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Namizuki Nadia;
La luz del sol y el dolor punzante en mi cabeza fue lo que me despertó, aunque esperaba no hacerlo. Todo esto era más de lo que podía imaginar.
No sabía que era lo más sorprendente, el que Tobi fuese un Uchiha o que me hubiese amenazado de muerte. Él ya no era mi payaso personal y quizás eso era lo más doloroso. No lo imaginaba.
Usualmente me hubiese defendido pero, fue tanto el asombro que cuando quise actuar ya era tarde. Además, el poder de Tobi era un enorme grano en el culo.
—¡Maldición! —gruñí, golpeando el suelo con mi puño— Ugh —me quejé enseguida, despacio poniéndome de pie y tocando mi cabeza, pues sentí un líquido caliente correr por ella.
Sangre.
—Joder, lo que faltaba. —me dije, arrugando mi nariz mientras limpiaba mi mano ensangrentada.
Sentí un leve mareo y tuve que coger mi cabeza una vez más. Tal vez debería volver a la base y curar mis heridas. Era lo más lógico pero, ¿cuál sería mi excusa?
Tobi fue muy específico en aquello de "no decir palabra alguna sobre su sharingan" y su "voy a asesinarte".
Bufé, ya pensaría en eso luego y ahora tendría como prioridad mis heridas. De inmediato, comencé a caminar a duras penas, sin frenar un solo minuto. No puedo negar que me sentí inútil, indefensa y un tanto mareada hasta llegar a la guarida, sin embargo, logré no desmayarme en el trayecto.
Algo es algo.
Una vez llegue por completo, el Zetsu blanco me curaría las heridas. Porque estando en la entrada no conseguiría absolutamente nada.
—Pero miren que tenemos aquí. —oí la voz de Hidan, y puse mis ojos en blanco.
De todos los idiotas que existían en esta base, tenía que ser él.
—Idiota, no te quedes ahí parado y mejor ayúdame. —gruñí, entrecerrando un poco mis ojos y afirmándome en él sin querer. No obstante, Hidan me atrapó sin problemas.
—Wowow, ¿qué te pasó? —preguntó una vez me observaba y me cargaba en su hombro. Yo gemí de dolor con el movimiento y el tacto.
—Me caí. —mentí y él rió, comenzando a dar pasos conmigo encima.
—Que fea caída. —fue todo lo que dijo, con tono burlón.
Tenía la certeza en que no me creía por su mueca, pero por alguna razón me siguió el juego y no preguntó más. Sin duda alguna eso me favoreció, pues ni loca iba a decirle que vi una parte de Tobi sin máscara.
No iba a arriesgarme.
Asímismo, el peligris me cargó hasta la guarida especial que tenía Zetsu blanco, ya que, él no comía ni realizaba esas humanidades, pues era inhumano. En ella se encontraba Itachi, lo cual me sorprendió. Y al parecer el Zetsu blanco le chequeaba los ¿ojos?
