Treinta y tres

5.4K 399 41
                                    

"Pretendiente"

Trato de despabilarme rápidamente ante su pregunta. Desvio la vista hacía mis manos, alejándome de sus ojos celestes que parecen querer devorarme aquí mismo.

-No no —me arrepiento mentalmente por estar tartamudeando.— No tengo ningún hijo. Sea quien sea que te haya informado, lo hizo mal.

-Si —se ríe y niega con la cabeza varias veces sin perder su sonrisa burlona.— Lo he visto, lo he visto yo mismo. Nadie me informó mal, pensé que después de haberte ayudado a escapar merecía saber al menos eso ¿No?

-Estas loco —siseo entre dientes.

-Ese día, me escapé tras tuyo. Llegué al hospital y te vi cargando al niño —abro mi boca para decir algo pero nada sale de ella, nada que pueda recriminar.— Luego me acerqué a una enfermera y le pedí que me informara sobre un niño no mayor de cinco años.

Me ha dejado sorprendida, ni en mis más tontos sueños hubiera imaginado que él haría algo así. Ni siquiera lo percibí.

Ahora tengo verguenza y estoy enojada. Enojada conmigo misma y con el mundo.

-No te quise gritar, lo siento. Supongo que mi alma de detective me ha poseído —solo obtiene de mí parte silencio.— Eres diferente Alika. Diferente al resto, por eso es que me has interesado. Puede que al principio te haya odiado pero luego vi lo interesante que es tu vida y no dude ni un segundo en sumergirme en ella.

-Entonces sal del agua, ahora mismo. Te ahogaras mucho antes de que lo pienses.

-¿Tu ya te haz ahogado? —solo asiento y parece entenderlo.— Entonces supongo que no me negaras que tienes un hijo.

-No —digo lo suficientemente bajo como para que él no escuche pero fallo.

-¿Como se siente? —pregunta y lo observo con confusión.— Digo...¿Cómo es ser madre adolescente? ¿Es como lo muestran en la televisión o...

-Por favor dime que no eres de las personas que ven "16 and pregnant" —estoy rogando que no sea así. Confío en que todavía le queden neuronas sanas. Aunque seria algo gracioso cada vez que recuerde a Federico.

-No niego ni afirmo haberlo visto alguna vez en mi vida —suelta una carcajada y se que está avergonzando por ello.

-Eres imposible de tratar.

-Gracias, me lo dicen muy a menudo. Bueno siguiendo con nuestro tema, no has respondido mi pregunta —cuando termina capto que ha tomado asiento junto a mi.

-Es lindo y extraño a la vez, no creo que puedas entenderlo —veo que ha posado su vista en unos canteros que hay frente nuestro. Su rostro está un poco más serio.

-Si con eso quieres decir que te ha arruinado la vida pero lo amas, si. Te entiendo —cubro mi rostro con mis manos y ahora soy yo la que ríe un poco.

-No, claro que no entiendes.

-¿Cuantos años tiene? —cuando termina de hacer la pregunta gira su rostro y veo sinceridad en él. Parece que de verdad le interesa todo este royo.

-Tiene dos años, en unos cuantos días más cumplirá tres.

-Te ha sacado una sonrisa.

-¿Qué?

-Haz sonreido cuando hablaste de él, supongo que es normal en una madre de dieciséis años.

-No se lo cuentes a nadie,  por favor.

-No lo haré tranquila, pero solo con una condición.

-¿Qué? ¿Condición?

-Si. Quiero que te acuestes conmigo —me levanto de golpe del cantero y lo miro perpleja. Su rostro se muestra sereno y no hay indicios de que esto sea una broma. Mis ojos empiezan a lagrimear ante la idea de tener que soportar algo no consentido nuevamente.

Aquí [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora