Clases de anatomía con Dipper Pines

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No.

Esa era la respuesta que había dado a todos los mensajes que le habían llegado, a todas las personas que le habían hablado ese día.

Ese día no quería nada de nadie, no sabía nada ni le interesaba saberlo.

Sólo sabía que quería llegar a su casa y morir.

—¡Will! Me voy a morir —exclamó lanzándose a su cama, antes de recibir una llamada.

Era Vanessa, y aunque no escuchar a nadie contestó.

—¿Bill? ¿Estás bien? —escuchó la voz de la rubia tras el celular—, Will me dijo que has ignorado todas las llamadas que te han llegado, ¿qué te pasó?

—Mmm —murmuró sin poder hablar.

—Dipper di algo, tu novio se muere —Vanessa le gritó a través de la llamada.

Bill logró escuchar un perfecto: "¡No es mi novio!" Al otro lado de la línea.

—¿Pino?

—Nos dejaste en la escuela idiota, ¿ahora se supone que camine hasta mi casa? —le preguntó Vanessa y Bill pudo jurar que estaba haciendo un puchero del otro lado.

—Lo siento —murmuró debajo de la almohada—, pídele a Xólotl que te lleve, lo mismo para Pino.

—No me subiré al auto de ese maldito idiota —se quejó la rubia antes de suplicar—; por favor Bill, te necesitamos.

—No puedo, de hecho, Vanessa ponme en altavoz —dijo el rubio y espero unos segundos, para continuar una vez que creyó ya estar en altavoz—, no voy a poder salir contigo hoy Dipper, tengo algo importante que hacer.

—¿Qué? —cuesionó Vanessa.

Aunque no quería demostrarlo mucho, la chica estaba preocupada por su amigo Bill, en primera por su actitud tan extraña ese día y en segunda, porque no era alguien que dejaba las cosas a medias, especialmente si se trataba de un reto con el castaño.

El rubio prefería mil veces morir antes de dejar a Dipper ganar.

—Puedes descalificarme, no importa —murmuró frustrado—, supongo que esto es más importante que cualquier reto tonto que tenga.

—Pero Bill... —Vanessa murmuró escuchando como el rubio colgaba la llamada.

Dipper no sabía si estar feliz o confundido, el rubio técnicamente se había rendido. Y Bill Cipher nunca se rendía.

—¿Y a ese idiota que le pasa? —gritó frustrada intentando no lanzarle su celular a alguien a la cara.

Odiaba cuando Bill no le decía lo que pasaba, cerrandose por completo e impidiendole ayudarlo, aunque tal vez el motivo por el cuál el rubio no le había dicho nada en esa ocasión tenía nombre y apellido, Dipper Pines. 

Vanessa rodó los ojos entendiendo un poco mejor la situación, ¿por qué tenía que ser tan malditamente orgulloso?

Dipper le puso su mano en el hombro sonriéndole y quitándole el celular, antes de que hiciera una tontería de la que se arrepintiera y la demandaran por lanzarle el celular a un estudiante.

—Tiene un examen mañana y es su última oportunidad para aprobar la materia —les dijo Xólotl a sus espaldas—, ¿vas a querer que te lleve, lindura?

El chico de cabello negro le guiñó un ojo a la rubia quién sólo rodó los ojos.

—No gracias, prefiero caminar hasta mi casa antes de subirme a un auto contigo, ahora si me disculpas llamaré a mi hermana para que venga por nosotros —murmuró tomando su celular de las manos de Dipper, mensajeando con el rubio.

Peleando por la misma mujer [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora