Capitulo 18

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—Eres un maldito— grito la pelinegra mientras corría tras Ethan, la había lanzado al lago minutos atrás.

—Este maldito te dejo completamente mojada— Ethan sonrió ampliamente mientras le miraba para después seguir corriendo, claramente morir en manos de la pelinegra no era su plan.

—Sigo sin saber cómo puede tener tanta energía— hablo Percy, quien hasta hace unos momentos jugaba con todos en el lago.

—Pasa mucho tiempo con Joseph, no es de sorprenderse.— hablo Emma mientras miraba al hijo de Poseidón sentarse a su lado.

—Aun así tiene bastante energía, incluso para nosotros— hablo Richard mientras se unía a Emma y a Percy.

—¿Te volvió a patear el trasero?— pregunto Emma divertida.

El castaño suspiro. —Solo fui parte del daño colateral que Joseph causa— hablo el chico.

—¿Qué relación tiene con Joseph?— pregunto Percy por fin, nadie entendía aquella extraña relación por más protector que el pelirrojo fuera de la chica.

—Nadie lo entiende por completo— murmuro Emma.

—Sabemos que es su protector pero no fue reconocido, es extraño— murmuro Percy.

Richard miraba al pelirrojo acercarse y guardó silencio mientras miraba hacia el lado contrario.

—No es necesario ser reconocido cuando se perfectamente quien es mi padre— hablo Joseph interrumpiendo la plática. —¿Dónde está _____?—

Emma mordió su labio molesta, Percy sintió un escalofrío recorrer su espalda aquellas palabras habían salido demasiado frías.

—Salió corriendo detrás de Ethan— hablo Richard mientras miraba al pelirrojo.

—Ese maldito— gruño Joseph para seguir buscando a aquellos dos.

—Es el mismo diablo cuando se trata de ella— murmuro Emma mientras lo miraba marcharse del lugar. —Siempre esta tras ella como un perro...—

—Sera mejor que cierres la boca Emma, no voy a defenderte otra vez— advirtió Richard

Emma soltó un chillido de molestia y se levantó para ir en dirección a la que sería su cabaña.

—Nadie sabe nada de Joseph, no habla de su pasado o de sus padres.— murmuro Richard mientras miraba a Percy.

—Por lo que tengo entendido es hijo de un dios.— hablo Frank mientras se sentaba a lado de los dos chicos. —Su parte divina tiene un aprecio o obsesión con _____, por eso siempre la cuido.—

—¿Entonces por qué no dijo dónde estaba?— pregunto Percy confundido.

—Tal vez es un dios de menor rango, alguien que no estaba en esa reunión en el olimpo— murmuro Frank, él tenía la misma pregunta desde que a Joseph se le salió aquella información.

Frente a aquellos tres estaban los demás semidioses esparcidos por el lago, mientras que algo lejos de ahí la pelinegra aún perseguía a Ethan.

Para nadie era secreto el flechazo que la chica tenía con Ethan pero con la recuperación de su memoria había recuperado sus sentimientos que tenía hacia otra persona.

—¿Recuerdas cómo nos conocimos la primera vez?— pregunto Ethan, ninguno de los dos tenía energía para seguir corriendo.

La chica se sonrojo por completo, aquel momento había sido bastante vergonzoso.

—No me lo recuerdes— murmuro mientras le daba la espalda al rubio.

—¿Segura que no quieres recordarlo?— susurro Ethan mientras abrazaba a la pelinegra por la espalda, él también estaba completamente enamorado de ella.

—Para ti fue divertido— se quejó la chica.

Ethan rio mientras la miraba de reojo, tenía su barbilla descansando en el hombro de la chica. Necesitaba esos 5 minutos de paz.

—Me preocupé, fue una caída corta por los escalones, pero te encontré con muletas al día siguiente. No fue divertido.— murmuro Ethan tratando de recordar.

El ambiente estaba tranquilo, ambos completamente relajados hasta que la voz de cierto pelirrojo se escuchó.

—Tienes cinco minutos para soltarla— advirtió un molesto Joseph. ¿Celos? Si y muchos.

La pelinegra se tensó y se apartó de golpe lo último que quería era una pelea entre ellos dos. Sabía lo intensos que podían ser.

—¿Y si no quiero que?— hablo Ethan mientras miraba molesto a Joseph.

—No otra vez— susurro la chica para sí misma.

—Iremos a las cabañas— hablo Leo mientras se acercaba hacia ellos.

—Mi salvación— sonrió ampliamente la chica mientras se acercaba a Leo. —Nosotros nos vamos yendo— hablo mientras tomaba a Leo de los hombros y lo empujaba lentamente hacia el lado contrario, necesitaban salir de ahí.

Joseph y Ethan miraron como aquellos dos se miraban para luego verse entre ellos.

—Deja de coquetear con ella— hablo Joseph mientras miraba el rubio.

—¿Para qué? ¿Para que tú puedas coquetear con ella?— murmuro molesto el rubio.

—No se dé que me hablas— murmuro Joseph.

—Por favor Joseph, cualquiera de nosotros tiene muy presentes tus sentimientos por ella.— Ethan estaba apunto de perder la cordura.

—¿Y qué? ¿Piensas que te va a elegir a ti?— hablo divertido el pelirrojo, estaba molesto, demasiado molesto. —Por si no te has dado cuenta te la robaron en tus propias narices— hablo mientras llevaba su vista hacia las cabañas, la pelinegra estaba platicando con Nico tranquilamente.

Ethan mordió su labio con molestia.

—Y si no fuera Nico, cualquiera de los dos llegó demasiado tarde.— murmuro Joseph para luego ir en dirección a las cabañas.

Aquellas palabras dejaron confundido a Ethan, ¿Había alguien más?


¿Hija del Olimpo? (Nico Di Angelo & Tú) EDITANDOWhere stories live. Discover now