Una vez que todos pensaron que el drama había terminado subieron al avión lo más tranquilo posible.
—No puede ser cierto— murmuraron Nico y Joseph al unísono.
Todos los demás se miraron entre ellos divertidos.
—¿Quién fue el afortunado?— pregunto Leo divertido, habían seleccionado los boletos al azar.
—Esto es una mierda— murmuro la pelinegra al ver que su asiento era el que se encontraba en medio de ambos.
—Definitivamente necesitaremos mucho más que suerte para llegar completos— Murmuro Ethan.
Aquello no sería nada fácil y eso lo descubrieron 30 minutos después de que despegarán.
—¿Quieres cambiar?— Murmuro la pelinegra mientras se acercaba a los asientos de enfrente donde estaban Jennette, Hazel y Frank.
Frank negó rápidamente mientras la miraba. —Ni lo sueñes— murmuro mientras abrazaba a Hazel, desde que despegaron solo había escuchado pelear a Joseph y a Nico.
La pelinegra suspiro para ver a su amiga en los asientos de atrás, era su única salvación.
—Ni se te ocurra— hablo la castaña, claramente ella no cambiaría su lugar con la pelinegra y cualquiera de sus compañeros solo empeoraría las cosas. —Esos dos con Leo o con Ethan en medio solo sería mucho peor.—
_____ suspiro completamente rendida y solo se acomodó para intentar dormir un poco.
—La conozco de tiempo antes que tú y sé que eso no le gustara— hablo Nico.
—Tú conoces su pasado, yo estuve con ella los últimos años.— susurro irritado Joseph.
La pelinegra podía escuchar todo, dormir con esos dos era casi imposible. ¿Qué rayos planeaban hacer esos dos?
—Te digo que es mala idea— Susurro Nico.
—Ya cállate niño sombras— murmuro Joseph.
Después de eso se escuchó un golpe y la pelinegra sintió algo húmedo en su rostro.
—¿Qué demonios hacen?— hablo la pelinegra mientras abría los ojos de golpe.
Joseph estaba con un plumón en la mano mientras sonreía ampliamente.
—Voy a matarte— murmuro mientras buscaba su teléfono para ver su reflejo en la pantalla.
Un corazón dibujado en un su mejilla.
—Yo le dije que era mala idea— se excusó rápidamente Nico.
Narradora.
Algunas horas más tarde el enorme grupo de semidioses se encontraba frente a la entrada de campamento media sangre, en todo el camino solo hubo herido.
—Realmente no sé cómo puede existir tanta fuerza en un cuerpo tan pequeños— se quejó el pelirrojo se tocaba la quijada, una pequeña broma que había salido mal.
—Yo insisto que es mi hermana— hablo Percy mientras abrazaba a la pelinegra por los hombros. —Annabeth cariño, saluda a tu cuñada. —hablo obteniendo una sonrisa de parte de las chicas del grupo.
—Saca tus manos de mi hermana Jackson.— hablo Jason mientras miraba a Percy.
—Les recuerdo que yo la conocí primero— hablo el hijo de Hades.
—Los hijos de los tres grandes peleando por una chica, nunca pensé que fuera algo que mis ojos miraría.— hablo un una voz ajena al grupo mientras llegaba con los más jóvenes.
—Quirón— sonrió ampliamente Annabeth, habían terminado la misión y todos estaban en perfectas condiciones o casi todos.
—_____— susurro Dionisio al ver a la pelinegra, la conocía desde pequeña le era difícil olvidar su nombre. —Es bueno tenerte de regreso—
Los semidioses reconocidos miraron a Dionisio con sorpresa, no había olvidado el nombre de la chica y era amable con ella.
—¡Tío D!— grito la pelinegra emocionada antes de saltar a los brazos del mayor, habían pasado tiempo juntos cuando ella era más pequeña.
