que eso sólo afectaba la visión, no daba problemas de habla o afectaba el uso de la comunicación. Él y todos sabían que Louis apenas y hablaba, nunca miraba a nadie a los ojos, y era completamente frío, no mostraba sentimientos, una que otra vez la pena y nerviosismo, pero ahora definitivamente no siente nada, y Harry quería saber por qué, y lo descubrirá aunque tenga que cuidar cada uno de sus pasos.


QUIEN ERES TU PARA DECIRME QUE HACER♪♪.

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Blue and red ➳ Larry AUWhere stories live. Discover now