Prólogo.

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El timbre de la última hora del último día de la semana finalmente había sonado y todos los estudiantes ya estaban por irse a sus casas, bueno todos, excepto tres personas. 

Dipper y Bill corrían empujándose el uno al otro, en un vago intento de lograr el otro no llegará hasta ella primero.

—¡Vanessa! —Gritó el rubio en un intento de llamar la atención de la chica.

A lo lejos se podía ver a una chica guardando sus cosas en su casillero, el cual cerró con bastante fuerza, viendo a ambos chicos correr hacia ella, sin tener una idea de lo que estaba pasando.

La rubia miró a ambos chicos sorprendida haciéndose a un lado cuidando que no tirarán el celular que llevaba en la mano, evitando que ambos se lanzarán sobre ella, provocando que tanto Dipper como Bill terminaran estrellándose contra el piso.

—Lo lamento —murmuró—, ¿están bien? Fue un reflejo —Preguntó la chica acercándose a ambos chicos tendidos junto a su casillero.

—¡Vanessa! —Gritaron ambos antes de golpear al otro en un intento de callarlo.

—Sí cielo —le contestó rápidamente Bill guiñándole un ojo y cubriendo la boca del castaño—, lo estoy ahora que te veo.

—Estaba generalizando —le dijo la rubia divertida—, en realidad iba para Dipper —la chica luego extendió la mano para ayudar a ambos a levantarse.

—Gracias Vanessa —le dijo Bill sarcástico a lo que Dipper sólo atinó a darle un ligero golpe al rubio.

—Los veo bastante acelerados, ¿qué ocurre? —Cuestionó mirando a los dos chicos de arriba a abajo, notando como ambos intentaban recuperar el aliento.

—Venía a decirte al- —empezó Dipper cuando Bill lo cortó golpeando con su codo las costillas del menor.

—Yo, Bill Cipher, vine a decirte que —interrumpió colocándose enfrente de la chica, tapando al castaño y haciéndolo enojar.

—¡Bill! —Exclamó el castaño molesto, apartando al rubio que ya estaba colmando la poca paciencia que tenía cuando estaba alrededor de Bill Cipher.

—Me vino a hablar el niño perfecto —dijo Bill volteando para encararse al chico.

—No soy perfecto —replicó Dipper—, pero al menos no soy un idiota como tú —espetó con furia mientras lo señalaba con el pulgar.

—¿Idiota? ¿Yo? —Preguntó el rubio ofendido.

—Sí lo eres —intervino Vanessa soltando una risa, no podría aguantar escucharlos discutir, no tenía tiempo para que esos dos empezaran otra de sus tontas discusiones—, pero supongo que no vinieron aquí para pelear sobre qué tan idiota es Bill.

Honestamente a veces ni ellos mismos sabían porque discutían, simplemente lo hacían porque ya estaban acostumbrados a ello. 

Dipper le sacó la lengua infantilmente al rubio mientras este, bufaba y rodaba los ojos cruzados de brazos.

—¿Qué necesitan? —Les preguntó la chica de ojos verdes con una sonrisa, tratando de enfocarse en el tema, escuchar para que la necesitaban y finalmente irse a casa.

No porque no le importara, sino porque realmente no aguantaba estar otro segundo más en la escuela.

El castaño se puso nervioso cuando sintió la mirada de la rubia sobre él, el rubio rodó los ojos nuevamente al notar la reacción del castaño y decidió empezar antes de que Dipper pueda actuar antes que él, así que tomando la mano de la chica habló:

—Quiero invitarte a salir, Vanessa —dijo depositando un lento beso en su muñeca.

Cualquier chica de la escuela hubiera soltado un suspiró sonrojándose y desmayándose, por el contrario, Vanessa sólo sonrió apartando la mano.

Bill era un imbécil.

—Enterada, tú Dipper, ¿qué necesitas? —Le preguntó gentilmente al castaño.

El rubio frunció el ceño al ser ignorado por la chica, ninguna mujer se resistía a él, al grandísimo e increíble (aunque nadie más que él pensará eso de él), Bill Cipher.

—Bueno... y-yo —Dipper empezó tartamudeando un poco, nervioso por hacer finalmente lo que había planeado toda la semana, sólo para que a Bill se le ocurriera arruinarlo a último momento, no lo permitiría, no permitiría que Bill arruinará eso también, tomó una gran bocanada de aire y finalmente, habló—: me gustaría invitarte a salir también.

La sonrisa en el rostro de la rubia desapareció.

—Entonces chicos... —empezó sutilmente, sin realmente saber qué hacer—, supongo que tenemos un problema.



Bueno, al fin después de tanto tiempo, vamos a empezar a re-publicar la historia a regañadientes de Tania, no tendrá muchos cambios, porque Tania se debatía si debíamos o no modificarla mucho, y al final decidimos hacerla lo más apegada a la historia original, pero sin las cosas que le desagradaban, por lo que no tendrá casi ningun cambio, especialmente uno que afecte mayormente la historia, así esperamos subirla al menos uno por semana. ¡Pero finalmente aquí esta nuevamente!

Atte. Las chicas del alma azul.


Peleando por la misma mujer [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora