Aquí [Harry Styles]

Cincuenta y cinco

"S & R"

-Harry -remuevo al ruloso que duerme al lado mío, con la intención de despertarlo, pero él ni siquiera se inmuta ante mis llamados. Bufo un poco cansada, no puedo creer que tenga el sueño tan pesado.- ¡Harry!

Se da vuelta pasando su brazo por mi cintura, sus rulos empiezan a hacer cosquillas sobre mi cara haciéndome reír.

-Despierta... -empiezo a repartir besos por todo su rostro. Grito emocionada cuando veo que comienza a despertar, a pesar de que estamos rodeados por la oscuridad puedo ver la confusión en su rostro.

-¿Qué pasa? -pregunta dejándome en silencio. Había olvidado por un minuto lo ronca que era su voz cuando despertaba. Me acerco a su mejilla y le doy un beso bastante sonoro.

-Tengo hambre -hablé casi en un susurro, no quería que se molestara por haberlo despertado. Mi estómago rugió jugando a mi favor. Él bufó haciendo que su aliento choque de lleno con algunos mechones de mi pelo.

-¿Por qué tiene que ser a la madrugada? -interrogó volviendo a cerrar los ojos. Solo esperaba que no vuelva a dormir.

-No me lo preguntes a mí, son tus hijas -reí contra su mejilla, pude percibir su perfume tan característico, nunca iba sin él. Tampoco sé cómo es que le dura tanto.

Intentó levantarse e ir en busca de mi pedido, pero se lo impedí y volví a besarlo, pero esta vez en los labios.

-Que sea pizza -dije mordiendo mi labio con temor a recibir algún reclamo de su parte, pero pensándolo bien era imposible esperarlo venir de él. Como si no conociera a Harry, al principio pensé que algo malo debía tener, no podía ser tan bueno con todo el mundo. Luego caí en la cuenta que tratándose de Harry Styles todo era posible.

Me senté en la cama en espera de mi preciada porción de pizza, miré mis uñas y estaba tan aburrida que hasta pensé en prender la televisión. Pero despertaría a Noah y a Anne.

-He vuelto -anunció Harry entrando a la habitación con una porción de pizza sobre una sevilleta, venia refregándose los ojos y me sentí culpable un momento. Pero no era yo en su totalidad, sino dos criaturas que cargaba en mi vientre. Sé por demás que si me levantaba en busca de comida, Harry me encontraría en la cocina y me reclamaría el hecho de no habelro despertado.

-Gracias, serás recompensado -guiñé un ojo en su dirección haciéndolo reír.

-Sabes que hasta que mis nenas no nazcan no podrá ser, deja de ilusionarme.... -volvió a acostarse en su lugar y colocó sus brazos detrás de su cabeza. Miré sus tatuajes antes de dar el primer mordisco, estaba delicioso y no me refería a la pizza.

-¿Cómo es que te mantienes en forma si ni siquiera te veo hacer ejercicio?

-No lo sé -levantó sus hombros en manera despreocupada.- Hago ejercicio de vez en cuando, supongo que eso ayuda a mantenerme en forma. Lo hice desde que era adolescente, sospecho que ya me acostumbré a este ritmo.

-A mí no me funciona -reproché limpiando mis manos en una servilleta. Apagué la luz de la mesa a mi lado y me recosté en su pecho.- ¿Qué pensarías si quedo demasiado gorda luego de que nazcan las bebés?

-Pensaría que tienes que dormir ya, es demasiado tarde.

-Harry, contéstame -lo presioné viendo como él quería cambiar de tema.

-No me importa como quede tu cuerpo, no puedo exigirte que tengas un cuerpo de modelo sabiendo que acabas de dar a luz. No sería razonable en ninguna parte del mundo. No me importa como te veas, siempre lucirás bien ante mis ojos. No debes hacer caso a esos pensamientos Alika.