2. ¿Quién es él?

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Ya había salido del instituto hacía unas horas y me dirigía a casa. El celular me vibró en el bolsillo trasero, por lo que me detuve para sacarlo del mismo y desbloquearlo, alcanzando a ver un mensaje del grupo de la banda.

Connor: Reunión importante en casa de los Collins.

Leído el comunicado, guardé el móvil y me apresuré por llegar al destino de encuentro, nada más ni nada menos que mi hogar. Al arribar, entré por la puerta principal tirando la mochila al piso junto al sillón del living room y me encaminé a la cocina con un poco de más calma. Saqué una jarra con limonada de la heladera y luego busqué 5 vasos, recogida la bebida, bajé las escaleras del sótano con extremo cuidado de no resbalarme en irme al suelo de frente.

Killian fue el primero en llegar, claro, era obvio, pues compartíamos casa.

—¿Sabes de que va esto? —preguntó echándose en el sillón y estirando ambos brazos, apoyándolos en el respaldar.

—Ni idea, Connor no fue muy específico. ¿Deberíamos preocuparnos? —interrogué, asentando las cosas en la mesa y sirviendo el refresco en cada uno de los vasos, uno para cada invitado, aunque el en sentido literal de la palabra, se habían auto invitado, pero no es el punto.

—No lo sé —respondió mi hermano, soltando un suspiro y revisando su teléfono con expresión aburrida.

Escuchamos un ruido en la pequeña ventana ubicada en la parte superior del lugar y los dos nos volteamos al mismo tiempo, encontrándonos con un Travis forcejeando con el cristal. Tras unos minutos de pelea, logró abrirla e ingresar por ésta.

—Travis. ¿Sabes qué está pasando? —Él asintió, sentándose al costado de mi mellizo luego de tomar un vaso del jugo que había servido y darle un largo sorbo.

—El maldito Alexander Williams —contestó otra persona por él a mis espaldas. Evan entró a la habitación, revoleando en círculos un juego de llaves con uno de sus dedos—. Y ustedes deberían cambiar de lugar las llaves de repuesto o alguien les va a robar.

—Si fuera Penny, bloquearía la puerta de mi habitación en la noche —se burló Travis, dejando el vaso y sonriéndome.

Anoté mentalmente el consejo en la lista de cosas que tenía que hacer.

—¿Quién es Alexander Williams? —inquirí confundida, frunciendo el entrecejo. El nombre no me sonaba para nada.

—Un nerd sin vida de quinto año —añadió Evan, agarrando una de las bebidas preparadas. Así que, Alexander Williams iba a mi mismo curso, a pesar de eso, nunca había escuchado sobre él, que extraño.

—¡Oye! —se quejó Travis debido al uso del término "nerd" debido a un fuerte sentimiento de identificación.

—No era para ti y lo sabes —comentó divertido Evan, apuntándolo para luego guiñarme un ojo.

—¿Y qué con él? ¿Y alguien puede decirme dónde está Connor? —hablé exasperada y mi hermano se aclaró la garganta, levantando el dedo índice hacia la ventana, donde Connor se había atorado.

—Ayuda aquí —balbuceó nervioso, trazando una casa de susto y analizando lo lejos que estaba el suelo; tan sólo un metro y medio.

—¿En que estabas pensando entrando en horizontal? —cuestionó Travis con una mueca, los tres hombres se levantaron y fueron al rescate de la damisela en apuros.

—Una entrada genial —declaró, poniendo ambos pies en el suelo y encogiéndose de hombros, adolorido por haberse raspado contra los bordes metálicos de la abertura.

Se sacudió la ropa con rapidez, disimulando el asco por el polvo y levantando la cabeza, asustado.

—¿Lo leyeron? —Travis y Evan asintieron levemente, dejando tanto a Killian como a mí confundidos. ¿Éramos los únicos que no sabían de que hablaban?

UncoverWhere stories live. Discover now